miércoles, 31 de marzo de 2021

El beneficio penitenciario

 

El Buen y el Mal Ladrón con el Cristo de la Conversión

 Hermandad de la "Letro"

 Córdoba


Francisco Javier Gómez Izquierdo

           Los funcionarios de prisiones, incluso los ya jubilados, vestimos con la discreción y confidencialidad debida nuestras tareas. El poco conocimiento que la sociedad tiene de nuestro diario quehacer nos viene perjudicando mucho los últimos años en los euros a cobrar, en el respeto que creo nos deben los políticos que mandan sin gobernar y en la autoridad que teníamos cuando se "redimía".
          

-Ya "derrimo" don Javier -te decía el interno cuando le bajaban la ó las condenas y empezaba a echar cuentas con sus yeyés (cuatro años, dos meses y un día) y el triple de la mayor.
         

Hasta el Código Penal de 1995 se redimía por trabajo, pero como la redención se tenía por franquista -y "resonancias románticas" se leía entonces-, se redujeron las penas para los delitos y se "progresó" en el sistema de clasificación de internos y beneficios penitenciarios con equipos de Tratamiento compuestos por profesionales del Derecho y de las ciencias del Comportamiento que conocerían y estudiarían a los internos y propondrían los distintos beneficios. La idea era buena en principio, pero las leyes están hechas para ser retorcidas por los que viven de ellas y ¡claro está! el Reglamento Penitenciario se ha ido convirtiendo en un artilugio con el que juguetea indecentemente el político sin que el público en general se percate de cómo se atropella el Derecho, el "Estado de Derecho", como dicen los que ordeñan sin el mínimo miramiento las estrujadas ubres de ese Estado que servidor cree que no existe.
      

No hay redenciones, pero en la cárcel hay que barrer y fregar todos los días la celda y los lugares comunes (patio, aseos del patio, comedor, sala de día...), repartir la comida, limpiar las galerías, cristales, recoger la basura.... tareas en las que deben participar y colaborar todos los internos. Luego hay destinos como economato, cocina, carga y descarga, mantenimiento... desempeñados por internos con buen comportamiento y en principio asentados más que sensatos, trabajadores y capaces, por los que reciben una remuneración.

 Trabajos remunerados y no remunerados distingue el Reglamento.

 
      Cuando el presidente de Gobierno, sus ministros (don Marlaska el que más debe saber por ser juez además de encargado mayor de las cárceles de España) y ¡cómo no! el periodismo sabelotodo y bien mandado hablan de acercamiento de presos terroristas al País Vasco porque han firmado un papel como canta el bolero, olvidan no sé si por ignorancia o deliberadamente, el día a día carcelario. Olvidan que si el Equipo de Tratamiento de un talego no progresa de primer a segundo grado a un interno, el ministro de turno lo cambia de Centro y se lo lleva a otro donde el Director -hombre de la total confianza del Secretario de II PP- convenza al Equipo de lo que hay que votar (recuérdese a De Juana Chaos). Olvidan que en las conducciones al norte decididas por el actual Gobierno los equipos de Tratamiento no pintan nada... y sobre todo olvidan que no basta el arrepentimiento a todas luces ficticio.

Lo que debe importar es si el interno etarra barre el patio, friega los "tigres" o participa en la limpieza de la galería... para recibir beneficios penitenciarios. Ahora ya no importan los hechos del preso. Es tiempo de los caprichos de la autoridad.


       El interno de ETA está clasificado en Primer Grado porque se niega a colaborar en las tareas comunes. No hace nada por la comunidad y eso que la comunidad le sirve el rancho, le despacha café y atún y le suministra gratuitamente bolsas de basura, lejía, lote higiénico, etc... He conocido a muchos presos de ETA. Viví la dispersión y ya en el nuevo siglo he tratado a Henry Parot y a Urrusolo Sistiaga, por señalar dos individuos famosos muy distintos Ni puedo ni debo explicar muchas historias pasadas, pero progresar de grado a Henry Parot es incomprensible para cualquier funcionario de prisiones. No tengo idea de los acuerdos de los que mandan, pero estas decisiones más la que nos está cayendo a todos me producen una desazón que nunca creí iba a vivir. ¡¡Henry Parot!! El mal hecho hombre convertido posiblemente en Capitán de Miñones ó lo que es peor en interlocutor de un Gobierno.

       -Don Javier, no tengo ningún parte y ya he cumplido casi la mitad de la condena. ¿Usted cree me dará permiso la Junta?

    La Junta no se lo dio porque el psicólogo y al Director no se fiaban. El resto del Equipo iba a votar que sí, pero habló el psicólogo en la reunión del Equipo y convenció a todos los miembros para que votaran que no.
      

Cuando había redenciones, los internos "sin sanciones" redimían un día por cada dos trabajados. Para todos era igual. Ahora todo depende de cómo caigas en el Equipo de Tratamiento o lo que el absoluto poder penitenciario de un Gobierno decida. "Estado de Derecho", dicen.