martes, 31 de diciembre de 2019

Luces de Guadalupe

 El modesto misterio del pueblo y el reflejo de las luces modernas

 Carretera cortada ya a las 12 del mediodía

La joya del monasterio del Guadalupe

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Las rutinas de la Navidad, si son tranquilas y  mesuradas como las de un servidor, se convierten en aniversarios, tareas y compromisos que se disfrutan con la satisfacción de procurar a los tuyos pequeñas e importantes alegrías que se comparten asando en leña, experimentando recetas con los sobrinos, brindando por los ausentes por estar de guardia, y que no falte... y siempre un recuerdo por los que se fueron definitivamente. Lo normal y lógico entre personas normales y del común. Para mí el día grande de las Navidades era S. Esteban protomártir, patrón de mi pueblo, al que desde hace más de 30 años suelo honrar a mi manera desde lejos. En la nación -ahora cualquier pedanía puede convertirse en nación- de los Montes de Toledo, por haber convertido en rutina pasar la Nochebuena entre los pocos olivos de mi doña junto a la familia política. La Demanda la dejamos para otras fechas. Para cuando la calor aprieta en el Sur.
     
Entre las rutinas de cada fin de año está visitar junto al gran Paco a la Virgen de Guadalupe, por las promesas y votos de nuestras doñas, que como nosotros han convertido las rutinas en tradición. He dado cuenta varios años en Salmonetes..., otra rutina más, de las peripecias y curiosidades que nos encontramos en la capital de las Villuercas, y en éste queremos dejar constancia del guirigay que se ha formado con el asunto de la iluminación patrocinada por los bombones envueltos con papel de plata amarillo. Hace dos años ya estuvieron los del chocolate con un concurso raro que sacaron con el “conque” de elegir al pueblo más guapo y se ve que este año han repetido y se lo han vuelto a dar a Guadalupe, y para que luzca, conforme a su particular parecer, han llenado las calles, fuentes, balcones y ventanas de bombillitas para que la gente de la comarca se acerque a verlas por la noche. Bueno, la gente de la comarca y de cualquier sitio, que los alojamientos están completos y te tienes que poner a comer a las dos o no encuentras mesa en ningún restaurante ¡y mira que hay sitios de comer en Guadalupe! “¡Ojalá que se fundan todas!”, nos decía un guadalupano vestido de negro que es como se visten ahora los camareros y nosotros no sabemos si darle o no la razón, pero el caso es que otras veces daba gusto pasear por un pueblo tranquilo entregado mayormente a la recogida de la aceituna y nos entreteníamos mirando los todoterreno con remolque que hacían cola en la prensa al comienzo de la calle principal del pueblo, hablábamos un ratillo con los cazadores, agricultores, con el lego Paulino encargado casi siempre del camarín de la Virgen, y en fin, echábamos un día formidable hablando de todo un poco, admirando a la vuelta el camino a Obando y La Puebla de Alcócer, repleto de grullas, rapaces y avefrías...
     
El otro día todo en Guadalupe nos devolvió las prisas de ciudad. Sin aparcamiento, la carretera cortada en el pueblo por saturación de vehículos, colas para la lotería, para el pimentón, para los higos..., subida al camarín desde la iglesia, en vez desde el pasillo de entrada, de cualquier manera en una fila que quería disciplinar un franciscano malhumorado como si fuera una llegada ciclista al sprint moviendo los brazos como un guardia de circulación y venga “rápido, rápido, no se paren...” En la puerta del monasterio, lo que nunca, había dacios que con una mano te abrían la puerta y ponían la otra en espera de la voluntad ajena; en la fuente de los Tres Chorros dos mozuelos de la misma nación que los pobres de la puerta pescaban los céntimos que la costumbre del turista lanza no sé aún con qué intenciones. El caso es que a las dos nos sentamos a comer donde lo hacemos últimamente -hubo unos años que solíamos ir a Cañamero donde dan muy bien y a buen precio- y a las cuatro salimos con dirección a la dehesa que nos lleva a Obando con la sensación de que nos han estropeado algo de nuestra Navidad. Una de nuestras rutinas.
      
Al marchar no dejaba de llegar personal que aparcaba los coches abajo y subía la cuesta con esa ilusión que ahora ilumina los ojos del turista de móvil que se entusiasma enviando un selfie para que se sepa dónde hay que estar en cada momento. Esta noche, hasta una cadena nacional va a transmitir las campanadas desde la plaza de Guadalupe. El pueblo más bonito de España, dicen...
      
Feliz año a todos y sobre todo, de corazón, mucha salud. Lo de verdad importante.

Exteriores

 La vida de Brian
Comando suicida


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Antes de echarnos a la calle a correr la San Silvestre hemos de saber que nos vamos a pasar el nuevo año, y todos los años que nos queden por delante, trabajando para la gallina del Cambio Climático, cuyos huevos de oro van al cesto del Reich financiero de frau Merkel, de donde han salido al galope los únicos que podían, que son los ingleses, con los españoles gritando, que es lo nuestro, “no corráis, que es peor”.

    –El nuevo “stato” está aquí –decía el gran Médici, Cosme, que aspiraba a “tener a Dios por deudor”, agudeza demasiado ajena al panfilismo alemán.
    
En el XVIII, por culpa de la Ilustración que vindican nuestros verbalistas de bar, Europa se creía el centro de la Tierra. Este egocentrismo fue minado en el 35 por la asombrosa profecía de Tocqueville según la cual el futuro correspondía a Estados Unidos y Rusia, matizada en el 47 por Donoso Cortés en las Cortes:
    
Sólo tres naciones poseen hoy en día lo que merece ser calificado de política exterior: Inglaterra, Rusia y los Estados Unidos.
   
 Sin política exterior no hay Spexit que valga, y eso lo sabe Sánchez, que ha intentado reparar la carencia con su misión suicida (escena final de “La vida de Brian”) en Bolivia. “Deus escreve certo por linhas tortas”, y a lo mejor este gandumbas sólo estaría persiguiendo la unidad de España.
    
El conde Cavour se preparó a la conquista de la unidad italiana enviando cuatro mil hombres a Crimea –dijo en las Cortes un ministro canario de la Regencia.

