Valle de Esteban
Hirió una dama con una escopeta
a un pájaro que bajó a sus manos
Amante ruiseñor que das al viento
las quejas, donde vive mi esperanza,
que, aunque el viento es imagen de mudanza,
sólo en él mi dolor vive de asiento.
En ti turbó la paz de tu elemento
aquel brazo que a toda vida alcanza;
también me hirió, mas con mayor pujanza,
cuanto el golpe de envidia es más violento.
A los dos sólo un golpe dio la muerte
(porque de único asunto no presumas):
a mí los ojos, cuando a ti las balas.
¡Oh, cuánto más te mejoró la suerte!
Hiérete amor, y déjate con plumas
para seguir un ofensor con alas.
GABRIEL BOCÁNGEL SONETOS