viernes, 31 de marzo de 2023

Memorias de ultratumba

Chateaubriand

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Para Balzac, gran director de la comedia humana, una generación es “un drama en el que cuatro o cinco mil personas son los personajes principales”. De la del 78 deben de quedar vivos cuatro o cinco, entre ellos Ramón Tamames, que tampoco fue muy principal, lo que hace aún más lacerante la distancia moral y cultural que separó en el Congreso a la generación de Tamames, instruida en el bachiller de don Pedro Sainz Rodríguez, y a la generación actual, que parece nutrirse intelectualmente de los papelitos que salen en las galletas de la fortuna.


    Ver a Tamames reclamarse español en un escaño prestado agitaba la imaginación como la mano de Chateaubriand en sus “Memorias de ultratumba”: “Personas ilustradas no comprenden que un católico (¡un español!) como yo se obstine en sentarse a la sombra de lo que ellas llaman ruinas; según esas gentes, esto es una apuesta, un partido tomado”.


    Los medios habían tomado partido contra la ancianidad de Tamames con un renovado “Discurso a las juventudes de España”, catecismo de nuestro centro reformista, y al invitado se le veía gana de distraer el fastidio de esas últimas horas de las que nadie sabe qué hacer: “El fin de la vida –escribe Chateaubriand– constituye una época amarga: todo disgusta, porque uno no es digno de nada, no sirve para nadie y es una carga para todos; un único paso nos separa de nuestra última morada: ¿de qué servirá soñar sobre una playa desierta?”


    La playa desierta de la representación en un Estado de Partidos. Sin el elemento representativo anglosajón, el diputado no se debe al elector, sino al jefe que lo puso en la lista. En la peculiar Inglaterra, a Boris Johnson lo echaron sus diputados por un “party” en la pandemia. En la bizarra España, no ha habido manera de echar a Sánchez por confinar ilegalmente a los contribuyentes. “No taxation without representation”, fue la señal americana para la Revolución (la única que se hizo por la libertad). El propio Luis XVI, para recaudar impuestos, hubo de convocar los Estados Generales, circunstancia que aprovechó el abate Sieyes para liarla parda. Aquí, el TC acaba de avalar la facultad del Ejecutivo para decretar impuestos.

La moción de censura en un Parlamento con Banco Azul es un concurso de oratoria en una rueda de hámster. El Parlamento de Londres es íntimo e invita al lenguaje coloquial. El Parlamento de Madrid es pretencioso e invita a la declamación teatral, y como no saben actuar, leen folios (Senillosa se tronchaba recordando a un diputado que en los albores del Régimen les colocó en la tribuna un discurso… y la copia).


    Teñido de “boomer rubichi”, como todos los abuelos de España, Tamames no fue el “rubio animal de presa” nietzscheano que se esperaban los “jóvenes turcos” del “wokismo” periodístico. Fue el Ortega de guardia, y con el “no es esto, no es esto” de Tamames en San Jerónimo cae el telón de la Santa Transición (que, miren ustedes por dónde, sí era esto).

 

[Viernes, 24 de Marzo]

Liberando vientres

 


 Hughes

Liberar liberan. Libertad de quien se lo pueda pagar o de quien pueda ‘convencer’ a la altruista, a la que habría que compensar de alguna forma por los nueve meses. Aquí difieren izquierda y liberales solo porque en juego está el centro totémico de la nueva cosmovisión: la mujer, la mujer ‘alquilada’, mujer y pobre. La izquierda piensa en el extremo inferior de la transacción, los liberales-facilitadores piensan en el extremo superior, la mujer que busca la felicidad. ¿Qué hay más importante que ser feliz? Pero si se quita lo mercantil, el esquema rico-pobre, ¿acaso no están de acuerdo? Los liberales crean nuevas libertades para quien se las puede pagar, igual que la izquierda crea nuevos derechos. Se darán la mano en un horizonte posthumano de contractualismo.

 

Leer en La Gaceta de la Iberosfera

Viernes, 31 de Marzo

 

Valle de Esteban

Je vous Salue Marie

jueves, 30 de marzo de 2023

Héroes




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Por “El mito del nacimiento del héroe”, de Otto Rank, discípulo de Freud, sabemos que el héroe nace de “ilustrísimos” padres, después de una concepción precedida por dificultades; durante el embarazo, un anuncio advierte contra su nacimiento, y el niño es condenado a ser muerto o abandonado (de ordinario, a las aguas en una caja); al final, es salvado por animales o por gente humilde, y amamantado por una mujer de baja alcurnia; y ya hombre, da por azar con sus nobles padres y alcanza la grandeza y la gloria.

Rivera, que es nadador (y más de un Moisés habrá sacado de las aguas), basa en el mito de Rank su defensa de la gestación subrogada (vientres de alquiler), con el apoyo estadístico del 56, 9 por 100 del pueblo español, que siempre está abierto a todo, como ese profesor de ecología de Chicago, Jerry Coyne, que da su visto bueno moral al infanticidio.

Para eludir la acusación de mercantilismo, Rivera exige que los vientres de alquiler sean propiedad de damas de alto copete económico (que la madre sea “ilustrísima”, siquiera económicamente, como en el mito). Es una prevención liberal que aplicada al marxismo zanjaría la explotación obrera con una línea en el Boe: que sólo a los ricos les fuera permitido trabajar.

Para promocionar la ley, Ciudadanos podría contratar a Paris Hilton, una madre de alquiler que quitaría el hipo. Claro que luego Paris pare un hijo tuyo, pero tú pierdes tu empleo y no lo puedes mantener, así que colocas al niño en un cestito y lo llevas al Tajuña, que tiene juncos, como el Nilo. Etcétera. Los años pasan, el niño crece y un día se entera de que es hijo de Paris, y decide enviarle una demanda de maternidad. ¿Entonces, qué?

No se me va de la cabeza la imagen de ese Dalí deshuesado como un pollo en la morgue haciendo confidencias al forense:

“Las postrimerías de San Fernando” es un cuadro milagroso. Se ve la Sagrada Forma de perfil. Es una línea y se ve redondo. ¿Comulgaría usted con esa Sagrada Forma?