    Sánchez ha enviado a Bolivia cuatro maderos de Torrente disfrazados de “Miami Vice”, y dependientes de dos ministros-jueces (¡jueces y juezas para la democracia!), que fueron repelidos a bolsazos por unas vecinas, lo cual nos da una idea de lo que hubiera sido la política exterior de la Conquista con Marlaska y Robles en los puestos de Cortés y Pizarro.
    
Para un Spexit se necesita la política exterior, no de los cubanos, sino de los ingleses… y su British Army, cuyo elogio profesional me hace siempre Poli Maza.

Martes, 31 de Diciembre

Valle de Esteban


la altiplanicie de esta noche

Martes, 31 de Diciembre

Leonardo da Vinci (1452-1519)

lunes, 30 de diciembre de 2019

La póliza

Edward Coke


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En el Estado de Derecho, el Derecho es “la facultad de las cosas inútiles”, descrita por Yuri Dombrovski.
    
España, por ejemplo, anda ahora pendiente de una póliza de la Abogacía del Estado para que Sánchez remate el desguace del mapa iniciado por Suárez, el hombre que susurraba al centrifuguismo (“café para todos”).
    
Suárez iba de águila, pero ignoraba la ley según la cual toda parte que actúa en un sentido intervencionista sobre la sociedad en una proporción superior a la del todo de que forma parte tenderá a separarse de ese todo. (¡En España ya vamos por León, cuna sentimental de Zapatero!) Es la formulación que un profesor, Gallego García (único español, por cierto, con curiosidad para estudiar la representación política), hace de una idea del economista alemán Wilhelm Röpke.
    
Si España fuera hoy un país serio, Sánchez nos contaría el chiste con que Reagan amenizó la toma de posesión de su secretario de Justicia, Edward Meese:
    
–¿Sabes por qué utilizan abogados en vez de ratones en los laboratorios? Por tres motivos: el primero, porque hay muchos abogados, casi tantos como ratones; el segundo, porque ningún científico llega a encariñarse con ellos; y el tercero, y el más importante, porque hay cosas que los ratones se niegan a hacer.
    
¿Lo de Sánchez está fuera de la ley? Procédase a su arresto. ¿Está dentro? Entonces (es el caso) tenemos un problema muy gordo que todos creen eludir con esa liga para cazar pajaritos del Estado de Derecho.

    En el Estado de Partidos (Estado de Derecho, para los finolis), el Derecho es el acordeón del soberano. ¿Quién es el soberano? Los partidos. ¿Y el partido de partidos? El Psoe. ¿Y su jefe? Sánchez. ¡Sánchez rematando el mapa de España como María Jesús el baile de los pajaritos! Sánchez y su voluntad soberana, ante cuyo arbitrio la ley natural y la costumbre se doblan como las velas del velorio. ¿Dónde está ese juez Coke que le ponga, en vez de una póliza, una loncha de “common law” al “san jacobo” de La Moncloa?

El delantero centro

Josechu Larreina


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El Madrid de Zidane no tiene delantero centro.

    El delantero centro en el fútbol es como el chispas en la construcción: tiene mala prensa, porque suele ser el que más cobra y el que menos frío pasa. Aparece cuando la obra está hecha, pone  todo el mundo a disposición suya y se lleva la gloria de ver la luz al final del túnel.
    
Antiguamente, antes de las cámaras chivatas de TV, el delantero centro era un mozo sin piños, perdidos por los codazos de los defensas centrales en cada córner. A los jóvenes nos causaban muy mala impresión, y nadie, de niño, quería jugar de delantero centro. Al equipo local, todos los delanteros centros venían de fuera. Mi pesadilla infantil fue Josechu Larreina, alias Torito, delantero centro del Baracaldo, que siempre le hacía un gol al Burgos en “El Plantío”. Los chavales compartíamos fondo, que era un terraplén de arena, con los sorches (militares sin graduación) en un terraplén, y lo que nos daba miedo de Larreina no eran sus goles, que al fin y al cabo se quedaban en la red, sino sus remates desviados. Cuando el extremo baracaldés centraba, antes de que el balón llegara a Larreina alguien gritaba “¡cuerpo a tierra!”, y medio fondo se tiraba en montonera contra la chapa de la publicidad para guarecerse. Así daba gusto ir al fútbol.

    – Yo nací (perdonadme) / en la edad de la pérgola y el tenis
    
Mi pérgola debió de ser Josechu Larreina, delantero centro del Baracaldo, y mi tenis, Rafa Viteri, delantero centro del Burgos, con Juan Gómez Juanito de extremo suyo. Viteri era un Benzemá con dos vinos, es decir, un genio de verdad, y por él todos los chavales querían jugar de delantero centro, porque el delantero centro era ya otra cosa. No contaban tanto los goles como el modo de hacerlos, igual que ocurre con el periodismo americano, donde la noticia no vale nada si para obtenerla no ha habido que derrumbar un par de edificios y sobornar a un par de peces gordos.
    
El Madrid de Zidane, decíamos, no tiene delantero centro, pues Benzemá es un dispensador de asistencias más que de goles. ¿Cuándo se jodió el delantero centro, Zavalita?
   
 En el 89 Gary Lineker, de oficio delantero centro inglés, le ganó a Antonio D. Olano un premio literario con la novela “¿Dónde está el delantero centro?”, que era la forma linekeriana de verbalizar su relación con Johan Cruyff. Olano había presentado al concurso su visión de Príapo-Butragueño en el Bernabéu (la famosa foto de Carlos Monge), pero al jurado le interesó más la intrahistoria culé del delantero centro alineado como extremo izquierdo por el Profeta del Gol, un hombre destinado a cambiar los usos y costumbres del fútbol español. Incluso Vázquez Montalbán dejó por un momento de escribir de obreretes concienciados para acometer una intriga comercial titulada “El delantero centro asesinado al atardecer”.
    
Una década ha cumplido Benzema en el Real Madrid, y no figura entre los acontecimientos de la década seleccionados por la Agencia F (fundada con F de Falange) que llamaba “fallecido” al entrañable jefe republicano Melquíades Álvarez, la noticia de cuya muerte (“paseado” por la milicianada) arrancó lágrimas de saurio a Azaña. Tampoco aparecen las cuatro Champions del Madrid, tres de ellas consecutivas. La Agencia ha preferido hacer sitio al fallecimiento (éste sí) de Johan Cruyff y al ir y venir de Messi en la era de Ronaldo. ¿Merecía Benzemá estar ahí, después de haber estado diez años con el “9” del Madrid? Según Zidane, sí, pues lo considera por delante de Mbappé, Kanté o Ben Yedder, razón por la cual en el Bernabéu, más que de sus goles (doce, en lo que va de temporada), se habla de su renovación, que, con 32 años, podría colocarlo a la altura de Donato.
    
