sábado, 23 de septiembre de 2023

Los leales



Martin Heidegger

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    “Madrid” ofrece indulto (olvido de la pena), pero “Cataluña” exige amnistía (olvido del delito), y el principio de incertidumbre tiene al heideggeriano Iván Redondo, el Cerebro de España, en un tris de tirarse por un barranco, ¿o no dice Heidegger que todos somos unos tirados (“arrojados”) al mundo?


    –Mis “amigos” bajo la dictadura se hicieron “razonables” bajo la monarquía y les convino pasar a detestarme –decía el fundador de la Junta Democrática–. Y los que lograron no confundir sus sentimientos, conservan el recuerdo de la amistad a condición de no hablarnos en público, ni buscarnos en privado.
    

Redondo jura estar dispuesto a tirarse al barranco por España, que para él es Sánchez, su nómina, cosa que también le juraban los suaristas a Franco y los apóstoles a Jesús. Los ingleses, que son más largos que nadie, y por eso conservan Gibraltar, lo tienen claro: “Treason does never prosper”.
   

 –La traición no vence nunca. ¿Por qué? Porque, en cuanto triunfa, deja de llamarse traición.
    

El fin justifica los medios… si se gana. La primera parte es jesuítica: la segunda, maquiavélica. Redondo, que tiene menos luces que un barco de contrabando, cree que “lo de Cataluña” se arregla con unos indultejos, típico pasteleo español de los últimos dos siglos, que hasta Cánovas, harto de “pronunciamientos”, se plantó con el indulto de Sagasta y la Reina “Doña Virtudes” al republicanote Villacampa, copado por la Guardia Civil entre Morata de Tajuña y Colmenar de Oreja.
    

En lo que se decide a saltar, Redondo planea una Nasa española (homenaje, al parecer, al Toni Leblanc de “El astronauta” de Javier Aguirre), y esta vez podría ofrecerse voluntario para hacer de hombre-bala en el barranco (el único cohete que han lanzado hasta la fecha, y sin seguro, costó doscientos millones de euros y estuvo en el aire ocho minutos). Así que, Iván, hijo de Heidegger, “arrójese” al barranco, si eso es su satí sanchista, pero antes de hacerlo sírvase de pagar la cuenta (al pelo, o peluquín, está invitado).

 

[Publicado en Mayo de 2021]