DANIEL VÁZQUEZ DÍAZ
1882-1969
Gerardo Diego veía en Daniel Vázquez Díaz, como en todos los grandes pintores, a un psicólogo profundo: “Llegado a su plenitud, el arte de Vázquez Díaz pudo permitirse el lujo de disimular sus fuerzas y de esconder su garra para acariciar con yemas de terciopelo.” Era andaluz de Huelva y se casó con una escultora nórdica. Su arte fue el más apto para los retratos heroicos: pintó a escritores, a toreros, a conquistadores. Su hallazgo genial fue el cubismo humanizado. Había llegado a París el año en que murió Cézanne. Fue a Montmartre y en seguida intimó con Picasso, Braque, Max Jacob, Modigliani, Gris, Rubén... A Rubén lo pinta de monje blanco. Y hace frases felices: “Mis paisajes son instantes.” Es el “instantismo” de Vázquez Díaz. Sus amigos ponen a sus pies París y sus famas, pero él, de pronto –en otro instante–, decidió regresar a España, pagándolo muy caro.
1882-1969
Gerardo Diego veía en Daniel Vázquez Díaz, como en todos los grandes pintores, a un psicólogo profundo: “Llegado a su plenitud, el arte de Vázquez Díaz pudo permitirse el lujo de disimular sus fuerzas y de esconder su garra para acariciar con yemas de terciopelo.” Era andaluz de Huelva y se casó con una escultora nórdica. Su arte fue el más apto para los retratos heroicos: pintó a escritores, a toreros, a conquistadores. Su hallazgo genial fue el cubismo humanizado. Había llegado a París el año en que murió Cézanne. Fue a Montmartre y en seguida intimó con Picasso, Braque, Max Jacob, Modigliani, Gris, Rubén... A Rubén lo pinta de monje blanco. Y hace frases felices: “Mis paisajes son instantes.” Es el “instantismo” de Vázquez Díaz. Sus amigos ponen a sus pies París y sus famas, pero él, de pronto –en otro instante–, decidió regresar a España, pagándolo muy caro.
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)