Doce goles lleva de delantero centro Benzemá, y el siguiente, Ramos, defensa central, tres. No son números de Liga, y, sin embargo, con ellos, el Madrid aún no se ha despedido del título, y estamos ya en enero. Con Ramos de perseguidor, Benzemá se ve de delantero centro del Bernabéu hasta los cuarenta. También Zidane lo ve, dado que no tiene plan B.
    
–Los jugadores no te lo dicen porque tienen miedo, pero no tienes plan B y eres temporal –le espetó el portero Green, del Chelsea, a su entrenador, Maurizio Sarri, luego de perder un partido por seis a cero.
    
La franqueza de Green coincidió con la decisión de retirarse. En el Madrid, donde no se retira nadie, nadie va a afearle a Zidane, con tres empates consecutivos, el hecho de carecer de plan B.


PARTIDOS ENTEROS

    En la cháchara futbolera de Valdanágoras con el hijo de Johan Cruyff ha aparecido una herradura de siete agujeros: “Pablo Aimar decía pertenecer a la última generación que verá partidos enteros. Me asustó, pero me pareció real. No sé cómo va a tener que hacer el fútbol para adaptarse”. Si, según Camus, es verdad que no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio, el suicidio, también lo es que no hay más que un problema futbolístico verdaderamente serio, el tedio, y vamos hacia una reducción temporal de los partidos a la mitad. Sin beber, sin fumar y sin goles, noventa minutos son una cadena perpetua no revisable.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Mensajes

 Jacob Rees-Mogg


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La pregunta ontológica del franquismo era: “¿Y después de Franco?” Y el mismo preguntador contestaba: “Las instituciones”. ¡Ah, el sentido institucional del español! ¡Qué manera, la suya, de cambiarse de institución! ¡Qué tiempos aquellos en que un jeta podía cruzar España saltando de institución en institución!

    –Del bigotillo a la barbita. “¡A mí que no me toquen el cocido!”
    
Ahora que empieza a vérsenos el cartón institucional, en la católica España sorprende el mensaje navideño de Boris Johnson, al que periodistas incapaces de dar con una oración en la Biblia llaman “payaso” porque recita en un plató a Homero en griego.

    Como ocurrió con el Brexit, del mensaje de Johnson el periodismo global ha destacado lo anecdótico, “no os peléis con los cuñados”, y ha ocultado lo categorial: “la Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús”, declaración que habrá hecho persignarse a Bergoglio, antes de pedir al productor de Netflix las sales ante el párrafo definitivo:
    
Para cristianos de todo el mundo el día de Navidad se celebrará en privado, en secreto, tal vez incluso en una celda de prisión. Como primer ministro, eso es algo que quiero cambiar. Estamos con los cristianos en todas partes, en solidaridad, y defenderemos su derecho a practicar su fe.
    
Ahí podría verse la mano de Jacob Rees-Mogg, que no es Teo García Egea ni Borja Semper, enredado, el hombre, con el solsticio como aquel maestro de esgrima (sátira quevediana contra Luis Pacheco) que el Buscón halló en Torrejón, junto a una mula suelta, mirando un libro y haciendo rayas que medía con un compás.

    ¡El individualismo destrozando su propio nido!

    En cualquier caso, descubrió Santayana, es el inglés de cuerpo entero el que ha empujado tan lejos el barco:

    –Cuando deja de ser sensual y nacional, aventurero y sensato, reservado y religioso, el inglés es un fantasma loco; pero allí donde impera hace de la grata Inglaterra, como de Grecia, algo memorable.
    
Y nosotros que qué payaso es Boris.

La «kurskina»


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Está visto que las ideas son como las corbatas, porque, ¿quién lleva una corbata en este tiempo? Los que van de jefes y, por supuesto, los políticos. No me he quedado con la que llevaba Aznar al abrazar a Arafat, que es un tipo que todavía da miedo, pero estoy seguro de que estrenaba una. Estamos en la «rentrée», y en la «rentrée» a todos los políticos les gusta presumir de ideas nuevas. Es natural. Después de una temporada en pelotas, se pone uno el uniforme y tiene la sensación de ser otro. El uniforme del político es la corbata, de cuyos tonos se desprende la ideología. Por ese lado, en esta temporada parece imponerse, más o menos brillante, el azul purísima. Así se explica, por ejemplo, el ostracismo literario de Luis Aguilé, un hombre, si no de grandes ideas, de enormes corbatas subversivas, que aún puede jactarse de haber quedado dos veces finalista del Planeta. Como nadie recuerda a los ganadores, Aguilé está ahora dispuesto a hacer un libro con cincuenta canciones y la historia de sus mujeres. «Me he acostado con más de trescientas», ha declarado en un periódico. Y a lo mejor era eso lo que quería decir Felipe González, ya sin corbata, al decir que España es una «mediocracia».

La «mediocracia» es el gobierno de los medios, ocupación que ha dejado a los políticos sin agenda propia, como se queja González: «La inmediatez y los medios hacen cambiar agendas y actos a muchos políticos.» Tomemos el ejemplo de Putin, que no es un mediócrata cualquiera, aunque se le haya quemado el repetidor de TV. Para la mediocracia occidental, Putin es un político sin ideas que este verano llegó tarde a la crisis del «Kursk». Tarde y, naturalmente, sin corbata, como bien se ha encargado de resaltar la propia mediocracia occidental. Pero, ¿dónde está la contradicción? La ventaja de la mediocracia de Putin sobre la mediocracia occidental no es su falta de ideas o de corbatas —incluso hay una presentadora de noticiarios rusa que no lleva ni sostén—, sino su falta de escrúpulos. No lo digo por lo de la presentadora, que no pasa de ser un atisbo de hedonismo putinesco para poner en duda la conversión de Rusia anunciada a los pastores de Fátima. Lo digo por lo de la kurskina.

