Valle de Esteban
-Antes pensaba que sólo había dos momentos para enriquecerse con dignidad en una vida. Estos eran: cuando se nace y cuando se contrae matrimonio. Ahora acabo de descubrir otro, que consistía en haberle hecho caso a mi madre cuando me decía machaconamente en mi juventud: "Hijo mío, da la entrada de un piso que luego lo pagas sin enterarte".
Pepe Cerdá