lunes, 17 de agosto de 2015

Lunes, 17 de agosto


EL HIMNO DE PEMÁN

Franco.- Siempre he lamentado yo que la Marcha Real española no tenga letra. En el extranjero nos coloca a veces en situaciones difíciles a las comisiones españolas. Ya habrá oído contar el recurso por donde se escabulló aquel almirante en el Japón, en el banquete de despedida de las varias escuadras que habían concurrido a unas grandes maniobras navales. Los marinos de cada país, al final del banquete, se ponían de pie con la copa en la mano y cantaban su himno nacional o su canción militar. Llegando el turno a España, el almirante se puso en pie, y arremetió con el "Corazón Santo, / Tú reinarás...", seguro de que sus hombres lo sabrían todos y lo corearían, como así fue... A todo esto, usted, Pemán, que hace versos, ¿por qué no le hace una letra a la Marcha Real?

Pemán.-Los himnos no se "componen", mi General. Tienen que llevar sobre sí una carga de tradición y de inconsciencia. Ya Don Miguel (el dictador Primo de Rivera) me hizo, hace tiempo (1928), ese requerimiento y llegué a componer una letra de la que no quedé del todo descontento. Sobre todo de la estrofa final: "Gloria a la Patria / que supo seguir / sobre el azul del mar / el caminr del sol". Esa pedrea o tamborileo de acentos agudos ("seguir" - "azul" - "mar" - "caminar" - "sol") me parece un hallazgo. pero no se logró que lo cantara más que unas cuantas escuelas primarias y algunos conservatorios... Las cosas para ser "populares" tienen que tener una más clara participación del pueblo. Los himnos nacen y se consolidan en un ambiente irracionalista. La Marsellesa no nació en las barricadas de París, sino en las provincias y es la música de un "Tantum ergo" aligerada de compás.

Mis encuentros con Franco
José María Pemán