Valle de Esteban
Cuando le incorporaron, José me miró con cara de angustia, y me señaló con la mano la ingle, al mismo tiempo que se recogía los intestinos, que le asomaban. Al Cuco, que le llevaba a la enfermería, le dijo: "A Mascarell, que avisen a Mascarell". Y ya no habló más. Le dio el colapso.
Gregorio Corrochano