El Plantío, el sábado
Víctor Bilbao en el Baracaldo
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Un ejemplo extraordinario para explicar los amores y fidelidades tan irracionales como nobles que los verdaderos aficionados tenemos hacia nuestro equipo de fútbol nos lo dio ayer, ¡cómo no!, mi Burgos CF. Hasta esta mañana no me he enterado de la gesta de la hinchada “blanquilla”-el Burgos es el equipo blanquillo- y tengo que reconocer que me la han querido restregar como si de algo vergonzoso se tratara. Lo de vergonzoso no sé si por parecer pobres de necesidad o catetos adeptos al pintoresquismo de los tópicos invernales de Burgos. “Hace mas frío que en Burgos”, dicen en Córdoba.
El caso es que el sábado amaneció Burgos nevado y El Plantío tan blanco como sólo los que somos de allí imaginamos. A las 12,00 de ayer domingo se jugaba contra el Baracaldo, ¡oh, el Baracaldo del gran Bitoren Bilbao!, y como al parecer en el club andan en verdad faltos de previsión y necesitados de dinero y operarios, el entrenador Patxi Salinas y creo que alguno más,hicieron un llamamiento a los seguidores del Burgos para que ejercieran de quitanieves y acudieran a las instalaciones con herramientas, palas a ser posible, y poder disputar el partido aunque se retrasara hasta la tarde.
Puesto en contacto con alguno de mis quintos -el Gaitu ya no va a El Plantío-, me dicen que en Gamonal hubo ayer mañana mucho cachondeíto por los bares de la plaza Roma, pero que el personal acudió en número y disposición suficientes como para que me sienta orgulloso de la calidad de mis hermanos en la fe burgalesa. El encuentro se disputó a partir de las cinco de la tarde y acabó 0-0 como si no se hubiera jugado, pero para siempre quedará lo que es capaz de dar, sin esperar recompensa, el auténtico aficionado. Almas puras de las que aún quedan en Burgos.
¡Ah, el frío y la nieve de El Plantío! Me vienen a la memoria aquellas sacrificadas tarde-noches de invierno (y otoño y primavera) en las que además del frío nos doblegaban decisiones arbitrales descorazonadoras como cuando “nos desaparecieron” en los 80 y tuvimos que empezar desde 3ª como Real Burgos. Creo que en cuartos, estábamos en 2ªB, nos cruzamos contra el Zaragoza que luego sería campeón, e igualamos la eliminatoria con gol de Molinero. ¡Lo que pudo parar Vitaller y lo que nos pudo enfadar el canario Merino González aquella noche! La nieve que caía en la prórroga no nos dejaba ver las esquinas del campo de tribuna pero a nadie se le han olvidado los vuelos de Vitaller entre los copos. ¡Ojo, en aquel Zaragoza estaban Señor, Pardeza, Rubén Sosa...! Nosotros en 2ªB con Del Moral, Molinero, Portugal y Arechavaleta.
Otra tarde de nieve amontonada alrededor del campo fue en Primera contra el Betis y creo que Soriano Aladrén llegó a expulsar a Landinsky por emperrarse en salir al campo con leotardos. Si no expulsado, recibió seguro tarjeta amarilla por intentar protegerse del frío, y ahora que voy de corrido,supongo que don Ignacio recordará aquellos miedos de Cruyff , Rexach, Kempes y demás terribles goleadores a los hielos de lateral, aliados a los que esperábamos cada invierno para contrarrestar la profundidad de nuestros rivales...
No sigo, que me enredo, pero quiero dejar constancia de la alegría que me ha supuesto la nobleza del comportamiento de mis paisanos que han sabido explicar lo que significa más que amar a un club. ¿Ha entendido señor Carlos González el significado de la palabra sentimiento? ¿No? Pues pregunte en Burgos.