¡Que conveniente es la gimnasia!
Francisco Javier Gómez Izquierdo
En más de una ocasión he confesado aquí que durante mi vida he tenido mucho trato con todo tipo de delincuentes, pero hoy quiero participarles que entre los asiduos visitadores del talego rige un código de honor y unas maneras de muchísima más clase que la que demuestra esa tribu racista que presume de forajida y a la que nos parece ha llegado el tiempo de que cate lo que merece. El delincuente de la Transición era mayormente drogadicto. Era y es de fácil identificación. Se viste como delincuente, camina como delincuente y los psicotrópicos le han dejado una cara de delincuente que no hay cirugía que la remedie. Este tipo ex-heroinómano está ya redimido y sus torpes andares se conforman con llevarle de mañana a tomar el buchito de la metadona, a comprar con la paguita las patatas, los “yoguses”, la mortadela y a ver la tele. Dice "vamos tirando" y "mi mama no está nada bien".
Actualmente a las cárceles llegan los denunciados por las mujeres -no digo asesinos de mujeres, que esto es perversión de bestias de todos los países-, traficantes multiétnicos, timadores informáticos, enganchados a la coca, conductores-piloto borrachines, degenerados sin remedio por supuesto, y bastantes representantes de la política y la banca. Habrán observado ustedes que cuando personajes de estas dos últimas ocupaciones salen en libertad provisional o definitiva parece que les ha cambiado el carácter y como que han aparcado la soberbia y chulería de antes de entrar. A los tipos abusones y arrogantes les viene muy bien la cura de humildad que da la cárcel. Ya antes de sospechar ellos que acabarían por atravesar un día los rastrillos de Alcalá Meco, su cara de delincuentes los iba delatando por las teles, pero es probar el primer rancho y sentir el primer “chape” y acabarse la tontería.
En el mundo de la delincuencia española hay una queja y múltiples debates en los patios de los Módulos desde hace unos años por la inmunidad de los políticos catalanes, acusando a los jueces, y sobre todo al Gobierno, de permitirles vivir en el delito sin que las leyes y los ministros de los distintos presidentes de España se “cosquen”. Un cultivador de marihuana, hombre con estudios y sorprendentes lecturas, mantenían el otro día que es como si los gobernantes de Cataluña jugaran una Liga en la que pudieran cometer todos los penaltis que consideraran oportuno sin temor a que se los pitaran, por tener el privilegio, como reconocida raza superior, de cometerlos sin sanción. No parecen notar los Gobiernos de España que el rufián con privilegios suele carecer de ilustración y en vez de disimular las ventajas alcanzadas con sus chantajes supremacistas, alardea de ellos y exige más y mas siempre a costa de los seres inferiores a los que desprecia sin vergüenza.
No voy a decir los nombres por lo que pudiera pasarme, pues la delincuencia que estos días se pavonea por Cataluña sabe con qué jueces o estelados hablar para castigar a los que denuncian lo evidente, pero les aseguro que tengo vistos en la tele más de 50 rostros que son lo que parecen. Unos atracadores de Málaga hasta admitirían a alguno en su banda. Al del mocho en la cabeza, no. Dicen que el del mocho en la cabeza es mas “pringao” de lo que parece.
Y mañana 12 de octubre, puente de los españoles.