Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El dilema cornudo de la Final era por cuál de los dos finalistas “torcer”. ¿Messi o Mbappé? Sólo Al Khelaifi, que tenía los huevos del PSG catarí puestos en las dos cestas, podía abstenerse.
Aquí, el periodismo nacional “torcía” por Argentina. “Después de todo, es la Hispanidad”. Y los más bragados llamaban a manifestarse en la madrileña plaza de Margaret Thatcher, un retranqueo de Esperanza Aguirre en la plaza de Colón. Pero desde Argentina nos llegó el berreo de un periodista blanquito cien por cien llamando ladrones seculares (¡cinco siglos!) a los españoles porque Matéu Lahoz alargó diez minutos el partido Argentina-Croacia (el hijo de Darwin presumía de un padre capaz de saber diferenciar entre “un cuarto de hora” y “diez minutos”). Por otro lado, la Argentina oficial se declara hija de una América, no Hispana, sino Latina, nombre que, al decir de los sabios de allá, lleva implícito el propósito de menospreciar a España y de incorporar en la definición de ese espacio humano a Francia (fue Thiers, ministro del Interior de Luis Felipe de Orleáns, quien envió a Méjico a Michel Chevalier para que recuperara para la “latinidad”, encabezada por Francia, a los países americanos emancipados de España).
Si Francia es la “madre” de la “América Latina”, ¿era pecado “torcer” por Mbappé antes que por Messi en Catar? Francia, en fin, es Catar (eso dice Platini que le dijo Sarkozy en el palacio presidencial cuando la movida), y el PSG del catarí Al Khelaifi se adorna con Messi y Mbappé.
Uno no escogió porque por mí ya lo hicieron Infantino, el Don de la Fifa, y Al-Thawadi, el Don de Catar, que querían a Messi Campeón, Pichichi y Filósofo (“¿qué mirás, bobo?”). Infantino reparó una injusticia (según él, la de Messi sin Mundial), y Al Thawadi cumplió su sueño. A Messi le han puesto el “troncho” (así llama Luis Enrique a ese trofeo) como las carambolas a Fernando VII, el que en Bayona llamaba “primo” a Napoleón, a cuya coronación no asistió su señora madre, pero luego los retratistas de corte la pintaron. A la coronación de Messi no asistió su cantada genialidad, pero el periodismo áulico ya se encarga de cantarle la misa de coronación para órgano (ay, el órgano) de Mozart. Valdano: “La revolución la ha hecho un tipo que juega andando”. ¡Vaya elogio para el fútbol! Esto abre a los Hazard todas las expectativas.
[Lunes, 19 de Diciembre]