Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Por “El mito del nacimiento del héroe”, de Otto Rank, discípulo de Freud,
sabemos que el héroe nace de “ilustrísimos” padres, después de una
concepción precedida por dificultades; durante el embarazo, un anuncio
advierte contra su nacimiento, y el niño es condenado a ser muerto o
abandonado (de ordinario, a las aguas en una caja); al final, es salvado
por animales o por gente humilde, y amamantado por una mujer de baja
alcurnia; y ya hombre, da por azar con sus nobles padres y alcanza la
grandeza y la gloria.
Rivera, que es nadador (y más de un Moisés habrá sacado de las aguas), basa en el mito de Rank su
defensa de la gestación subrogada (vientres de alquiler), con el apoyo
estadístico del 56, 9 por 100 del pueblo español, que siempre está
abierto a todo, como ese profesor de ecología de Chicago, Jerry Coyne, que da su visto bueno moral al infanticidio.
Para eludir la acusación de
mercantilismo, Rivera exige que los vientres de alquiler sean propiedad
de damas de alto copete económico (que la madre sea “ilustrísima”,
siquiera económicamente, como en el mito). Es una prevención liberal que
aplicada al marxismo zanjaría la explotación obrera con una línea en el
Boe: que sólo a los ricos les fuera permitido trabajar.
Para promocionar la ley, Ciudadanos podría contratar a Paris Hilton,
una madre de alquiler que quitaría el hipo. Claro que luego Paris pare
un hijo tuyo, pero tú pierdes tu empleo y no lo puedes mantener, así que
colocas al niño en un cestito y lo llevas al Tajuña, que tiene juncos,
como el Nilo. Etcétera. Los años pasan, el niño crece y un día se entera
de que es hijo de Paris, y decide enviarle una demanda de maternidad.
¿Entonces, qué?
No se me va de la cabeza la imagen de ese Dalí deshuesado como un pollo en la morgue haciendo confidencias al forense:
–“Las postrimerías de San
Fernando” es un cuadro milagroso. Se ve la Sagrada Forma de perfil. Es
una línea y se ve redondo. ¿Comulgaría usted con esa Sagrada Forma?