En recuerdo de Putin, podía decirse «putina», pero en una sociedad como la nuestra, que ve con peores ojos la grosería que la crueldad, es preferible, en recuerdo del síndrome del «Kursk», decir «kurskina», la famosa inyección administrada por expertas manos funcionariales a una madre rusa que disentía airadamente de la versión oficial sobre el hundimiento del submarino. Yo no sé si los mediócratas rusos habrán leído el capítulo del «Tratado de las pasiones» de Descartes titulado «Por qué quienes palidecen de cólera son más de temer que quienes enrojecen», pero el caso es que no hemos vuelto a ver imágenes de más disidentes de la versión oficial, ni tampoco de la madre rusa —viva, quiero decir—, lo cual que, puestos a disentir de las versiones oficiales, ya no sabe uno qué es mejor, si que te den un sedante, como en la mediocracia rusa, o darte contra um espejo retrovisor, como en la mediocracia española, donde la gente aparca en cualquier sitio.

Hombre, si el sedante administrado a la madre rusa era realmente un sedante con prospecto farmacéutico y no un pico de heroína cortada por un camello chechenio, la kurskina me parece ideal para tertulias y ruedas de prensa, empezando por las tertulias de Rahola y Ramoncín y terminando por las ruedas de prensa del portavoz gubernamental, que no tiene por qué estar hoy dando cuartos al pregonero sobre la avería del submarino de Gibraltar, un suponer, cuando hace dos meses que dijo, en versión oficial, que la reparación se había realizado con total normalidad. Por vía oral o por vía intravenosa, la kurskina es el hallazgo más revolucionario de las mediocracias en su avance hacia la libertad de expresión, para la cual, tal como hoy se la concibe, lo que cuenta son los tonos, no las ideas, que, como tenemos dicho, valen lo mismo que las corbatas.


Por vía oral o por vía intravenosa, la kurskina es el hallazgo más revolucionario de las mediocracias en su avance hacia la libertad de expresión, para la cual, tal como hoy se la concibe, lo que cuenta son los tonos, no las ideas, que, como tenemos dicho, valen lo mismo que las corbatas

Los 80. Ana Belén


FARÁNDULA Ignacio Ruiz Quintano

 ABC

Semíramis. El personaje es una hija de perra, pero lo quiero y me encanta



Estos pelajos con tanto sudor...¿Queréis una fruta? Sí, las flores me las han traído Concha Velasco, Pilar Miró, Maribel Martín, Julián Mateos, las macetas son de Juan Diego y ese cuadro un amigo


¿La ventaja de no salir de noche? Bueno, no soy ninguna velona, no, pero, aunque sea en mi casa, también trasnocho cantidad
 




Domingo, 29 de Diciembre

Rembrandt van Rijn (1606-1669)

"Porque Herodes va a buscar al niño para matarlo"

DOMINGO, 29 DE DICIEMBRE

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.» Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

Mateo 2,13-15.19-23

sábado, 28 de diciembre de 2019

Inocentes

Rafael Dieste


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En el Día de los Inocentes resurge la escena, narrada por José-Miguel Ullán, del coruñés Rafael Dieste contemplando en Rianxo el paso de una niña y una vaca. Y la explicación de Gabriel Zaid: la niña era la inocencia; la vaca era la mansedumbre.
    
Y la inocencia no ocultaba su particular firmeza: ese dejarse guiar por lo que viene detrás. Mientras que la mansedumbre tampoco consistía en seguir por seguir a la mocosa, en plan bestia, sino en dejarse llevar por el ritmo del corazón.
    
De la inocencia rianxeira a la inocencia edénica, que era el estado del hombre antes de la Caída. ¿La Caída? Para que lo entienda la romántica ministra de solsticios mandilones: el Cambio Climático de la Biblia.
   
 –Romántico es el que cree en la caída del hombre, pero no en el pecado original –dejó dicho Maeztu en “El Sol”, donde Beatriz Galindo, que firmaba la “Crónica femenina”, defendía la inocencia del hombre primitivo, indiferente ante el desnudo integral de la mujer emancipada que Galindo proponía, si bien se contentaba, para empezar, con ir acortando las faldas y estirando los escotes.
    
“Spectacle ridicule et terrible” fue para Tocqueville ver la seguridad e incapacidad para percibir las cosas con que hablaban los ricos del “Ancien Régime” sobre “la mansedumbre e inocencia del pueblo” cuando 1793 estaba creciendo ya bajo sus pies.

    –Tiene el pulso de un inocente –dijo a Víctor Manuel la enfermera de Bautista cuando la movida en la Sociedad de Autores.
    
De la inocencia científica de Bautista a la inocencia bíblica de Bergoglio, que en una reciente tertulia con jesuitas comparó a Trump, el único presidente americano que (todavía) no ha matado a un solo inocente, con Herodes Antipas, que hubiera sido “cover” de “Time” por su matanza.
    
¿Matanza de Herodes? ¡Hummm! ¿Población de Belén? ¿Mil? ¿Niños varones de hasta dos años? ¿Diez? ¿Escaqueados (como el propio Jesús)? ¿Tres? Quedan siete niños. ¿Qué matanza de inocentes es ésa?, se quejaba, con razón, el tetrarca de Galilea.

El misterio gozoso de María

Guido di Pietro da Mugello, Fra Angélico (1400-1455)


Martín-Miguel Rubio Esteban

Con el corazón ya totalmente apaciguado gracias a las revelaciones del Ángel, José informó a María, con el embarazo ya muy avanzado, de una noticia administrativa:

-Conviene que en breve marchemos a Belén, María, pues de acuerdo al decreto sobre el censo que han promulgado los romanos y que ha sido clavado en la puerta de nuestra sinagoga, todos debemos censarnos y declarar nuestro patrimonio en la ciudad de donde proviene la familia. Así que preparémonos en seguida para este viaje.

Tres días después ya estaban caminando hacia Belén, cuando María, un tanto nerviosa, dijo a su esposo:

-Es necesario que nos demos prisa, José, pues me parece que nuestro hijito va a nacer en breve.

Llegados a Belén comenzaron a buscar posada, pero todas ya estaban llenas de gentes que venían a empadronarse, y ya no les quedaba a ninguno de los dos familiares que aún viviesen en Belén. Apiadada la mujer de un posadero, que veía el vientre hinchado de María, les dijo:

-Me desagrada mucho no poder daros una habitación viendo su estado, jovencita, pero se me ocurre que no lejos de aquí hay un lugar que no está mal para poder guareceros, y es un lugar recogido y limpio, que emplea a veces mi suegro para el ganado. Marchad allí; se trata de una cueva agrandada un poco, y llegaréis antes del anochecer tirando por ese camino, en donde está marchando un rebaño de ovejas.

