domingo, 15 de noviembre de 2015

Hablemos del baile. Ya


Lina Tono
 
Hablo, sobre todo, acerca de la danza de música tropical, de lo que llamamos ordinariamente “chucu-chucu”, ese sabor que llevamos en la sangre por herencia, que nos calienta las vísceras en cualquier fiesta y nos recuerda de dónde venimos, así tiremos pinta de punkeros, de glameros, de metaleros o de hipsters de Nueva York. Me refiero al baile de esos ritmos que vienen del África y que en su camino hacia nosotros se untaron de indio y de blanco y que luego recibimos como legado, como la salsa en todos sus colores, el merengue, la bachata, el reguetón, la champeta, la marimba, el currulao, la puya, la cumbia, el porro y el bullerengue, entre muchos otros, incluyendo sus versiones más contemporáneas.