Hughes
Abc
Durante la crisis del coronavirus, el PP presumió desde muy pronto de “gestión”. La “gestión del PP” era Madrid. Yo no entendía muy bien cómo se podía presumir estando la cosa como estaba, pero ahí estaban ellos, foto arriba y foto abajo. El paroxismo de la foto llegó cuando Díaz Ayuso decidió imitar a Nuria Espert y llorar por todos nosotros. Todo ese tiempo, era evidente la voluntad pepera (dicho con simpatía) de salir de la crisis reforzados, reforzando a su vez eso que se llama “bipartidismo”. El bipartidismo es imposible en nuestro sistema, pero se empeñan como torciendo una realidad ya torcida de raíz. Es una rueda de molino, uno de esos temas “chichonera”: asunto en los que lo único posible es comprarte una chichonera de ciclista belga y darte de golpes contra la pared al ritmo de una plegaria.
Esas eran las pretensiones del PP, que parece, según la encuesta que hoy publica ABC, tienen cierto reflejo, digamos, demoscópico. La vuelta del bipartidismo, el aquí estamos nosotros, “los de la gestión”, que diría Shakira.
Pero por un lado va la demoscopia y por otro el curso gubernamental de la realidad, y la misma mañana que el PP centroso y gestionador, cucogamarro, presume de bi-locarnos, Pablo Iglesias, a la desazón mando único, les ataca con la gestión de las residencias y se permite hablar de “crimen”. Empieza aquí a apuntarse, asoma ya la famosa “utilidad” del PP, repetida hasta la saciedad por sus corifeos marianitas (que manejando los tiempos nos trajeron hasta aquí, siguiendo ellos en lo suyo). Su utilidad va a ser permitirle al gobierno la estrategia de salir de rositas del desastre o como mínimo empatados.
Dame un punto de apoyo y moveré el mundo. Pues el punto de apoyo es el PP, y la palanca huelga decirlo.