Una vez que dieron con la cueva, María, ya muy fatigada, dijo a su esposo:

-Ocupémonos esta cueva como nuestra casita, y gocemos de un descanso merecido, pues yo me encuentro muy agotada, mi dulce esposo, y la caballería también.

Acostada María, se durmió en seguida, y José, siempre diligente y responsable, empezó a acondicionar la cueva lo mejor que supo, con un solo cuchillo, un hacha y su pericia de carpintero, construyó una especie de lecho para su esposa, y una cunita para el Niño, acondicionando un pesebre para el ganado, y transcurrido sólo un día la cueva ya tenía el aspecto de una casita aseada de gente humilde y ordenada. Transcurridos dos días, María pareció mejorar tras el descanso, y lo que había parecido en el camino un parto inminente se olvidó. Esta mejoría fue aprovechada por José para salir con su esposa a empadronarse ante la Administración romana, y hacer algunas compras imprescindibles para el parto que estaba a punto de llegar. También José aprovechó la oportunidad para encontrar una experta comadrona, llamada Salomé, también con fama de bruja, a fin de que ayudase en el alumbramiento de su mujer. Una semana más tarde María llegó al tiempo establecido, empezó a tener contracciones definitivas, y el Niño vino al mundo en el segundo mes de la primavera, el mes griego de Muniquión.

Ahora bien, la teología más ortodoxa ha negado siempre el hecho de que María pudiese sufrir algún dolor o contracciones molestas ante la venida del Niño Dios, porque, efectivamente, el parto de María fue virginal; es decir, misterioso, probablemente indoloro, y absolutamente gozoso. Los teólogos más marianos, desde San Ildefonso, consideran que el maravilloso misterio de la virginidad es de hecho teológicamente incompatible con el dolor maternal y las contracciones, por lo de ilimitada apertura que tiene a Dios la propia virginidad de María. Porque María no sólo goza de una virginidad corporal, sino que sobre todo su virginidad la es espiritual; esto es, de un exclusivismo absoluto y libre en las relaciones con Dios, con El Cual nadie puede entrar en competencia. La virginidad espiritual de María, fundamento de la corporal, la convierte en prototipo de la “Congregatio fidelium” que es la Iglesia. De aquí toma la virginidad cristiana su sentido no como valor negativo de simple continencia, sino como valor positivo de confiada apertura a Dios. Esta apertura es la fe.

La tradición nos cuenta que a la comadrona Salomé se le secó su mano derecha por impía curiosidad, por querer comprobar la milagrosa virginidad con la que quedó la Virgen María después del divino parto gozoso. Es casi seguro que esta tradición responde sólo a un mito, a una fábula mítica, como las de Higino, pero su significado religioso es básico: la virginidad de María es un dogma que debe creerse como el pilar básico de la Iglesia peregrina, en cuanto que ella es guía y princesa – esto es, “primera cabeza” – de la fe.

Por otro lado, la concepción inmaculada de María, única excepción entre todo el género humano, herido por el insoslayable pecado original de acuerdo a los Concilios de Cartago y Trento, la preservan de la concupiscencia y del dolor. “En ella” el Nacimiento del Hijo de Dios fue sólo y sublimemente gozoso, sin posibilidad de dolor alguno. El misterio gozoso del Nacimiento de Jesús hay que vincularlo a la Concepción inmaculada de la bienaventurada Virgen María. La Madre de Dios no perdió los dones del Paraíso que toda la Humanidad, salvo ella, perdimos. Es así que es doblemente Virgen por responder a la Humanidad primigenia del Paraíso, en que Dios creó con sus propias manos, a su imagen y semejanza, al Hombre. La Virgen se convierte así en la única habitante humana de la llanura de Mecone, única supérstite de la caída en el pecado original.

Finalmente, la virginidad espiritual de la Virgen María debe ser verdadero dechado y ejemplo para los cristianos de la virtud de la lealtad, sobre todo hoy, en donde tal virtud es casi imposible de buscar en mundo con tanto “putas” infiel a sí mismo.

Sábado, 28 de Diciembre

Francisco de Zurbarán (1598-1664)

viernes, 27 de diciembre de 2019

Vulpes


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El 83, primer Año del Cambio, las revoluciones corrían que se las pelaban. En febrero, Rumasa: “Tó p’al pueblo”, que dijo el hermano de Juan Guerra. En abril, en la TV única, y en horario infantil, Las Vulpes, con “Quiero ser una zorra”: (era un cambiazo: la zorra de Las Vulpes por el perro de The Stooges). Y en mayo, en San Isidro, el zambombazo de Paco Ojeda, que nadie ha vuelto a torear “ahí”.

 –¿Quién fue el lumbreras que decidió poner una bandera (española) en el canal público infantil? Dejen a los niños en paz –tuiteaba ayer un tal Évole.
 
Quien decidió poner a Las Vulpes (“Quiero meter un pico en la polla / A un cerdo carroza llamado Lou Reed. / Me gusta ser una zorra…Etcétera) en el canal público infantil del 83 fue Carlos Tena, un señor de Burgos que luego se jubiló en Cuba. En mayo las presentaron en Rock-Ola, y fue un petardo. No había vuelto uno a saber de ellas hasta el otro día, por boca de Cristina Morales, ganadora del Injuve y del Nacional de Narrativa, a quien el periódico de las élites presenta como la nueva Hannah Arendt. Morales ve en Las Vulpes el “claro del bosque” heideggeriano:

    –Ser una puta, no tu puta o hacerme la puta, sino serlo.

 Y como el lenguaje, dijo el filósofo, es la casa del ser, Morales dice que por eso ella mete en su obra el “lo” delante: “lo mujer”, “lo puta”.
 
No es lo único que mete en sus novelas. En “Los combatientes” metió, como propios, los discursos del teórico del fascismo español, Ramiro Ledesma, y gustaron tanto que el PP le dio el Injuve.
 
Al recoger el premio estuve a punto de desvelarlo, pero pensé que eso correspondía a los críticos y a los lectores.
 
Ledesma tuvo de Desmoulins, el Cicerón tartamudo de la Revolución francesa, no tolerar su suplicio: “Se agarró al cuello del ejecutor en la carreta, y llegó al borde del abismo ya medio destrozado”, leemos en las “Momorias de ultratumba”.

