JORGE OTEIZA
1908-2003
Jorge Oteiza le dijo, de repente, a su hermano: “Antonio, estoy acostado
con la muerte.” Y dejó este epitafio: “Amo a mi país profundamente; me
da rabia profundamente. Le doy mi vida. Profundamente le doy mi muerte.”
Suyo era el Viaje a la gran nada: “Desde niño, como todos,
sentimos como una pequeña nada nuestra existencia, que se nos define
como un círculo negativo de cosas, emociones, limitaciones, en cuyo
centro, en nuestro corazón, advertimos el miedo –como negación suprema–
de la muerte. Mi experiencia de niño en ese hoyo en la arena –ustedes
habrán vivido momentos muy semejantes– era la de un viaje de evasión
desde mi pequeña nada a la gran nada del cielo en la que penetraba, para
escaparme, con deseo de salvación. En esa incomodidad o angustia del
niño despierta ya el sentimiento trágico de la existencia que nos define
a todos de hombre y nos acerca de algún modo a uno de estos tres
caminos de salvación espiritual que son la filosofía, la religión y el
arte.”
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)