miércoles, 11 de noviembre de 2015

El Senado



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Los emergentes son la forma de refrescarse de la partidocracia. En el campo bravo la costumbre es comprar un “Juampedrodomé”. La socialdemocracia ha optado por Snchz y Rivera, o sea, el “político-artista”.

Snchz y Rivera son tan jóvenes que van por el Senado, que les suena a viejo. Snchz quiere llevarlo a Barcelona como quien aleja una central nuclear. Rivera, que abreva en el organicismo de Rhomer (¡ni un político mayor de 35!), quiere eliminarlo, porque sus expertos (los arbitristas de toda la vida) le han dicho que es como una sauna (no miremos a Snchz) cara y decadente, y fue a Cádiz, la tierra del Cojo Peroche (¡oh, justicia poética!), a anunciarlo.

Hombre, el problema de la representación lo nota la gente con el tabarrón catalán. Felipe González, Gonzalón, responsable de la ley proporcional que niega la representación, ya lo dejó caer en un artículo-río de los suyos. Y Rivera, para arreglar el problema, se va… a Alemania, el país que inventó y teorizó el “Estado de partidos” para sustituir la representación por una cosa ful con que genéticamente se flipan Alemania, Italia y España.

Si Rivera buscara representación se iría a los Estados Unidos, aunque si aquello le parece lejano y facha, como a cualquier progre, le queda Francia, donde De Gaulle copió (mal) aquel sistema maravilloso.

¡Menos Lakoff (“No pienses en un elefante”) y más Hamilton (“El federalista”)!

Rivera cambiará el Senado (legislativo) por un casino de presidentes autonómicos (ejecutivo), es decir, que nos hará un brazo de gitano con un Montesquieu muerto y enterrado en España, lo cual mejora folclóricamente el “fascismo democrático” (técnicamente, el fascismo es el sometimiento del legislativo al ejecutivo) de Matteo Renzi, otro jovezno, en Italia, donde el Estado te regala los diputados que te hagan falta para la mayoría.

¿Y por qué no eliminar también el Congreso? Se reúnen en Casa Manolo los cuatro jefes de partido, y el edificio, para los okupas de Carmena