Wes the People



Con Gil Parrondo al fondo

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Yo nací (perdonadme), en la edad de la pérgola y el cine, en guiño a Gil de Biedma, que nació con la pérgola y el tenis y que, además, llamó “fox terrier de pelo duro” al hermano de Juan Guerra. Pero del cine ya sólo me queda Oti Rodríguez Marchante, que ha despachado en Cannes lo último de Wes Anderson, el Mr. Marshall de Chinchón, cuna de Pepe Sacristán, que se dejó la piel en las camas del destape luchando contra el franquismo.
    

Más vale ir acostumbrándose al “toque Wes” –anota ORM–, aunque sea una lata, porque ya está rodando otra, y en Chinchón.
    

En Chinchón ("Wes the People"!), antes que Wes, estuvo Welles, que convirtió el pueblo en Macao a base de extras sacados de los restaurantes chinos de Madrid. Wes ha levantado en la carretera de Chinchón a Colmenar un Monument Valley sobre rastrojos pagados a precio de cosechón, y tiene alquilados todos los inmuebles de la comarca para su “troupe”, gentes que hacen vida de Burgos, razón por la cual Juan Belmonte rechazó en su día una película: “Un negocio que no da para levantarse a las 12 no es negocio”. Al verlos trajinar (los tengo de vecinos), me acordé de lo que contaba Gil Parrondo del rodaje, en el 56, de “Orgullo y pasión”, de Kramer: un labriego abulense se negó a alquilarles su rastrojo porque ¿para qué quería él tanto dinero, si toda su felicidad consistía en ir cada mañana a mirar su terruño?
    

En “Orgullo y pasión” se estrenó como extra Adolfo Suárez, que veinte años más tarde echaba en las Cortes su último discurso franquista, vendiendo la misma estadolatría castiza que ahora reclama Margarita Robles.
   

 –Los españoles hemos aprendido el valor del Estado. No menospreciemos la obra de ese español irrepetible al que siempre deberemos homenajes de gratitud y que se llamaba Franco.
    

Al mes, “la Democracia”. ¿Cómo? Leguleyos (juristas, se dicen ahora) al salón: dando rango de “fundamental” a una Ley de Reforma Política con aptitud correctora de las Leyes Fundamentales del Régimen. ¡Y John Rawls con aquellos pelos!

 

[Publicado el 24 de Julio de 2021]

Jueves, 30 de Marzo

 

 

Hola, soy Johnny Cash

miércoles, 29 de marzo de 2023

Madrid se va


 

Hughes

 

No nos habíamos repuesto de ver a la plana mayor del PP de Madrid bailando El tiburón cuando apareció Begoña Villacís como Camila Cabello con una camiseta de algo que parecía béisbol en la inauguración de un campo de sóftbol llamando a la hermandad de españoles y «latinos». Es una línea de distinción entre un partido, declinante ya, y el otro, el PP, que sí admite decir hispanos (en la gestión del traspaso: votos, nombres y remilgos).

[...]

Pero era fácil recordar estos días aquel célebre artículo al ver la innegable «americanización» de Madrid. Ayuso volvió a demostrar su talento para el falso populismo atrayendo a los evangelistas. Esto es el colmo: los días impares se presume de centrismo semperista, los días pares imitamos a la derecha evangélica trumpiana… Si está previsto que en los próximos años haya un incremento neto de 250.000 inmigrantes anuales en España, estas cosas adquieren importancia. O el evangelismo americano o algunas formas de espiritualidad africana o, directamente, el victimismo Black Lives Matter instilado, y apetece imaginar el efecto que tendrán, para empezar, en el catolicismo español. ¿No se merece la Conferencia Episcopal, su COPE, la competencia de una nueva telepredicación? ¿No se animaría la derecha con esta nueva derecha locuaz, milagrera, espectacular, sonora y no concordada?


Es este recién descubierto voto evangélico y es el sóftbol; es Jorge Juan lleno de dinero venezolano y bolichico, y es el Toni2 mexicanizado que canta rancheras y por Luis Miguel o son las peleas de bandas en el metro, los machetazos crepusculares con los que dirimen su territorialidad en «nuestros/sus barrios»… es un Madrid, también, abierto al ir y venir de flujos americanos, dinero y gentes, costumbres, también al turismo del gran lujo y a una economía global, competitiva («traeremos la City») que transforma la urbe en otra cosa y convierte su tipismo en un escenario en trance de desaparición.

[...]

Esa idea de Madrid como DF ya la frecuentó Ayuso cuando su pulso con el Gobierno de Sánchez. Es la aportación de la —llamémosla— derecha liberal al momento federalizante: un «Madrid DF», lo que podría ser hasta un punto de acuerdo y consenso entre los federalizantes de izquierdas y nacionalistas y la derecha centro-liberal (con alcances de simpatía y hegemonía en toda la derecha): un Madrid, a cambio de eso, potentísimo, economiquísimo, próspero, globalizante y «miamizado».

 

Leer en: La Gaceta de la Iberosfera

 

Sophia Loren


 
Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La primavera me ha pillado en una sobremesa de amigos con Gil Parrondo, que ya lleva vistas 93.
    
Madrid regresa a la vulgaridad: para hablar, por ejemplo, del español en África, Don Concha ha tenido que llevarse a los Obiang (Teodoro y Teodorín) al Cervantes (“el Cervantes no se puede estancar”) de Bruselas.

En el centro de Madrid la primavera es un estallido de mal gusto que tiene menos que ver con la mujer en sábana roja de Botticelli que con la Sophia Loren de Stanley Kramer en el rodaje abulense (¡cuna de Suárez!) de “Orgullo y pasión”, con un figurante incontinente abalanzándose sobre el ubérrimo seno de la actriz, donde el recio silvano en celo hincó su diente.

    –Le conminábamos por megafonía a que dejara de mirar a la estrella, pero aquel tipo no sólo no dejó de mirar, sino que saltó y la mordió. ¡Ante las murallas de Ávila!
    
A la llegada de la primavera a Madrid, las Femen que asaltaron el Congreso se han esfumado, cuando el juez las libró de la cárcel a condición de estar localizables.

    –Esfuérzate por lograr lo mejor y el buen gusto –fue la manda testamentaria de Cary Grant (capitán Trumbell, por cierto, en la película de Ávila) a su hija.

