domingo, 19 de noviembre de 2017

Feos, malos y gafes

Firmado, Juan II en 1420

Francisco Javier Gómez Izquierdo

         Andaban levantiscos este mediodía los ciudadrrealeños a cuento de la portada del periódico local que se preguntaba este domingo si era verdad que la ciudad era tan fea. No tengo muy claro qué tipo de científicos pontificaba sobre la falta de belleza de una localidad, que la verdad sea dicha, carece de edificios sobresalientes, rutas a visitar e incluso se hace difícil que los vecinos sepan  por dónde cae la oficina de turismo, pero está claro que no tienen para C. Real la mínima caridad. Dice el periódico que la población más fea de España es Parla, luego Vigo a pesar de su encantador entorno y la medalla de bronce, C. Real. Ya saben, cuando el diablo no tiene qué hacer....
       
Creo que  el relativismo de los gustos suele confundir en demasía y uno que es frecuente visitador de la ciudad manchega se atreve a decir que en C. Real se vive muy tranquilo, todo está cerca, y las tapas que ponen con las cañas y los tintos no se las salta nadie. Además, ¿porqué no se puede ir a un sitio a comer y disfrutar con los amigos y no a ver cuadros de Murillo, un poner? Total, que he terminado rápido de almorzar para poder ver ya en Córdoba los que con total objetividad puede que sean los dos equipos menos atractivos de 2ª división: el Sevilla Atlético y el Córdoba. Quizás los dos máximos aspirantes al descenso.

      El escenario ha sido de 2ªB, pues el partido se ha jugado en la ciudad deportiva palangana con las gradas vacías de preferencia, excepto medio centenar de cordobeses en una esquina e imagino que con dos o tres cientos de socios sevillistas en tribuna, que es la que no se ve por la tele. Los futbolistas son de 2ªB, si exceptuamos por el Sevilla al delantero Marc Gual y el gemelo Federico San Emeterio. El primero en un alarmante declive y el segundo persistiendo en sus intenciones de aplicar la determinación cantabrona que instauró en la cantera racinguista el método Munitis, en la siempre exquisita escuela sevillana. Por el Córdoba salvamos a Kiesczeck, el portero polaco, el único elemento cordobés al que no le faltarán ofertas al final de temporada para no abandonar -él no- la categoría.

     Córdoba y Sevilla Atco. han empatado a uno. No podría decir quién ha merecido menos, pero como no es cosa de regodearse en la tribulación ajena quiero pararme en esta jornada con Jona. Nuestro delantero. En teoría un futbolista talentoso en el que confiar. Jona ha marcado el 0-1 que podría habernos dado los tres puntos, pues el Sevilla Atco. se ha quedado con diez todo el segundo tiempo, al poco de que el hondureño colara el gol. Con la victoria es posible que la prensa cordobesista  redimiera a este mozo no tan joven que va de equipo en equipo con una etiqueta de excelente calidad que me malicio falsificada. El gol lo hubiera metido hasta un servidor y creo que  no hubiera fallado otro mucho más fácil que ha tenido, pero entiendo que hasta los mejores yerran un simple empujoncito a la red. Lo que me enerva de Jona es esa manía de dar siempre muy corto el pase, de perder balones que no tienen complicación, de su torpeza conductora, de su, en suma, falta de calidad manifiesta. Jona viene del UCAM Murcia, su último descenso acumulado, pero su fama de gafe le precede en Albacete, con el que también descendió. Hace tres años estuvo en el Cádiz con el que no subió de 2ªB a 2ª. Los gaditanos lo conseguirían al año siguiente de su marcha. Hace cuatro descendió también a 2ªB con el Jaén, equipo éste que padece un calvario que no parece tener fin. Lo curioso es que el amo del Córdoba ha depositado en este Jonathan Mejías Ruiz, malagueño internacional por Honduras, toda su confianza. Confianza de la que depende la prosperidad del Córdoba C F. Ya ven, en Córdoba se exige la suerte a un gafe.
       
De la manía de jugar esta temporada vestidos de rosa chicle hablaremos otro día, pero yo, es verlos, y no me parecen un equipo de fútbol.