Abc
Lo que más pereza da de volver a Madrid no es don Luis Cueto Álvarez de Sotomayor, Gran Sobrino de Cibeles y Campo de las Naciones, con su careto “pompier” de Pierre-Cécile Puvis de Chavannes, sino los “constitucionarios”.
“Constitucionario” llamó el abate Sieyès a aquel poder constituido que pretende ser constituyente, cosa que tampoco saben Pedro de la Preveyéndola o Pablemos, a quienes el abate Sieyès les sonará a Rouco Varela o a santo cura de Ars.
Estos “constitucionarios” quieren cambiar la Constitución sólo para darse importancia. Hablamos de una Constitución que apañaton, con cosas afanadas en Italia y Alemania, un ingeniero agrónomo y un director teatral, y que dura (“está ahí”) porque nadie la cumple, como indican esas comunidades autónomas que no piensan aplicar la ley Wert porque han leído en una encuesta que Rajoy no volverá a gobernar.
–Si buscan un responsable, soy yo –dijo famosamente Arturo Mas tras de hacer con la Constitución lo que Liberty Valance con el periódico de Dutton Peabody, y el fiscal, que iba de experto en John Ford, salió corriendo.
Pedro de la Preveyéndola, que cree que Machado es de Soria, y Pablemos, que no sabe distinguir la preposición “a” del verbo “haber”, se atribuyen poderes constituyentes para vendernos el teatrillo catalán, donde una actriz fracasada lleva la Revolución Pendiente a Barcelona (¡de Collot a Colau!) y una octogenaria que dice ser actriz dice haber visto a Franco llevar trenes de castellanos y andaluces a la estación de Sants para “diluir” la muy noble, muy leal y muy heroica raza catalana (la del gen pipa de Junqueras).
Y todo esto sin dejar de tocar (Montoro, Sevilla, Garicano, Monedero) la gaita de lo social.
–No podemos prescindir del mundo capitalista liberal en que vivimos, que condiciona nuestra labor. Dentro de él hemos de perseguir los logros sociales más ambiciosos que sean compatibles con la situación general.
Que eso dijo Franco el 1 de abril de 1969.