    El buen gusto (¡la elegancia!) para Gil es Boris Karloff, con su cortesía de lord y el inglés más sexy hasta Sean Connery.
    
¿Y George C. Scott (Patton con Oscar rechazado)? “Raro, raro. Llegó a Segovia y no salió del hotel en tres días”. ¿Y Karl Malden? “Un hombre maravilloso. Se le saltaron las lágrimas porque le dije qué películas suyas me habían emocionado.” ¿Y Orson Welles? “Insufrible. Genio con complejo de chato. Llegabas a Segovia y había que volver a Madrid porque había olvidado sus narices postizas.”

    Rematamos con Jardiel, el genio bajito que en el friso de escayola de su casa, en letras negras a juego con los delantales de sus doncellas, tenía escrito:

    –Los críticos son los parásitos de la literatura. Échales Flit.
    
En la calle, las primeras chanclas (los lacostes del pobre).
 

[Publicado el 22 de Marzo de 2014]

Miércoles, 29 de Marzo

 

Valle de Esteban


La mesa de Procusto II

martes, 28 de marzo de 2023

El candidato

Jeff Bush / Donald Trump

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    En las primarias republicanas para las presidenciales del 16 debatían en TV los aspirantes Jeff Bush, hermano del democratizador de Mesopotamia con chuches de Cheney, y Donald Trump, único americano relevante que se opuso con firmeza a la ominosa guerra de Iraq. Jeff escuchaba con una risita de conejo contenido las acusaciones de Trump, y para defender el buen nombre de su “famiglia” tiró de sentimentalidad: “Mi mamá es la persona más fuerte que conozco…”


    –Entonces ella debe ser la candidata –zanjó la discusión un genial Trump, devolviendo a otro Bush a la charca.


    Trump, antibelicista pragmático (“como hombre de negocios trato de llevarme bien con todo el mundo”), anda otra vez en primarias presidenciales, pero en América la “democracia representativa” de Hamilton ha degenerado en “Deep State” de Scorsese, que habría decidido su arresto, precisamente hoy, para quitarlo de en medio, y dejar el hueco a un “rino” que se preste a democratizar países leyéndoles el Fukuyama.


    Y si arrestan al candidato de la metrópoli, ¿qué no podrían hacer con el candidato de la colonia, que somos nosotros, donde Griñán sortea al Supremo como Gavi las tarjetas? (El “seny” y la “rauxa”: en Barcelona arrancó la pantomima del Clásico con una performance contra el racismo, o sea, el “seny”, y a continuación la grada coreó el “Vinicius, muérete”, o sea, la rauxa).


    El candidato, aquí, es Tamames, cuya edad provecta tiene a los liberalios cantando a la juventud como Ramiro Ledesma (en política el culto a la juventud es una creación fascista), y a los becarios, sin dormir y al loro por si dijera “Jehová” para tirarle una piedra. Para los becarios, decir “Jehová” es decir “nación de naciones”, una cosa que de Francia nos trajo Azorín copiada de Walt Whitman y que ha interiorizado incluso Feijoo, que viene de Fraga, aunque oficialmente el facha sea Abascal, que viene de Gustavo Bueno. Hablando de Fraga y de candidatos: Baroja escribió a Lerroux pidiéndole una recomendación para presentarse a candidato… por Fraga, el municipio oscense, no el Breogán de Villalba. “¿Avinareta se convertirá en diputado a Cortes?”, se preguntaba, con preocupación, el editorialista de “El Sol”. ¿Y Tamames? ¿Se convertirá en presidente Tamames?


    No, pues el sistema controla todas las gateras de acceso al poder, incluida la del voto a mano alzada, para garantizarse el mandato imperativo expresamente prohibido en la Constitución que nadie cumple. Tamames se presenta como el Gran Pipero del 78, llamando al Consenso, ese tótem oligárquico, y equiparando, Dios nos asista, la Constitución americana del 87, hija de un acto, y la española del 78, hija, ésta sí, de un pacto, y como el de “Fausto”. Por cierto, que en la segunda parte de “Fausto” la crítica contemporánea cree haber descubierto un tratado sobre políticas económicas sensatas, que a lo mejor es lo único que los españoles de buena fe esperarían de Tamames. Vuelve la Primavera.

[Martes, 21 de Marzo]

La inseguridad, hecho lumínico



Hughes


Vestido de paramilitar, como un Zelensky, Gabriel Rufián dio ayer un importante discurso en su ciudad, Santa Coloma de Gramanet, a cuya alcaldía aspira. No era el He tenido un sueño de Luther King, pero para nosotros tiene su importancia porque con ello la izquierda entra (como puede) en el tema de la seguridad.

Siempre que se habla de este asunto se ha de añadir la cláusula nuestros barrios: la seguridad en nuestros barrios, lo que incorpora el ellos (élite) contra nosotros (pelagatos), eje al que agarrarse como Harold Lloyd a las manecillas del reloj.

Rufián prometió más seguridad, concretada en más luz, más mossos, más policías locales y más calle, más polis en las calles, como cantaban The Clash, pero policías «modernos, del siglo XXI, de proximidad». ¿Qué tal unos que puedan dar consejos de fitness mientras patrullan?

La seguridad parecía un asunto de la derecha, pero la izquierda (en la medida convencional en que Rufián lo es) no está dispuesta a permitirlo. Para ello, se visten si es preciso de camouflage, de dadores de hostias...

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Martes, 28 de Marzo

 

 

Valle de Esteban

La mesa de Procusto

lunes, 27 de marzo de 2023

Ensayo de costaleros cordobitas

 







         "...Costalero, si tus fuerzas ves fallar, clama al Cielo, que allí mirándote está ese Hijo.." (etc.)

F.J.G.I.

Breve explicación de la catedral


Curtis Yarvin


Curtis Yarvin


Noto que cada vez más gente utiliza este rótulo, que acuñé hace mucho tiempo y sobre el que siempre he tenido sentimientos estéticos encontrados. Yo lo usaba con la C mayúscula, pero lo veo más a menudo con la minúscula y me parece mejor.

«La catedral» es sólo una forma abreviada de decir «el periodismo junto con la academia»; es decir, las instituciones intelectuales en el centro de la sociedad moderna, así como la Iglesia era la institución intelectual en el centro de la sociedad medieval.

