martes, 3 de septiembre de 2019

“MacBird”




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Como gustaba de recordar Tom Wolfe, el único país que permitió representaciones públicas de “MacBird”, la sátira de Barbara Garson en que Lyndon Johnson asesina a John F. Kennedy para arrebatarle el sillón, fue la América… de Lyndon Johnson.
La gente solía preguntarme entonces: “¿Realmente crees que Johnson mató a Kennedy?” –contaba Garson al “Post” en una entrevista de 2006–. Y yo solía decirle a la gente: “Si lo hizo, es el menor de sus crímenes”.
Garson, cuya sátira dio a conocer a Stacy Keach en el papel de MacBird, hacía en la obra un encaje de bolillos con el asesinato de Kennedy en la trama de “Macbeth”. Como Macbeth mataba a Duncan y era derrotado por Macduff, MacBird mata a John Ken O’Dunc y es derrotado por Robert Ken O’Dunc.
Viene la sátira a cuento de la intención de Ciudadanos de apoyar una comisión de investigación sobre lo que la izquierda dice de la presidenta de la Comunidad, Ayuso, en cuya línea de sucesión pactada no está, al parecer, otro pepero (ni siquiera Maroto, instalado en el campanario de Sotosalbos como Buitáker en la estatua de Colón de Barcelona), sino Aguado, el Stacy Keach de Rivera en Madrid.
¡Tanto trajinar con el impuesto de sucesiones y no saben blindar una sucesión política!

El manual de toda sucesión política es el primer capítulo de “La rama dorada”, el libro con que el escocés James G. Frazer funda la antropología a partir de un cuadro de Turner sobre la leyenda prerromana del bosque de Nemi cuyo rey-sacerdote era ritualmente asesinado por su sucesor.
Esta ley de sucesión por la espada –añade Frazer– fue mantenida hasta los tiempos del Imperio, pero, entre otras de sus extravagancias, Calígula pensó que el sacerdote de Nemi llevaba mucho tiempo conservando su puesto y sobornó a un rufián más forzudo para que le matara.
Con razón Boris Johnson, en el debate “Grecia vs. Roma” con Mary Beard en la BBC (no veo a ningún político nuestro en ese palenque), defendía Grecia.