sábado, 9 de octubre de 2021

La Feria de Otoño del Virus Chino vista desde Taiwán por Pepe Campos y fotografiada en Madrid por Andrew Moore. La suspendida

 

 


 

PEPE CAMPOS

 

I DE FERIA (REPETICIÓN POR SUSPENSIÓN)

PREVIA

En las tiendas de vino (Chío Pa) de Kaohsiung se ha hablado estos días del plátano que se comió Ferrera en el callejón de Las Ventas avanzado el festejo del pasado domingo. Una imagen similar a la que acostumbran a dar los tenistas en sus partidos maratonianos. Para obra maratoniana iba lo de Ferrera. En la cultura china los plátanos es un alimento muy recomendable porque da energía (porque repone: por cierto, un término neotaurino, ya sabemos que los toros si no obedecen reponen, los Adolfos mucho. Ferrera quiso reponerse las pilas, comiendo plátanos). Por otra parte, también llamó la atención que Ferrera comía dátiles, muy energéticos y fibrosos. Se ha destacado en los Chío Pa que la dentadura del matador tenía que ser excelente porque ningún hilillo se le metió en los intersticios dentales. Lo cuál le hubiera incomodado al torear, más pendiente entonces el torero de las hebras en la dentadura que de lo que tuviera que hacer. “¡Felela! ¡Buenos piños!”. Piños, una palabra que ha gustado mucho en el ambiente tertuliano chino. Nosotros que somos lectores de San Juan de la Cruz, y si nos atenemos a la esencia de la mística, estamos seguros que comer y torear no van juntos de la mano.



CRÓNICA



Después de ver la corrida de toros de hoy en Kaohsiung (Taiwán) en un Chío Pa, los asistentes nos hemos enredado en tomar vinos y vinos (como suele ocurrir en las malas corridas madrileñas). Metidos en harina, a los aficionados taiwaneses, les he hablado del bono cultural del gobierno de Sánchez, y todos se han echado a temblar: “¡cultulal no!, ¡cultulal no!”. He relacionado la reacción con aquello de la “revolución cultural” de sus hermanos chinos, cuya idea les tiene atemorizados. Les he comentado que era un problema de los jóvenes y no tan jóvenes españoles que disfrutan mucho tragando (comulgar) lo que el poder les dicta, sea vía cultulal o gutural (tragadero).

Sobre la corrida poco que decir. Primera parte: tres toros sosainas e inválidos de Jandilla, flojos, sin fuerza, que recibieron varas de trámite. Diego Urdiales, poco pudo hacer y poco hizo. José María Manzanares, muchos pases, y venga y venga, sin acople, ¡y de pronto un natural!, más o menos desdibujado, por fuera, sin poder con el toro que era alma en pena. Paco Ureña, ante un toro algo más marchoso, intentó toreo bueno, pero lo bueno no puede venir con esta clase de toros, y que a él le perjudica, en su toreo, tan evidentemente.

Segunda parte: tres toros de Victoriano del Río, igualmente inválidos y sin fuerza. Urdiales, no puso lo que el toro no tenía. Manzanares, fracasó estrepitosamente ante un astado de dulce (el quinto), muchos pases de pecho no rematados y poco torear. Pases y pases. Y a Ureña, inédito ante un toro descastado, creo que le va mal meterse en este enharinado de las figuras.

El toro bobalicón, tontaina, insípido, descastadísimo y sin raza, parece que conduce a un callejón sin salida a la tauromaquia.

Muchas ganaderías han seguido la senda de tener toros que servían y, al poco, de pronto encontrarse con la mansedumbre irresoluble. En esas estamos.


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ANDREW MOORE

 








 











 

Para ser figura del toreo hay que mandar. Fulano no manda. Y si manda, aquí no llega.

Curro Fetén