Pero el rótulo incluye una afirmación. La Iglesia católica es una institución: la catedral son muchas instituciones. Y, sin embargo, el rótulo va en singular. Esta transformación de muchos en uno —literalmente e pluribus unum— es el núcleo del misterio en el corazón del mundo moderno.


[...]


Consideremos el problema del cambio climático. Hay dos respuestas a este problema: acción o inacción. La acción requiere energía, y mucha, porque tiene que redirigir como unos 100 billones de dólares de actividad económica. ¡Ahí es nada!

La idea del alarmismo climático implica acción. La idea del negacionismo climático implica inacción. Sin saber qué bando tiene razón, podemos observar que el alarmismo es una idea dominante, mientras que el negacionismo es una idea recesiva.

No es difícil entender por qué, en las aulas y en las redacciones, las ideas dominantes tienden a superar a las recesivas. Una idea dominante es una idea que tiende a beneficiarle a usted y a sus amigos. Una idea dominante será especialmente popular entre sus amigos y antiguos alumnos de la administración pública, porque les da más trabajo y más poder.

Y una idea recesiva, por supuesto, es lo contrario de todas estas cosas. Un científico climático que sostiene la idea recesiva del negacionismo climático está diciendo a sus colegas y al mundo entero: la ciencia climática no es importante. ¿Es sorprendente —en el sentido bayesiano— que un consenso de científicos climáticos llegue a la conclusión de que la ciencia climática es importante?

Ninguno de estos análisis entra a valorar si la idea dominante o la recesiva son buenas. Lo que nos dice es que la catedral mutopiana es incapaz de informarnos de si lo son o no, porque su mercado de ideas siempre seleccionará la idea dominante.

 

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A Barcelona, el Castilla


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    En la situación actual del fútbol español, donde todos los organismos implicados, si fueran serios, debían estar ya, previa dimisión de sus directivos, en manos de gestoras, la obligación moral del Real Madrid era presentarse en Barcelona a jugar el Clásico liguero con el Castilla, para escenificar así ante el mundo entero la condición cadavérica del Kampeonato, cuya imagen internacional no la salva ni la Fábrica de Sueños de Pepiño y Pons Jr.


    En el extranjero ya pueden decir del Kampeonato lo que la Dudevant a Chopin: “Mon cher cadavre!” Y no por los nueve puntos de diferencia entre Xavi y Ancelotti, establecidos, curiosamente, por las rectificaciones del Var de Clos Gómez, ese Liam Neeson del arbitraje carpetovetónico: a fecha de ayer, Xavi llevaba ganados cuatro puntos en el Var, mientras que Ancelotti llevaba perdidos cinco. Sin el Var, pues, Xavi y Ancelotti hubieran llegado al Clásico empatados a sesenta y un puntos.


    –Mañana hay un clásico, ¿y a quién le importa, si ya no me lo creo? –fue la cogitación de Valdano, que mira a Guardiola como al Padre Pío, es decir, el Mejor Entrenador de la Historia. (Qué bien calado tiene Spalleti al Gandhi de Sampedor, que va de humilde con el Nápoles: “Soy consciente de esos juegos psicológicos. En serio, ¿el Napoli por delante del City? Ellos gastan 900 millones de euros en fichajes, y nosotros, 9.”)


    El siglo comenzó con un plantón de Guardiola, entonces capitán del Barcelona, al Atlético de Madrid en el partido de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey a jugar en el Campo Nuevo, donde debía superar una desventaja de tres goles con el inefable Díaz Vega al pito. No pasó nada: la Federación excluyó de la competición al Barcelona por un año, sanción inmediatamente amnistiada por Villar. ¿Hubiera sido más grave presentarse a ventilar este Clásico con el Castilla de Raúl? ¿Por qué el Real Madrid ha de estar quemando a sus figuras en esa falla valenciana de un Clásico destinado a la autoexaltación de Roures?


    Burckhardt nos describió el entusiasmo de los ciudadanos de Roma cuando en pleno Renacimiento se extendió el rumor de que se había descubierto por unos albañiles el cadáver hermosísimo y absolutamente incorrupto de una joven romana de la Antigüedad con la inscripción “Julia, hija de Claudio”. Y ésta es la solución que los malos andan barajando para “salvar” el Kampeonato, coronada por el maravilloso lema de Negreira (testimonio, al parecer, de Alfonso Azuara), “Mercedes, Chivas y Davidoff”, que hubiera divibnizado a Ozores.


    Gecé, que lo conoció en un café de Sofía, contaba de Foxá: “Lo vi acompañando a Eva Perón en una fiesta de gala en Barcelona. Iba de frac, grueso, congestionado. Le paré en una escalera: ‘¡Balzac!’ Le gustó mucho. Luego en La Habana. Fumaba. Bebía un ron tras otro. Diciéndome: ‘El trinomio de Cuba, superior al de la Revolución Francesa: ¡Ron, Café y Puro!’”


    Libertad, Igualdad y Fraternidad. Ron, Café y Puro. Mercedes, Chivas y Davidoff. ¡Hazte presente, Azcona!


    No cabe esperar grandeza de los personajes que mangonean el fútbol. Se habla de una imputación a Arminio, y se me viene a la memoria su imagen en México’86, donde, con sus errores con un banderín en la mano, echó del Mundial a la Gran Urss de Valeri Lobanovski, que era el Dinamo de Kiev que había aplastado al Atlético en Lyon más el portero moscovita Dasaev (“Rafaé” para los “palanganeros” de Nervión).


    No se pueden poner muchas ilusiones en el uefo Ceferino, cuyo “sentido de Estado” queda resumido en esta baladronada pública: “He conocido menos delincuentes en veinticinco  años de derecho penal que en dos años de fútbol. Tenemos que mantener el fútbol alejado de los tiburones”.


    –Hay que pagar para que nos respeten –dicen que se dijo en la directiva culé de 2003.


    Al respeto hemos llegado. Martí (José, no Miquel, el poeta de Guardiola): “Mi paje, hombre de respeto, / al andar castañetea: / hiela mi paje, y chispea: / mi paje es un esqueleto”. Un amigo de Santayana, Arthur Strong, bibliotecario de la Cámara de los Lores, le dijo un día: “El español sólo respeta una cosa que es…” Entonces levantó el dedo índice apuntando al cielo, lo cual hizo al filósofo considerar el hecho de que en España no había visto él una persona sincera y pensativa que confiara en alguien o que estuviera orgullosa de sí misma: “Puede mostrar vanidad o pundonor, pero eso es pura comedia”.


