martes, 9 de julio de 2024

El sujeto constituyente

 


Estatua de Kaspar Hauser en Alemania


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


En plena kermés separatista, ese final wagneriano en el cincuentenario del Régimen liquidador de la Nación española (¡un lustro de los de Urtasun!), ¿dónde está el Sujeto Constituyente?


Dentro de cada unidad política sólo puede darse un sujeto del poder constituyente –dice Schmitt.


En España el Sujeto Constituyente es como nuestro Kaspar Hauser, “el huérfano de Europa”, cuyo estado mental era tal que, dice la Wiki, “levantó el interés de juristas, teólogos y pedagogos”, lo que aquí nunca ha ocurrido con el Sujeto Constituyente.


Con el Sujeto Constituyente le pasa a uno lo que a san Agustín con el tiempo. ¿Qué es, pues, el Sujeto Constituyente? Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé. Pero hay en las redes un reportero, de nombre Vito Quiles, que, por lo visto, saca de quicio a los “Incitatus” del gobierno, porque sale a la calle con un espejo que recoge la imagen del auténtico Sujeto Constituyente español. Lo que no ha sabido hacer ningún novelista con la Santa Transición, lo hace ese reportero con el Kaspar Hauser del Estado de Partidos. “Una novela es un espejo que se pasea por un ancho camino –anotó Stendhal en su ‘Rojo y negro’–. Tan pronto refleja el azul del cielo ante nuestros ojos, como el barro de los barrizales en el camino”:


¡Y el hombre que lleva el espejo en el cuévano será acusado por ustedes de ser inmoral!


Balzac, sin embargo, metía a Stendhal en la literatura de ideas, no de imágenes, cuando la novela, según él, como la vida, ha de ser idea en la imagen e imagen en la idea, con “abundancia de hechos, pequeñas frases a lo Voltaire y sentimiento de lo cómico”, cosas que aparecen en los videos del reportero Vito: manotazos (hechos) “contra la ultraderecha y el fascismo” (pequeña frase a lo Voltaire) y amagos de amar a todos los pobres del mundo (sentimiento de lo cómico).


Estos fanatismos de nuestro Sujeto Constituyente son como la caricatura del fanatismo puritano estudiado por Hooker, un “founding father” de la iglesia de Inglaterra. Un entorno social así es imposible fracturarlo por medio de la persuasión. Para ellos, la humanidad queda dividida en “hermanos” (compañeros) y “mundanos”.


Si un hombre de opiniones contrarias abre la boca para persuadirlos, ellos cierran los oídos. Todo se contesta con las palabras de Juan: “Nosotros somos de Dios (léase Sánchez); el que conoce a Dios nos oye”.


If, if, if… Si se les sugiere que son incapaces de juzgar un tema, contestan: “Dios eligió a los simples”. Si se les demuestra que están diciendo tonterías, replicarán: “Se tomó por loco al propio apóstol de Cristo”. Blindados en términos psicológicos, imposibles de conmover mediante la argumentación.


¿Qué tal el Sujeto Constituyente como caballo de Troya en la “mascletá” separatista? ¿No es el grado de obscenidad, vulgaridad y atrocidad del que hacen gala los griegos en ocasión de la caída de Troya el tema de “Las troyanas”?


[Martes, 2 de Julio]