Ignacio Ruiz Quintano
Abc
A la imparable máquina de hacer el indio que es la alcaldesa Carmena un indio de Bollywood la ha llamado “Mamá España”, después de sacarle un millón de euros para un guateque a lo Hrundi V. Bakshi (¡sin Peter Sellers!) en el Ifema, a la mayor gloria del sobrinillo de la tía Manuela, Don Luis Cueto y Álvarez de Sotomayor, Nepote Mayor de Cibeles y Campo de las Naciones, Gran Manitú de Pregoneros, Almotacenes, Alarifes y Porteros, que se ve entregando el óscar a Hrithik Roshan, un Pablo Alfaro del cine indio, ante casi mil millones de espectadores en turbante, o eso les han vendido.
–Es un ejemplo de “soft power” –dice Ybáñez, secretario de Estado de Exteriores, que “quedrá” pagar con Bollywood la deuda condonada a Cuba.
“Madrid quiere ser internacional”, explica Mamá España (por menos que eso, en Arco cuchicheaban “¡Que viene la Internacional!” cuando aparecía María Corral).
–¿Y Brad (¡William Bradley Pitt!) cuándo viene? –preguntaba cada día Rita Barberá, mano sobre hombro, a Jorge Berlanga, que llevaba el festival de cine de Valencia, donde la cosa, al final, se quedaba en Güili Montesinos.
No veo que el “Majabhárata” bollywoodense de Carmena iguale siquiera la excitación producida en vísperas del Desastre por la visita a Madrid de Paramindr Maha Chulalongorn, rey de Siam, castizamente Chulalón, que por su exotismo iba a los toros (y a todo) de balde. Tenía la mala costumbre, que en su reino era buena, de hacer sus necesidades donde le petara, y sólo dejó en la capital dos recuerdos, pero imborrables: una petaca de bisutería para Rafael Guerra por el toro que le brindó y una Gran Cruz del Elefante Blanco para don Alberto Aguilera, alcalde de Madrid.
Fuese Chulalón, y vino el 98.
Debido al internacionalismo que se persigue, el cómico Rovira no presentará la gala de Bollywood, pero de gagman podría colarse, con turbante, el concejal Zapata, guionista en Cuba, aunque sus chistes sonrojarían a los bufones de Heinrich Himmler.