    Los culés quieren respetito… y el récord liguero de puntos de Mourinho, porque el de goles, también en su poder, les queda más lejos: la Xavineta es como la Real de Ormaechea, que ganó dos Ligas con Arconada atufando de aburrimiento al respetable a base de 0-1 y 1-0.



Schopenhauer


KROOS Y SCHOPENHAUER


    En el Real Madrid, Eden Hazard no juega porque en su puesto juega Vinicius, que para Ancelotti, que lo pone, y Salah, que le vota, es el mejor del mundo, pero a Kroos, paisano del filósofo de la compasión, Schopenhauer, romántico de ánimo pesimista, la situación de Hazard, que tiene toda la pinta de ser un ex futbolista, no es motivo de lástima: “.“La compasión está fuera de lugar en el fútbol. Conozco muy bien a Eden, hablamos a menudo, pero sólo compadezco a personas que está en situaciones muy malas y Eden no es una de ellas”. Todavía veremos al piperío cantar “Eden, quédate”.

[Lunes, 20 de Marzo]

Lunes, 27 de Marzo

 

Valle de Esteban

 

La Cuaresma

domingo, 26 de marzo de 2023

Dragisa Gudelj*

 

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

      Ayer,  a las siete y once de la tarde ,("en el minuto 10 y cuarenta y cinco segundos...", apuntó en el acta arbitral el colegiado principal Miguel Sesma Espinosa, "...el partido fue detenido por el desvanecimiento repentino del jugador nº8 del Córdoba, Dragisa Gudelj..."), un escalofrío sacudió el cemento de El Arcángel y más de veinte mil brazos cordobeses y unos doscientos ferrolanos -se jugaba contra el Rácing de Ferrol- se alzaron a tapar los rostros de un público que temía estar asistiendo a una insólita muerte en directo. Una voz espontánea de preferencia, donde servidor tiene su localidad, pedía una ambulancia con urgencia pero la mayoría mirábamos asustados, rodeados de silencio y paralizados por la desconcertante fatalidad. En tan terrible momento descubres que hay tipos que reaccionan con la entereza, determinación y sobre todo el conocimiento que a tantos nos falta. De tribuna saltó un señor y tras él  otro mas joven; "...es Pepe Segura y su padre..." me dijo mi chico, que es colega y amigo de los dos cardiólogos. Junto al doctor Segura padre veíamos a una médica, Verónica Arroyo, realizando las maniobras de reanimación cardiorrespiratoria  de manera frenética
("el ritmo recomendado es el de la Macarena o una canción en inglés que no recuerdo ahora") y les prometo que sentí una tremenda angustia agrandada por el desplome anímico de varios futbolistas, sobre todo Diarra, apartado del foco donde se atendía al compañero y llorando como una Magdalena y quizás también por una situación que viví muy parecida a ésta con resultado de muerte. La reacción de todos los sanitarios, el doctor Bretones del club y los fisios Álex Rueda y Fran Plaza, rápidos en acercar el desfibrilador del vestuario, así como la inmediata  llegada de la ambulancia consiguieron que Dragisa Gudelj recobrara el pulso y pueda contar de aquí a cuarenta años que el 26 de marzo de 2023 estuvo más "p'allá que p'acá". Hace doce días, el 14 de marzo, servidor brindaba en Gamonal por el 43 cumpleaños de Alberto, el de Villusto, que cayó con un camión de naranjas desde el alto puente de Los Pisones cuando contaba con 22 y del que el Diario de Burgos dio cuenta de su fallecimiento el mismo día que el de Félix Rodríguez de la Fuente allá en Alaska.
    
       *Dragisa Gudelj es hermano de Nemanja Gudelj, jugador del Sevilla que estos días disputa con la selección de Serbia una plaza para la Eurocopa 24 e hijo de Nebojsa Gudelj, un centrocampista que jugó en el Logroñés y el Leganés. Ayer estaba presente en El Arcángel y no quiero imaginar lo que pasaría por su cabeza durante esos alrededor de diez minutos que se vivieron en Córdoba. Vlado Gudelj, delegado del Celta y que jugó en Vigo muchos años, es también de la familia; tío del padre de los dos hermanos en activo.

Hughes. El simbolismo de Trump



Hughes

Podrán detener a Trump, pero no nos quitarán
la alegría de haberle visto reaparecer en las primarias del Partido Republicano. Verle tomar forma de nuevo, salir de Mar-a-Lago. La alegría poco explicable de contemplar su figura en los mítines, de verle charlar con sus compatriotas. Una figura icónica ya con uniforme: el cuerpo algo inclinado, el enorme abrigo negro, la camisa blanca, la corbata roja y su gran tupé dorado.

En 2016 fue una revelación y aprendimos a entender su mensaje nuevo. En 2020 empezó a inspirar una forma de amor ("Trump, we love you") por su soledad y su misión. Pero en 2023 es ya su mera presencia lo que despierta una mezcla de humor, ilusión, confianza y civilización. Es su porte, su caída de hombros, esa silueta reconocible como la del logo de la NBA, y es también el conjunto: el abrigo, la corbata, el tupé doradísimo. Hay algo pictórico, abstracto. Trump mercantilizó antes que nadie su apellido, hizo del Trump un ACME que colocar sobre cualquier cosa, pero ahora ha hecho algo con su figura. Ha desarrollado un motivo icónico poderoso.

Trump era la mercantilización inmediata de una identidad, pero ahora su figura significa...