    La creación suprema de Morales, la que más gusta, es Nati, “un personaje que la tiene tomada con los fachas”.

Tora, tora, tora

La Jurista en De Madrid a Oviedo pasando por las Azores

Hughes
Abc
 
El Psoe actual es una escuela de retórica política destinada a volvernos locos. En lo alto está Pedro Sánchez, el hombre que no le dice dos veces lo mismo al mismo espejo, y de ahí baja en torrentera locoide por las Lastra, Calvo, Solsticios Rivera, Montero, el dos veces gravitatorio Ábalos o los lisérgicos Sicilia o Zaragoza. Cada una de sus ruedas de prensa es una bomba de humo que suena a Antonio Ozores.

Lugar destacado ocupa la ministra Margarita Robles («Yo, que soy jurista»), patrocinadora del «Equipo de Capacidades Especiales», que en la foto vemos subida en un caza del Ejército, lo que excita inmediatamente la imaginación de los aficionados al cine de aviación.

La Ministra de Defensa en funciones dio ayer una entrevista en la cadena amiga y dijo algunas cosas dignas de camiseta.

Una, que suele pasar desapercibida, dedicada a las conversaciones del PSOE con ERC: «Lo importante de las negociaciones es la discreción». Que nadie sepa nada, por tanto, que transcurran en la absoluta opacidad, como encuentros clandestinos con Rufián. Esto, que es un escándalo -mucho más cuando va contra lo sostenido por el candidato Sánchez- no sólo se admite, sino que se considera una virtud. Que pacten lo que tengan que pactar, se dice, ¡pero que «se sienten en una mesa»! Como si lo importante fuera la mesa.

La otra perla, marca de la casa, fue extrañarse mucho de «las prisas tremendas que le han entrado a todo el mundo» por leer el escrito de la Abogacía del Estado sobre la sentencia del TJUE. Ahí ya no hablaba la ministra, hablaba también la jurista, recordándonos que en la ley hay una cosa llamada «plazo», quizá la única carga de emoción del asunto. Natural es que todos estén intranquilos menos el actual Gobierno. Al fin y al cabo, del informe depende el estatus de Junqueras, del que a su vez depende la abstención de ERC, de la que depende nada menos que la futura investidura de Sánchez. ¡Prisa no tienen ninguna! ¡Tómese su tiempo la Abogacía!

En Pearl Harbor, fue un aviador nipón el encargado de mandar el críptico mensaje, Tora, para comunicar que el objetivo había sido alcanzado. Aquí la sensación es que Tora ya se ha dicho.

jueves, 26 de diciembre de 2019

Acomodadores




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Casi había más orden la tarde que los guardias de Tejero tirotearon el techo del hemiciclo que el que han dejado los acomodadores de la Soberanía Nacional (¡Hobbes, “joeté”!) en el nuevo Congreso, donde los cincuenta diputados de Vox han sido escondidos por el Consenso bajo las camas, como las pelusas cuando llegan a casa las visitas. ¿Cómo distinguir en esa distribución “montaigne”, “vallé”, “plaine” y “marais”?

    –La España que suma no es la Revolución francesa –dirá Casado, si le preguntan.
    
Y dirá verdad: este hemiciclo se parece más a la andanada de Las Ventas en San Isidro cuando torean las figuras y te colocan en medio de un grupo de chinos que se pasan la corrida consultándote todas sus dudas acerca de la lidia.

    –Cuando vienen las figuras, no hay lidia –les resume uno. No lo entienden, pero se tronchan de risa.
    
Se acabó. Ni montañeses ni valleses ni planicios o empantanados. Con la cosa del Consenso, los acomodadores del Congreso dan por obsoleta la oposición derecha-izquierda (¡el crepúsculo de las ideologías!), creencia fascista de los años treinta contra la que alertó el radical Émile-Auguste Chartier, Alain, explicando que sostener semejante creencia era confesarse de derechas, pero sin valor para admitirlo.

    La España que suma no será la Revolución francesa, pero la Carrera de San Jerónimo va a ser como la Asamblea francesa del 89, donde la destrucción, al decir de Chateaubriand, “siempre formaba parte del orden del día”. Allí, las sesiones de la noche superaban en escándalo a las de la mañana: “Los principales personajes pertenecían todavía al antiguo régimen; sus terribles sustitutos, ocultos detrás de ellos, no solían hablar”.
    
Al final de una violenta discusión, vi subir a la tribuna a un diputado de aire vulgar, vestido con elegancia, como un notario de pueblo cuidadoso de su persona. Pronunció un discurso largo y enojoso. Nadie le hizo caso. Pregunté su nombre, y me dijeron que era Robespierre.
    
Un acomodador de cabezas.

Jueves, 26 de Diciembre

Giotto di Bondone (1267-1337)

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Día de Navidad

 La Santa

 La Bárbara

 El Tronco

 El Cinto

 La Chancla

 El Tiesto
CLT

El pesebre


Martin Heidegger


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El nihilismo, pensado en su esencia, es más bien el movimiento fundamental de la historia de Occidente.
    
Cala tan hondo que su desenvolvimiento ya sólo puede tener como consecuencia cataclismos mundiales. El nihilismo es el movimiento histórico universal de los pueblos de la tierra lanzados al ámbito de poder de la Edad Moderna.
   
 Esto viene dicho por el Heidegger de “Holzwege” (“Sendas perdidas” en el español de la traducción argentina), publicado en 1950, con más lectores, aquí, que su “Ser y tiempo” del 27.
    
Cinco años antes, con los rescoldos de la guerra en el corazón de Europa, nuestro Madariaga explicaba en la BBC de Londres la inquina nazi (y comunista) al pesebre:
    
La maravillosa enseñanza de la Nochebuena es que el hombre no puede negar su humanidad sin caer en lo animal.
    
Si el pesebre produjo y mantuvo una corriente educadora de vigor incalculable (la dignificación de los humildes y la supeditación de los grandes al conjunto social), “¿por qué el nazismo (y el comunismo) persigue el pesebre?”
    
Hitler se dedicó a la gente joven, para arrancarle de raíz todo elemento de cultura cristiana. Así se explica que Irma Greese, ahorcada hace quince días por su conducta en Belsen, hubiera perdido a los 22 años hasta los sentimientos más elementales de caridad.
    
