Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Sólo hay una cosa más encogida que un votante español: el dinero.
–¿Qué votarán los del dinero? –te pregunta la camarera en el desayuno.
Yo, le digo, apostaría por la solución andaluza, Psoe y C’s, porque con ellos mandando no hay quien vea la TV, y entonces la gente se echa a la calle a gastar. Más la paz social garantizada por los liberados sindicales, todo el día “echaos”, sin tener a quién escrachear. La collera Snchz-Rivera sería una yema de San Leandro, pero Snchz lo ha puesto imposible, al salírsele el poligonero y postularse para portero de “after hours” antes que para presidente del gobierno. Como dice María Soraya, “ha embarrado el campo”, que es una cosa que, sabiéndose inferior, hacía Javier Clemente para recibir en San Mamés a los finolis del Madrid.
Para Snchz, Rajoy es un señor destinado a la oposición por finolis, igual que pensaban de Azaña los García Atadell, ansiosos por echarse a la calle a hacer la revolución.
–¡Vamos, ahora mismo, a la revolución, con los paraguas! –los templaba, con sorna, el alcalaíno, cuyo pecado, en cualquier caso, fue la flojera.
A lo mejor el debate con Snchz ha devuelto a los del dinero otro Rajoy, uno con la imagen viva de la nación, “au-dessus de la mêlée”, que mira a los partidos como a “la intendencia”, que decía De Gaulle, reservándose él para lo serio.
“España en serio”, es su lema.
No es el “Labour isn’t working” (“el laborismo no funciona” o “los trabajadores no están trabajando”) que catapultó al poder a Thatcher (cuyo ajuar, por cierto, ha sido subastado con gran éxito en Londres), pero es que Moragas y Floriano tampoco son Charles y Maurice Saatchi.
Moragas dirá que “serio” viene de Sartre (aquel “esprit de sérieux” de “El ser y la nada”), y Floriano, que de Ortega, para quien, graciosamente, “seriedad” viene de “serie”: serio es el que poniendo “en serie” los valores es a su tiempo trascendente y a su tiempo ligero y desenvuelto.
Casi trae mejor cuenta no tener dinero.