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El gripaje político


 

Jerónimo Molina

 

Decía Julien Freund que «el uso de la noción de democracia [envuelta por todo tipo de equívocos] oculta en nuestros días una cierta impostura». La mayor de todas es, tal vez, la ideología que hace de ella un régimen óptimo, un reino de la virtud. A un ingenio político como el de Freund, tan aristotélico, le parecía más exacto referirse al «régimen representativo» o «mesocrático». Coincidiendo con la generalización del democratismo, doctrina de la democracia como régimen moral (Dalmacio Negro), casi ha desaparecido, con muy pocas excepciones, la preocupación por la teoría de las formas de gobierno y, dentro de ella, por la hubris o decadencia (inexorable) de toda gobernación, también la de la gobernación democrática. Este es el contexto en el que los «enemigos de la democracia», «demócratas» de todos los partidos, pretenden una refundación de la democracia que consistiría en una depuración de sus impurezas políticas, elitistas, liberales, incluso conservadoras y reaccionarias, en otra época denominadas lacónicamente «procedimientos» o «formalismos». La guerra civil larvada entre los exaltados demócratas de los contenidos y los pragmáticos de las formas, reiterada bajo disfraces cambiantes desde hace al menos dos siglos (eadem sed aliter), nada tiene que ver con una concepción cíclica de la historia o la política. Para los amigos del país real, incapaces de soportar la irracionalidad ética de lo político y los defectos del gobierno bajo el imperio de la ley, las formas democráticas son puro formalismo: no les parecen ni participativas, ni transparentes, ni consensuales, ni auténticamente representativas.

*

Hay en política dos actitudes insensatas, particularmente en los tiempos fuertes, las épocas críticas, caracterizadas por la intensidad y la discontinuidad: por un lado, la desesperación, propia de los espíritus viejunos, por el otro, la indignación, propia de gentes bisoñas. Según las circunstancias y el temple político de cada pueblo, predominan...

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Remembranzas trevijanistas XLVIII




MARTÍN-MIGUEL RUBIO ESTEBAN
Doctor en Filología Clásica


Si como dice George Steiner, “el maestro es verdaderamente un portador y comunicador de verdades que mejoran la vida”, Antonio García-Trevijano fue de estos a los que hay que llamar maestro. Maestro del pensar y maestro de la conducta. Cada conversación, cada conferencia fueron lecciones de libertad. Antonio fue mi amigo al modo aristotélico, esto es, tal como el Estagirita describía la verdadera amistad en el Libro VIII de su Ética a Nicómaco, con algunas actualizaciones, eso sí, que aparecen sobre el mismo tema en la obra de Alberoni. Libre de temor y superstición fue el hombre más libre que he conocido. Eso le llevó a carecer de esa repugnante claque de intelectuales asalariados que escriben en los periódicos ad maiorem gloriam del Partido que paga. Y ello confirma el adagio de Nietzsche: “La verdad habita raramente en los templos que se levantan para darle culto”. ¡Hay tantos mercenarios en España que se emplean fervorosamente en apedreamientos recompensados que nuestra falta de pudor ya hiede! Los cobardes en España tienen mucho prestigio, y a todos ello se les suele llamar “prudentes y precavidos”.

“Nunca la libertad debemos dar por sentado. Es una flor de invernadero, de cultura, que necesita ser cuidada diariamente”. Éste era uno de los pensamientos centrales de Antonio, que nos repetía siempre. Y la libertad sólo se defiende ejerciéndola cada día, y sólo se ejerce con el propósito sagrado de cada uno de no someterse jamás al poder, que siempre necesitará la crítica para no convertirse en instrumento opresor. Se ejerce y, por tanto, se defiende la libertad siempre contra el poder. Lo contrario son ejercicios florales, tipo “¡Viva la madre superiora!”

Soy consciente, como muy bien nos recuerda W. Dilthey, que “las imágenes de la vida de una persona se hallan múltiplemente condicionadas por nuestra relación con ella”. Por lo cual reconozco que lo que he escrito, tratando de ser una representación objetiva, es, sobre todo, una entrañable referencia vital. Tampoco se pueden tomar estas Remembranzas como una biografía, entre otras cosas, porque, como diría Julián Marías, es imposible escribir una biografía de nadie. Él mismo no pudo escribir la biografía de Ortega, el maestro que tan bien conocía. Hasta el mejor biógrafo desconoce más cosas del biografiado que las que conoce. Toda biografía es, en realidad, una obra de ficción, a la que sólo se le pide verosimilitud y coherencia con los datos que se conoce. “Cum fundamento in re”. Pero no más. Yo sólo conozco la vida de Antonio fragmentariamente, bastante bien sobre todo entre sus sesenta y setenta y cinc o años, con grandes zonas de sombra, con ignorancias enormes y que afectan a aspectos esenciales. Pero he leído toda su obra, y creo que lo que nos dice en sus libros lo definen claramente. Su pluma fue su alma. Trevijano resulta único, distinto de todos los pensadores españoles, no es comparable con ninguno, y en cierto modo nos aparece como una discrepancia respecto a las múltiples formas que ha adquirido el pensamiento español en todos los tiempos. Hasta tal punto es así que la idea que usualmente se tiene de la “filosofía española” no parece apta para alojar a Trevijano ni para explicar su posibilidad. Algo que nunca se perdona es la genialidad, y más en España, donde todos los españoles sabemos ya más que los ratones colorados. Antonio albergaba en su alma la fe en la amistad, en el amor y en el honor. No había manchas en su conciencia. Su gran corazón latía siempre con fuerza, pero regularmente, como debe latir el corazón de un hombre honrado.

Sin duda alguna, la experiencia acumulada (y los prejuicios y creencias) de nuestros padres, abuelos y las generaciones precedentes actúa en la vida de cada uno de forma consciente e inconsciente. Además, llegamos a un mundo en el que prevalecen ideas y creencias que desde niños asumimos como si fueran pensamientos nuestros sin serlo. Pero llega un momento en toda inteligencia madura y honesta en que está obligada a plantearse críticamente la verdad de todo lo heredado. Del mismo modo que el adolescente llega un día a descubrir que sus papás no son los seres humanos más listos y guapos que existen, aunque sigan siendo los más queridos. Es un hecho empírico que la mayoría de las cosas en que creemos, la mayoría de las creencias con las que vivimos, no nos las hemos cuestionado nunca, no las hemos pensado por nosotros mismos, no las hemos hecho pasar por el tamiz de nuestra inteligencia. Y sólo cuando topamos con la filosofía, más en su actividad de pura filosofar que en la de memorizar lo descubierto y planteado, ponemos en cuestión el programa de vida que se nos da hecho para seguirlo. Trevijano, intelectual a todas horas y en todos los lugares, puso en cuestión la presunta verdad democrática en la que vivimos, descubriendo las mentiras que fundamentan un régimen que no se corresponde a su nombre, descubriendo el fondo de realidad que transciende al fenómeno. La búsqueda desinteresada de la verdad nunca gustará al poder establecido en cualquier esfera, académica, eclesiástica o política, pero se hace moralmente necesaria. Trevijano, como Sócrates, fue el tábano puesto por el “daímon” inmortal de España en el hoy español para aguijonear y despertar a sus conciudadanos hebetados por un consenso que nos dice que estamos perfectamente representados en el Parlamento y que somos libres. Y tenemos la esperanza de que sus descubrimientos del pensamiento político genuinamente democrático, que responde sin duda a su señera singularidad, se socialicen –ya están propagándose– y ganen la fuerza social que demanda el nuevo tono de la época. Ningún hombre verdaderamente honrado e inteligente hoy en España puede decir que aquí hay libertad política.