En el sentido humano de esta fiesta que no distingue colores ni fronteras ve Madariaga, a quien Ortega, vencido en la trascendencia por la frivolidad, llamó “tonto en cinco idiomas”, cita predilecta de nazis (y comunistas), el valor más preciado de la Navidad:
    
Bibliotecas enteras de filosofía moral no han ejercido sobre el progreso humano influencia mayor para hacer que se respete a todo hombre, por humilde que sea; a toda mujer, a todo niño, que esta sencilla escena del pesebre, representada cada año en toda la Cristiandad.
    
Volvemos al principio: quienes erróneamente se figuran estar libres del nihilismo, avisó el filósofo del ser, son acaso quienes más a fondo contribuyen a su desenvolvimiento.

Hispania, nationum natio

Príncipe Nikolái Serguéievich  Trubetzkoy



 Martín-Miguel Rubio Esteban

Que España es una “Nación de naciones” es una figura retórica muy mal traída políticamente. Se trataría de una hipérbole con un sentido positivo y majestuoso, es decir, no una tapeínosis, parecida a este tipo bíblico de “Sara, madre de naciones”, que San Isidoro reconvierte en “Roma, nationum mater”, y que luego el Renacimiento la recupera. Pero si nos atenemos a su solo contenido político estamos ante un oxímoron enfático siniestro. El énfasis, mediante la comunicación de un pensamiento inexacto, quiere expresar algo más aproximado a la realidad o verdad, en tanto que el oxímoron es la unión sintáctica de conceptos contradictorios en una unidad. Semánticamente una nación de naciones no tiene ningún sentido inteligible, a no ser que se le quiera convertir en una antonomasia, como “es la mujer de las mujeres”, o en una ironía picarona en ciertos contextos de invectiva. En todo caso dicho por el Gobierno, en el que por definición el analfabetismo y la estupidez no pueden estar presentes sin contrariar a Hegel, es una traición a España como una casa. Porque la “natio” siempre se ha definido frente a las “nationes peregrinas”, o extranjeras. El valor de la “natio” es un valor de posición frente a las demás, lo mismo que los fonemas en el sistema del príncipe Trubetzkoy. La posición nacional, como el paisaje, desempeña una función catalítica en la psicología y el arte de los habitantes. El concepto “nación de naciones” es todo un adýnaton o cosa imposible desde el punto de vista puramente político, y ya llegados a este punto sería sólo una metáfora de asociación de naciones libres e independientes, extranjeras entre ellas mismas, una Commonwealth de la Península Ibérica, una retórica inane y pomposa, una España muerta y despedazada. Pero España, qué duda cabe, se resistirá a ser una nación de naciones, a ser un toro desollado como el de Rembrandt, o con la versión más salvaje de Chaim Soutine.

Puede existir un Estado de Naciones –como el caso del Reino Unido–, pero jamás una Nación de naciones, una estupidez traidora, una felonía, que parece imposible que la perpetren gentes de la misma ideología que Jean Jaurès, que sabía escribir magníficos textos en latín. “España, nación de naciones”, es una venenosa palabra-ronroneo que esconde la puñalada mortal de una palabra-gruñido. Toda una criminal traición perpetrada por quien prefiere gobernar en “lo que quede de España” a no gobernar en absoluto. Esta monstruosa acuñación es una repugnante carantoña en los ilei pondera o peso de la entrepierna del secesionismo rampante y nazi. Cuando una nación vive como una única unidad durante más de quinientos años ineluctablemente esa nación es una nación indivisible. Tampoco España es una nación de naciones en un sentido de Imperio, como lo fueron los antiguos imperios fracasados ruso y austrohúngaro.

Por otro lado, cuando la indecencia y la ignorancia políticas quieren triunfar sobre la ética y el conocimiento políticos, siempre echan mano desde los clásicos del relativismo moral y el relativismo cultural. Así, un campanudo secretario general del Partido Socialista de Euskadi, quizás con la torva idea de tocar salva sea la parte a Emiliano García Page, afirma categórico y muy natural que “hay tantas naciones como cada cual quiera”, añadiendo con firmeza que “el concepto de nación es muy amplio y pueden existir tantos conceptos como queramos”. El mal siempre cuenta con la ignorancia y el analfabetismo como los más poderosos aliados.

Los nacionalismos hirsutos, que como tumores cancerosos ponen en peligro el cuerpo de la nación española, son un inveterado producto de codicia, curas trabucaires y mitología voltairiana. La deslealtad y la onfalitis de algunas autonomías han potenciado la cría de gallos de ambición mezquina, que con tal de tener ellos un pequeño corral en donde exhibir pletóricos su apoteósica cresta de mediocridad atentan criminalmente contra la patria y la nación. Los curas trabucaires, con olor a rancia sacristía sin ventanas, envenenaron el alma catalana ya desde la Guerra de Sucesión, en la que activamente participaron en la masacre de castellanos y violación de castellanas. Voltaire creó el mito catalán para como buen patriota defender los intereses de Francia contra el Imperio Español. Nada justifica el despropósito independentista. Es un cáncer nacido del abuso constante, y consentido largamente por el órgano rector que debería velar por la salud de la nación española, y no permitir dietas letales.

Pero ya el divino orador Lisias nos enseñó con su sublime estilo ático que de la misma manera que es propio de los valientes combatir contra cuerpos vivos, también es propio de las gentes que no confían en sí mismas ( “apistoúntôn” ) el hacer alarde de valor ( “eupsychían” ) con los cuerpos muertos; y que de estos últimos cobardes y sacrílegos no se puede esperar nada decente, ni decoroso ni noble.

Miércoles, 25 de Diciembre

Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, Sandro Botticelli (1444-1510)

martes, 24 de diciembre de 2019

Tenía que llegar

 Cocina con Diálogo

Calle de Recoletos

Zaratustras


C. D. Broad

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El español, después de comer, cosa que empezó a hacer en los 60, se vuelve nietzscheano y se pone a hablar como Zaratustra. Son las famosas verdades del barquero que suelta en las sobremesas con público el zaratustra hispánico.
    
El zaratustra hispánico es un cuñado que ha leído por encima a Nietzsche y siente entonces deseo de abrazarse. Como en Madrid no hay caballos, se abraza al primer esnob que encuentra, y le salva de España. ¡El esnobismo superior!

