Ortuño, el goleador
Campo de fútbol de Salas de los Infantes, Burgos
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Hace doce años el presidente del Cartagena destituyó a mi paisano José Rojo Martín, Pacheta, justo cuando se iba a disputar el playoff de ascenso a Segunda por consejo de una bruja... o un brujo. El o la nigromante aseguró que con Pacheta no había nada que hacer y el presidente despidió a mi paisano, pero el Cartagena siguió en Segunda B. Ascendió con Borja Jiménez en la 19/20 -Borja había ascendido al Mirandés en la 18/19- con el que tampoco hubo paciencia, pues se le destituyó al poco de empezar la temporada sin, a mi parecer, motivos futbolísticos. Se despidió a Carrión, que completó un buen año en la penúltima temporada y no sé qué pasó al salvador Julián Calero en la última al que también se le dió la baja. En la presente temporada Abelardo ha durado seis jornadas y es Jandro, aquel medio culibajo que jugó en tantos equipos, el encargado de repetir el milagro alcanzado por Calero pero ya tenemos dicho que no todos los años pare la burra un boche.
Vi al Cartagena de Abelardo contra el Burgos y me pareció flojo; ya con Jandro en El Sardinero lo acompañó la fortuna y el otro día en El Arcángel tuve la misma impresión primera. Creo que Jandro no tiene decidido aún el portero titular; si Pablo Campos ex del Amorebieta o el ex- castillista Fuidias, y semejante duda no es conveniente. El cordobesismo conoce a varios jugadores cartageneros; tal que Kiko 0livas, veteranísimo central al que creo se le nota el DNI en demasía, lo mismo que al gigante Alcalá, torre que ha defendido costas defensivas de Gerona, Málaga, Cádiz, Almería... con sus casi dos metros, pero ya con treinta y cinco febreros - Kiko Olivas tiene treinta y seis-. Altote también es Sipcic, tercer central en esta defensa que no acabo de ver, o Jorge Moreno, otro que fue cordobesista nacido en Tres Cantos y sustituto natural de cualquiera de los tres o directamente sale como lateral derecho por ausencia no deseada de Martín Aguirregabiria, al que supongo petición del Pitu cuando se fue preparando la temporada por conocerlo del Alavés. En el lateral izquierdo, Ríos Reina, zurdo como pocos en la categoría al que suple Vukcevich cuando obliga la necesidad. Damián Musto es el mediocentro, alto y con carácter además de argentino y me parece lento, pero veo que es fijo. El ocho lo lleva el malagueño Luis Muñoz -diez años de Boquerón- que también jugó con nosotros, aunque pasó por aquí sin pena ni gloria y el veinte con funciones de diez, Jairo, una rareza entre tanto espigado al que se le nota mucho la poca altura por conducir con esa aceleración que tienen los bajitos bullidores que tanto gustan. Muchos regates en la nómada alforja -Gerona, Cádiz, Tenerife... pero pocos goles. Arriba, Cedric Teguía, fichado del Ceuta y que también fue blanquiverde; lo veo importante más por velocidad que por calidad, aunque a mí el que me tiene ganado es el goleador Ortuño, al que hace años quería para el Córdoba donde vive un primo amigo mío. Vino el hermano, hoy en Eldense. Pocho es un mozo del Barça B con gol, clase y mala leche que juega poco y no sé por qué; Sergio Guerrero, otra promesa, ésta del Atleti, tampoco acaba de cuajar y es que me parece que las directivas del Cartagena arrastran el pecado de la veleidosidad y la actual no es una excepción.
He leído que la afición anda quejosa y el presidente se ha puesto en plan soberbio. No sé... pero desde lo de Pacheta, servidor es escuchar Cartagena y venirme a la magín un tipo al que siempre he tenido en mucha estima y, lo siento, no tanta al "equipo departamental", como se le llama.