Desde el siglo XVII, con la ilustración alemana representada principalmente por Leibniz y Lessing, filósofos tan queridos para Antonio, los destinos de Rusia y la futura Alemania pilotada por Prusia parecían abocados a una colaboración fructífera, cuya realización efectiva hubiera supuesto y un día puede suponer la aparición sobre la Tierra de las dos naciones más poderosas si colaboran juntas. Pero Inglaterra, la Iglesia de Roma, Polonia y los EEUU han sido los tenaces palos en las ruedas a fin de que no se cumpla esta gran destinación, que se abre ya en la correspondencia entre el zar Pedro el Grande y el mayor filósofo alemán, Leibniz. Leibniz asistió como invitado a la boda el 30 de octubre de 1711 de la princesa de Braunschweig, Carlota Cristina Sofía, con el zarevich Alexei. Y a partir de este momento se inicia una correspondencia ininterrumpida hasta la muerte del propio Gottfried Leibniz. A Pedro I le interesaba promover las ciencias en Rusia a través de la idea de Academia universal que tenía Leibniz. Y aseguraba en sus cartas, escritas por él mismo en un perfecto alemán, al filósofo, que tenía al cielo por patria y a cada hombre de buena voluntad por conciudadano, que Rusia también tenía numerosos dones concedidos por la divina providencia de los que podrían beneficiarse los Estados Alemanes.
 

Lunes, 3 de Abril

 

Valle de Esteban

 

Y la gallina pone su infinito, uno por uno

Domingo, 26 de Marzo

 

Valle de Esteban

Gallo en solfa

El que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?

DOMINGO, 26 DE MARZO

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.» Jesús, al oírlo, dijo:

-Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.


Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos:

-Vamos otra vez a Judea.


Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo:

-Tu hermano resucitará.


Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice:

-Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?


Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó:

-¿Dónde lo habéis enterrado?


Le contestaron: «Señor, ven a verlo.» Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús:

-Quitad la losa.

 
Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»
Jesús le dice:

-¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?


Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:

-Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.


Y dicho esto, gritó con voz potente:

-Lázaro, ven afuera.


El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.
Jesús les dijo:

-Desatadlo y dejadlo andar.


Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.


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sábado, 25 de marzo de 2023

El absurdo de importar a España las obsesiones raciales estadounidenses


Jefferson

Javier Bilbao

 

Hay un pasaje realmente llamativo que uno puede encontrar en el epistolario que se conserva de Thomas Jefferson. Está el principal autor de la Declaración de Independencia y tercer presidente del país desgranando a un amigo el suministro de recursos requerido mensualmente por su plantación hasta que menciona las patatas y la alfalfa que, explica, le sirven «para alimentar a todos los animales de mi granja excepto a mis negros». Esta forma de expresarse hoy día sería inimaginable (por mucho menos al autor de los cómics de Dilbert lo han cancelado de arriba a abajo sin penitencia que lo redima), pero en aquellas palabras solo subyacía la minuciosidad burocrática del administrador que echa cuentas. Para él era mera rutina sin carga emocional. La realidad incuestionada del país que recién fundó. Llegó a poseer doscientos sesenta esclavos, y de ellos no solo le interesó su alimentación y su trabajo forzoso, también sus hábitos sexuales, pues en Notas sobre el Estado de Virginia sostenía que los orangutanes preferían a las negras antes que a las hembras de su propia especie y él mismo llegó a fecundar a una de su propiedad.  

En aquel entonces su buen amigo Benjamin Franklin, coautor del célebre documento que proclamó la soberanía de las trece colonias, dejó establecido que en el mundo los únicos blancos eran los ingleses y sajones, recelaba de los swarthy (morenos) de la Europa continental y para los nativos americanos sólo deseaba su persecución por «grandes, fuertes y feroces perros». Por su parte, el tercer redactor de la Declaración y segundo presidente en la historia del país, John Adams, contó en sus Diarios su impresión acerca de los españoles y…

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Caballero, caballero



 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    El viejo Steiner tenía razón: la fuerza instrumental del concepto de cortesía entró en decadencia. En España el hombre, en vez de señor, es caballero. El mahometano, en cambio, no. Ahí está Ceuta: miles de tiorros llegando en plena pandemia sin que un policía aplicara a ninguno el protocolo:


    –¡Caballero, caballero! La mascarilla.


    ¿Qué es un caballero? Un caballero, contesta Santayana en Inglaterra, es un hombre que tiene criado, si bien tener muchos sirvientes, aunque haga al hombre amo, no lo hace caballero. Para ser un cumplido caballero debiera tener también un caballo, y montarlo con gallardía.


    Yo prefiero que un guardia me diga señor (que viene de “senior”, o sea de “más viejo”) a que me diga “caballero”: después de todo, puedo tener más años, pero en ningún caso un caballo, que siempre me muerden, como el caballo “Morante” de Diego Ventura mordía a los toros (y uno, en Sevilla, junto a la Giralda, me quitó con sus dientazos la cartera, gracia en la que había sido amaestrado).


    Desaparecidos de los ruedos los Peralta, en España no veo de caballero más que a Santiago Abascal, capaz de montar con gallardía, como mandaba Santayana, en el video de Morante donde los liberalios vieron a un señorito de novela de Manuel Halcón, señal de que tampoco se habían leído “Las aventuras de Juan Lucas”.


