Pompeius
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El supremacismo catalán debe su base científica a Pompeyo Gener, Pompeius, expuesta en sus “Herejías”:
–Su altitud (la de Madrid), sus alrededores desprovistos de vegetación, su falta de presión atmosférica, hacen que el aire sea pobre en oxígeno, especialmente ozonizado. Así la raza decae, y hasta la estatura mengua al cabo de algunas generaciones.
Pompeius, que se decía descendiente de marinos de guerra de Berenguer IV, hizo su carrera de Medicina en París, antes de sentarse a escribir herejías.
–Yo era rico y no encontraba a nadie que supiera más que yo.
Una noche visitó a Sarah Bernhardt en su camerino y puso en su descote la camelia blanca que llevaba en el ojal del frac; uno de los presentes se burló de esta delicadeza, y Pompeius lo desafió. Aquella noche se batieron. La Bernhardt, por quien se habían batido todos los escritores de Francia, confesaría que la pasión extrema de su vida fue ver batirse y caer herido al hombre que amaba.
Otra noche la Bernhardt, con París dividida en “croizettistas” (de Sofia Croizette) y “bernhardistas”, se presentó en el “Club de los bebedores de agua”, del que era socio Pompeius, pidiendo ser admitida como hombre, y el sabio destinado a descubrir que la ausencia de helio y argón en la atmósfera castellana, por falta de bosques de coníferas y manantiales corrientes, hacía a los demás españoles más tontos que los catalanes, tuvo la suerte de enamorarla, anécdota que fue toda la vida de Pompeius. Cuando, viejo ya (“yo, que en París fui el rey de la moda, he de resignarme a llevar este pardesú miserable”), el Caballero Audaz le pregunta cuál ha sido el día más amargo de su vida, conmovido, contesta:
–El día en que le cortaron la pierna a Sarah Bernhardt.