miércoles, 2 de marzo de 2022

El búnker

Isabel de Borbón, la Chata

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Hay que ver cómo viene el Mundo Libre, hoy con dos gajos de Ucrania menos, los que se ha cogido Putin para su vermú con Sleepy Joe, ante la mirada ursulina, como de vaca viendo pasar el tren (o a un ministro ugandés), de Von der Leyen, esa Gunilla de Serafín.
    

En Canadá, Trudeau, que rompe definitivamente a Calígula en calcetines de Justin Bieber, se proclama dictador con hoja de arce, y en España, Casado se atrinchera en su búnker genovés, que es su forma gallega de responder a Feijóo, líder durito de la pandemia, con Trudeau y Macron. Pobre Casado. Tanto pedir una ley de pandemias, y le mandan a Feijóo para firmarle el pasaporte covid del paro con pauta completa.


    –Pero el que resiste, gana –se pasó la vida diciendo Cela.
    

Y Casado está decidido a resistir. Después de todo, España no es Francia, donde no hay nada tan violento, dice madame de Staël, como la cólera que se genera contra los que deciden resistir a algo, si no son los más fuertes.
    

¿Cólera en Madrid? En Madrid no he visto moverse a nadie en cuarenta años. Es el espíritu funcionarial, que los centristas ven liberal, de cinco siglos. Lo del público dominguero ante la sede pepera de Génova fue un motín tan elegante como el del Arrabal de Córdoba, con el público ante el palacio de Alhaquen I gritando que se perfumara la cabeza, porque iba a subir a cortársela, de mentirijillas, claro, pues en el Estado de Partidos todo es mentira menos lo malo. Un homenaje popular, más que a Ayuso, a Cristobalia, el poeta que cada 12 de Octubre acudía a la estatua de Isabel en la Castellana a gritar “¡No! ¡Isabelia! ¡Isabelia!” al orador que dijera “América”.


    Ayuso posee el carisma madrileño de otra Isabel, la Chata, infanta de España, y la izquierdona cebada, que odia al pueblo tanto como la derechona, ese vertebrado gaseoso, para insultarla le dice “trumpiana”, por Trump, el personaje que firmó la mejor presidencia americana desde Reagan, y eso mientras drenaba el pantano donde el “alligator” más tierno era la Hilaria.

[Miércoles, 23 de Febrero]