lunes, 10 de enero de 2022

La Liga del matasuegras


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Saltó la sorpresa en Las Gaunas, que ayer fue el Coliseo Alfonso Pérez de Getafe: Hazard, suplente. Y eso, con Vinicius de baja por “la Coviz”, que ahora hemos sabido que se propaga por los matasuegras típicos de la Nochevieja.


    –No hay que soplar trompetitas o matasuegras, porque echamos el virus al aire –fue el consejo de Corell, el Cajal de guardia en La Sexta de Iñaki López, que viene a ser hoy como la tertulia científica de Ortega y Gasset donde un discípulo de Cajal, el sabio Cabrera, presentó a Gecé a los sabios de la peña: “Palacios es el que fotografía los átomos. Moles, el que los pesa. Catalán y yo, los que investigamos su estructura”. (Palacios llevaba encima unas laminitas de papel bromuro que parecían fotos de cierres metálicos o de pasamanerías: “Estos son los átomos”).

 

 
    Esta Liga podría decidirla, pues, un matasuegras, y para evitarlo la Ciencia de La Sexta aconseja no soplar matasuegras (será una impresión, pero en fútbol nunca se contagian los malos), no abrazarse, mantener la distancia y lavarse las manos con gel, precauciones que, desde luego, trastocan el fútbol.


    Mantener la distancia implica la defensa zonal, al quedar científicamente condenada la defensa al hombre, de estilo italiano, si bien Ancelotti es italiano y no gusta de la defensa al hombre.
    

Ese método era perfecto para mi amigo Gentile –cuenta en sus memorias–. El entrenador le decía: “Tú da patadas a todo lo que se mueva. Y también a la pelota. Si le das a la pelota, bien también”. Gentile marcó a Zico, a Maradona, y fue una lapa.
    

Su entrenador con Italia era Bearzot. Un día llamó a Ancelotti para que saltara al campo y le dijo: “Marca al número diez”. Ancelotti saltó al campo en busca del número diez. “Vi al número tres, al número catorce, al número quince, pero no encontraba al número diez.” Pero Bearzot le gritaba desde el banquillo: “¡Marca al número diez!” Mas no lo encontraba. El motivo era que el número diez había sido sustituido sin que Bearzot se diera cuenta, y al final del partido la bronca fue para Ancelotti: “¡Te dije que marcaras al número diez!” El jugador quiso explicarle al entrenador que el número diez no estaba en el campo, pero con Bearzot era imposible discutir.
    

La supresión del abrazo por recomendación de la Ciencia obliga a no celebrar el gol, lo cual generará suspicacias entre los aficionados. Y lavarse las manos tras cada saque de banda con un gel que llevaría en el bolsillo el “linemán” tendría consecuencias imprevistas. El buen pipero recordará que Benito Floro, el entrenador del Queso Mecánico fichado en el 92 por Mendoza por un malentendido (“éste me pide un autógrafo”, se dijo al abrirle la puerta cuando venía a firmar el contrato). Floro era de la teoría de que más de la mitad de los goles tienen su origen en el saque de banda, y que quien dominase el saque de banda dominaría los partidos.
    

Sin Vinicius, el Madrid es un equipo de eso que se llama “romo en ataque”, pongas a Hazard o pongas a Asensio. Para poner a Hazard hay que descuajaringar el dibujo, como pasaba con Zidane. Con Zidane te quedabas sin extremo, pero dejabas toda la banda izquierda para Roberto Carlos. Con Hazard te quedas sin extremo, pero dejas toda la banda derecha para Lucas Vázquez, que es cine cómico, una cámara rápida. Y ataque rápido es otra cosa.


    –No podemos atacar más rápido –ha dicho Guardiola en Inglaterra hablando de su City–. No somos el Liverpool. Ellos son maestros en eso, nosotros no. No sabemos qué tenemos que hacer con eso. Sabemos que tenemos que conducir, conducir, conducir y jugar con el balón.
    

Conducir, conducir y conducir (acarrear, acarrear y acarrear) es lo que hace sin Vinicius el Madrid, que además ha de apencar con los árbitros que le envía el Equipo Médico Habitual, como el de Getafe, que en vez de un pito parecía soplar un matasuegras.
    

En Getafe jugó el Madrid un partido nefasto, en el peor sentido de la palabra: sobre el terreno, Hazard, Marcelo, Mariano, Isco… ¿Eso es serio? Al menos el Getafe jugaba con un joven y pujante Florentino, pues ya sabemos que Flores es un antimadridista cursi (el reverso de Luis Enrique), lo más cursi que se puede ser en este mundo, y querría redondear el escarnio. Flores se ha dejado barba de don Salustiano Olózaga, pero su Getafe es un equipo de mañas que repartió sin necesidad, aunque las tarjetas se las llevaron Rodrygo… y Ancelotti, la persona mejor vestida en el Coliseo. Ganar al Madrid es su mayor hazaña profesional.




 


Julio Palacios, el fotógrafo de los átomos

 

“UN MAL BICHO”


    Casanovas y Segurola son dos moralistas del futboleo español, pero en la pastoral dominical de Casanovas vibra de tal modo el tremendismo hispano que podría suscribirla el cardenal Segura: “Mal acaba lo que mal comienza. Cereza podrida. Mentalidad de niño. Mercenario que juega por dinero. Necesita un siquiatra. Su mala alimentación le provoca lesiones. Un mal bicho del que no se puede esperar nada bueno, incluida su boda secreta en un lugar desconocido. Sólo merece desprecio. Un tipo que no mira a los ojos y que miente más que habla. El club pagó por él lo que no valía y se marchará dejando atrás el fichaje más ruinoso de la historia”. Laus Deo.

[Lunes, 3 de Enero]