    Santayana ve en Nietzsche un interesante abogado del esnobismo superior, siendo “superior” la consigna del esnob superior. No hay más que ver la superioridad con que el esnob superior te habla de Europa, pues Europa, decía Fueyo, es (como categoría política hegemónica) “la locura de amor de Nietzsche”.

    –Yo escribo –anota el Loco– para una especie de hombres que no existe todavía: la de los amos de la Tierra. La época de la pequeña política ha pasado. Lo que nos trae el próximo siglo es la lucha por el dominio de la Tierra, la necesidad de la gran política.
    
Ahí tenemos el tema de conversación para nuestros zaratustrianos cuñados en la sobremesa de esta noche. Es la noche en que las madres, para quienes los cuñados son yernos, prohíben hablar de política en la mesa. Así que los mayores atienden, sin hacer comentarios, al Mensaje de la Corona, y los pequeños hacen ouija.

    –Si uno se guiara por el ambiente de las sesiones de espiritismo, la vida en el más allá  sería como “una agradable tarde de domingo” en una iglesia inconformista animada con ocasionales cenas rápidas.
    
Es una observación de Charlie Dunbar Broad, filósofo de Cambridge (cuando Cambridge no la pisaban los Pablemos), para muchos mejor filósofo que Wittgenstein, y ateo que calculaba en un cincuenta por ciento las probabilidades de la inmortalidad: opinaba que este mundo es horrible y que había bastantes posibilidades de que el próximo, si existía, fuera todavía peor.

    Pero a los nuevos zaratustras el catolicismo se les hace triste.

Sé que me quieres, Bill Viola



   José Rivela Rivela*

Intemporal. Agua, Aire, Fuego, Tierra. Se produjo un desequilibrio y el Agua atrapó en sus fauces a Bill Viola. Estaba a punto de desfallecer, cuando oyó una Voz. Era una Voz que abarcaba todo, llegaba desde el Infinito. “Sé que me quieres Bill, no te dejes llevar y lucha”, decía. El Aire, el Fuego y la Tierra se unieron para equilibrar al Agua. Era la voz de Dios que lo animaba a continuar. Bill Viola sintió una gran fuerza,  paró la Caída y comenzó a Ascender. El Agua, el Aire, el Fuego y la Tierra lo llevaron a un lugar de descanso y se encontró en Armonía con Todo. Sus trabajos, desde entonces, giran en torno a ese equilibrio de las esferas del Arte. Después, Wagner, Miguel Angel, Goya, Velázquez, El Greco, Ribera, Brueghel, Zurbarán, Caravaggio, Giotto, Piero Della Francesca...., le cambiaron su manera de ver y escuchar el Mundo. Sus ojos y hasta el último centímetro de su piel se abandonaron a lo esencial, el Amor. Instituto de Melilla, 1970. Convivíamos árabes, judios, cristianos... Mi amigo cristiano Agustín le dijo a una maestra: “Sé que me quieres”. Agustín sufría un desequilibrio del Fuego, debido a la edad: 14 años. Se produjo un gran Silencio y todos nos pusimos en alerta. La maestra nos miró con calma a todos y dijo: “Pues claro que te quiero”. Agustín se calmó y desde entonces todos percibimos un pequeño cambio en su manera de ser. Cinco palabras bien dichas a tiempo, pueden cambiarte la vida. Pueden enseñarte el camino correcto y pueden atemperar el Fuego que todos llevamos dentro. La bella maestra hablaba en clave Humanística, nos hablaba desde el Amor. “Sé que me quieres”...” Pues claro que te quiero”. Agustín vivía en el Fuego y eso le quemaba, sufría un gran desequilibrio, decía cualquier brutalidad sin pensar en los demás. Sin ponerse en el lugar de la otra persona. Siempre estaba en conflicto permanente consigo mismo y con los otros. Agua, Aire, Fuego, Tierra. El Agua, el Aire y la Tierra, debido a las palabras de la maestra, entraron en su interior y se equilibró el Fuego que lo quemaba. Todos los que vivimos ese momento no lo olvidaremos. Nunca olvidaremos a Teresa, la hermosa maestra renacentista. Hace poco me encontré con Agustín. Hacía 40 años que no lo veía. Se hizo maestro y está trabajando actualmente en un instituto. Me contó algo que nos transportó en el Tiempo. Resulta que Magdalena, una hermosa jóven de 14 años, le soltó a bocajarro en clase una frase de cuatro palabras: “Sé que me quieres”. Agustín miró hacia atrás y escuchó al pasado. En ese momento Agustín estaba realizando un proyecto con Bill Viola y los estudiantes. Agua, Aire, Fuego y Tierra. Le habló a Magdalena de Bill Viola y de la maestra Teresa, le habló del Amor, de la gran poeta Juana de Ibarborou (“Tómame ahora que aún es temprano / y que llevo dalias nuevas en la mano. / Tómame ahora que aún es sombría/esta taciturna cabellera mía. / Ahora que tengo la carne olorosa / y los ojos limpios y la piel de rosa. / Ahora que calza mi planta ligera/la sandalia viva de la primavera. / Ahora que en mis labios repica la risa / como una campana sacudida aprisa......”), de Cátulo, de Safo, del Amor... A Magdalena no le gustaba leer porque veía la lectura como algo muerto, pero desde entonces comenzó a interesarse por la gran Juana de Ibarborou. Esa poeta me llena de Vida, dijo. En todos los institutos hay un movimiento “Metoo” (Yo también). Es una moda que se extendió para perseguir a los hombres. A algunos hombres los denuncian por supuestos hechos ocurridos hace 20 o 30 años. En el instituto donde da clase Agustín, ese movimiento está representado por unas estudiantes de bachillerato. Y son muy beligerantes. Agustin le regaló a Magdalena un libro de Juana de Ibarborou y escribió en la primera página unas palabras: “Sé que me quieres”. Las del Movimiento “Metoo” se enteraron y lo acusan de un montón de cosas. Por ahora Magdalena lo defiende pero ... nunca se sabe. A Agustín aún lo quema un poco el Fuego de su juventud y una voz le dice: “Sé que me quieres, Agustín, no te dejes llevar y lucha”.

*José Rivela Rivela es profesor del IES Celso Emilio Ferreiro de Celanova

Martes, 24 de Diciembre

Giovanni de Fiesole, Fra Angelico (1387-1455)