Cecil B. DeMille
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Cuando el pepero deviene pipero, sale Pons, “político, poeta y delfín”, que en menos de que lo que tarda un espectador del Bernabéu en comerse una bolsa de pipas ha hecho en el “Diario de Avisos” de Tenerife un retrato ideológico de la derecha española que quita el hipo.
–Los que no somos políticos de despacho, sino de combate…
Pipa a pipa, Pons (“soy maduro, reflexivo y profundo, un jugador de ajedrez”) hace de la socialdemocracia (“Relativismo. Trivialización. Mundanalidad”, era la fórmula de Tierno para regenerar a España) su sacerdocio.
–Los movimientos migratorios van a ser de carácter bíblico: a medio plazo, veremos pueblos enteros moviéndose para salvarse del cambio climático.
En lo que ese apocalipsis de Cecil B. DeMille llega, Pons pontifica que la corrupción no es española (“la corrupción es de los corruptos”), que Juan Cruz es un genio de los de Nobel (la entrevista es en Canarias) y que “hay comunidades autónomas que son españolas y otras, como Cataluña o Canarias, que lo son de una manera diferente, y hay que respetarlas”.
–Si en Madrid se quisiera un poco al idioma catalán, la situación sería menos tensa.
¡La frivolidad invertebrada de Ortega nadando en el vaso de agua clara de Pemán!
–Nada es comparable a una playa limpia.
Una playa limpia… y Pablemos, a quien Pons admira:
–Es uno de los personajes más interesantes con los que he tratado en mi vida. Es culto, inteligente, muy creativo. Yo soy seguidor de Pablo Iglesias desde el Partido Popular.
Claro que el PP aspira a una gran coalición a la europea, “como Alemania, Austria, Italia”…, en fin, las grandes democracias del Eje, que así de pendona es la historia. “El populismo está en Donald Trump”, quizás porque habla del TTPI.
La socialdemocracia (diluida en estatismo) es aceptación, equidistancia, consenso y… sonrisa Pons. Una ideología de mundo Prozac, con cuyas pastillas, como se decía cuando salieron, seríamos una sociedad de eunucos felices que comen pipas.