Razak Brimah
Francisco Javier Gómez Izquierdo
En la efervescencia futbolera diaria de los años 70, el Gaitu y servidor nos interesábamos por equipos menores, mucho más modestos que nuestro Burgos de los que nos hacíamos "amigos" por cualquier menudencia. Que García Navajas vino al Burgos del Linares no queda constancia ni en el libro de la historia del Burgos, ni en la wikipedia ni siquiera en la historia del Linares, que tiene como jugadores ilustres a Paco Flores, aquel delantero centro y luego entrenador del Español, o los difuntos "Tolo" Plaza, Preciado y Salustiano Polo, unido también a la historia del Burgos por traérnoslo, junto a Florencio Garrido, don José Luis Preciado, nuestro particular Santiago Bernabéu, al que le falta el reconocimiento que merece. Con el gran Antonio tengo habladas sus peripecias cuando fichó por el Burgos, y luego con el Madrid, Martínez Laredo mediante. De hecho yo creí que era nacido en Linares y no maleno, que es el gentilicio de los cordobeses nacidos en Posadas.
En el Linares acabó mi admirado Viteri, circunstancia de la que tampoco queda constancia. No jugó porque como me comentó Román, de Barbate y defensa que también lo fue del Cádiz y el Badajoz, llegó lesionado. "¡¡Qué calidad tenía Viteri!! Nos quedábamos tontos mirándolo en los entrenamientos...". Criado en Linares es Jesús, de familia ferroviaria, con quien coincido todas las mañanas en lo de Antonio y al Linares lo sigo con cariño porque allí anda Razak, un portero del que ya dí cuenta de lo nervioso que me ponía cuando defendía la portería del Córdoba. Razak puso ayer nervioso al De Jong bueno, al colegiado Cuadra Fernández y ¡cómo no! a los aficionados de su equipo a los que dio un disgustazo cuando no supo parar el gol de Dembelé, estético si quieren ustedes, pero parable hasta para un juvenil. De al "laíto" de Posadas, de Almodóvar del Río, es Hugo Díaz, hermano de Pepe Díaz, goleador e ídolo del cordobesismo que se los puso de corbata a la culerada, y si no llega a ser por la pifia del ghanés quizás estaríamos hablando de sorpresón, debacle, hundimiento y palabras parecidas.
Es lo que tiene la Copa para los que andamos en el fútbol menesteroso, que reconocemos jugadores de los que sabemos de lo que son capaces para bien o para mal. En el Alcoyano, servidor esperaba a Juli, cuarentón que merece el mayor de los respetos. Dio dos pases inteligentes y aunque el empate levantino puso emoción a los amigos de las sorpresas futbolísticas durante unos minutos, Asensio e Isco enfriaron lo que amenazaba como día de la marmota. Sólo el Celta cayó ante el Atlético Baleares donde también anduvo Hugo Díaz y donde hoy golea el "otro" Vinicius, Vinicius Tanque. Ya puestos, no nos importaría asistir a un duelo entre Vinicius, desigual si quieren, pero de tal nombre cualquier cosa puede esperarse.
¡Felices Reyes!