    –También don Quijote tuvo caballo, además de criado.


    Claro que, tal como está España, más que el caballero de Cervantes, Abascal parece el caballero de Durero visto por Jean Cau:


    –El caballero que cabalga su vida entre la muerte y el diablo. Invencible y vencedor.  ¿Alguien le sigue? No importa. El valor no tiene necesidad de recompensa.
    

En el grabado de Durero, el caballero (“viril, lúcido, sereno y fuerte”) avanza sobre “espectros y fantasmas” sin mirarlos (monta un caballo sacado de los bocetos de Leonardo para el monumento a Sforza), como exige su dignidad caballeresca.


    ¿Qué sabe de caballería un guardia de tráfico, un conductor de taxi o un dependiente de comercio?

 

[Publicado el 27 deMayo de 2021]

La dificultad de ponerse serio



Hughes

 

Aunque no sorprendiera, ha sido comentada la actitud de Pedro Sánchez durante la moción. Atendió el discurso de Abascal con un mohín de divertido desprecio y en sus intervenciones brilló un cinismo jocundo, un jijajá, una tendencia a la bromita, la burla, la risa floja.

Pedro Sánchez es ya también un tono, una jocosidad ante la que es muy difícil, si no imposible, ponerse serio. El ponerse serio parece una proeza porque ¿cabe la seriedad entre dos si uno no quiere? Abascal se quería poner, pero frente a sí tenía a un líder chistoso y gamberrete.

Esto no es algo achacable a Pedro Sánchez, por lograda que sea su ejecución, su cinismo puro. En los días y semanas previos a la moción, el PP y parte de su mundo neuronal y mediático tendió también a la bromita. En esto hay capas. Una cierta derecha rechazaba la moción precisamente por poco seria, como si la seriedad fuera patrimonio del PP y estuviera encerrada en el rostro de Feijoo y antes en el de Rajoy, seres como salidos de un desierto de tedio y ennui.

Pero la bromita estaba también en el centrismo, peperizado de forma progresiva tras el lento final de Cs. La risa alsinesca, la ironía del ubertertuliano Amón (magnífico intérprete de la distensión informal con sus americanas con camiseta) y las bromitas de las plumas recién afrancesadas, en los juegos florales de la frivolidad parlamentaria, extendieron otro tipo de humor, no muy distinto a la ironía de la intelectualidad progresista. Aspiran no tanto a superarla como a ocupar parte de ese espacio. («¿Nos dais, a cambio de corrección, algo del poder de la risa, oh vates prisaicos?»). En cierto modo, la operación centrista es dejar de ser objeto del chiste para convertirse en sujeto chistoso. Escapar de la viñeta. Tratan de salir de la broma y se suman a ella incorporando la ironía. Así, el centro racional ilustrado y moderado hace gala de un característico tono de civilizada superioridad que recibió lo de Tamames con mucho aparato de ocurrencias.

El humor del Régimen ha sido cosa de…

  

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Sábado, 25 de Marzo

 

Valle de Esteban

Gallo en pompa

viernes, 24 de marzo de 2023

Guerra del pronombre

La Oterita

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Fustel de Coulanges expone la costumbre patricia de ostentar en Roma tres nombres. Ante un Publio Cornelio Escipión, es útil, dice, averiguar cuál de estas tres palabras era el verdadero nombre: Publio sólo era “un nombre puesto delante” (praenomen); Escipión era un “nombre añadido
(agnomen); el verdadero nombre (nomen), era Cornelio, “luego este nombre era al mismo tiempo el de la ‘gens’ entera”. Hubo, pues, Cornelios antes que Escipiones, lo que excluye que la familia de los Escipiones se asociara a otras para formar la “gens” Cornelia, como suele decirse.


    Si un imperio tan práctico y sencillo como el romano cayó podrido como una acacia madrileña regada con agua reciclada, ¿no va a caer podrido un imperio como el americano cuyos militares destinados a contener al imperio chino se desangran en la guerra civil de los pronombres de género?


    –Se ordena a las fuerzas estadounidenses en el Pacífico que dejen de usar pronombres de género para mejorar la “letalidad” –titula un periódico, que cita un correo del mando con la lista de ejemplos “autorizados” (“Él/ella lo hizo”, “Mejor hombre/mujer”, “Más joven/Más viejo” y “Sargento Murray”) y “no autorizados” (“Este sargento”, “Este suboficial” y “Este miembro”) del uso de pronombres.


    Lo de Popper prediciendo la derrota americana en la tercera guerra mundial “porque sus generales son elegidos por su CI” parecía una boutade, y ahí los tenemos ahora, con sus guerreras de cuatro estrellas jugando a los pronombres como Rimbaud con sus versos orientados a la “desorganización de los sentidos”, y lo han conseguido, si oímos a los civiles. En la Casa Blanca: “Soy Kamala Harris. Mis pronombres son ella y ella, y soy una mujer sentada a la mesa con un traje azul”. En Tampa, Ted Cruz: “Mi pronombre es bésame el trasero”. O en Twitter, Elon Musk: “Mis pronombres son Prosecute/Fauci”. No debe sorprendernos que en España, pura “derroición” de ese imperio que fenece, asistamos a “una avalancha de hombres que piden en el Registro el cambio de sexo”.


    Comparada con la guerra de los pronombres, la nuestra de la tilde se queda en guerra de almohadas entre novicias, como la promovida en la Francia del 90 por Mitterrand/Rocard para reformar la ortografía y “acabar con la incoherencia”, aunque Muray los pilló con el carrito del helado:


    –Las incoherencias. Las excepciones. La Excepción en sí. ¡Ah! ¡Eso es! ¡La Excepción! Adversario mortal de la Norma. Obstáculo para la nivelación de la lengua con el fin de “hacer desaparecer el fracaso escolar”.


    Nuestra Academia actual tiene de afrancesada lo que la Oterita, que escribió en París a Bonafoux una carta: “Dispense usted la letra y falta de ortografía; está escrita a las cinco de la mañana, en el restaurante Rat-Mort”.


    Bonafoux no resistió la tentación de admirar a la Oterita, una bailarina-serpentina que creía en la imposibilidad de tener ortografía a las cinco de la mañana en el restaurante Rat-Mort.

 

[Viernes, 17 de Marzo]