viernes, 22 de mayo de 2015

Señoras que no son pijas



Rosa Belmonte
Abc

Ayer Pablo Iglesias llamó pija a Rita Barberá. De todos los adjetivos que se me ocurren para la alcaldesa de Valencia, pija no es uno de ellos. Y se me ocurren muchos. Hasta esos que salían de la boca de Filemón dirigidos a Mortadelo en un ‘bubble’ (podían ser un idiograma japonés, la cara de un pollino, rayos, centellas y unos signos de admiración). Ella es más bien de las Señoras que… Aquello que se puso de moda en la antigualla de Facebook hace años. Señoras a las que votan pase lo que pase (ayer, con Rajoy y Fabra, la plaza de toros de Valencia estaba llena). Un tipo que no es capaz de distinguir un pijo no puede gobernar un país (y si, por otro lado, quiere acabar con la especie lo primero que tiene que hacer es llamar Paco a Íñigo Errejón). Supongo que Tania Sánchez, esté o no con él, comparte con Iglesias el lenguaje. El colchón, la misma condición y esas cosas. Dice la rubia que el autónomo es «una especie de autoexplotador de sí mismo», criticando que se fomente a los (atención, palabro) emprendedores. Las carcajadas en el plató de Ana Rosa retumban todavía como el gong que salía al principio de las películas británicas de The Rank Organisation. Yo creía que servidora era china (24 horas abierta) y resulta que soy autoexplotadora de mí misma. Me voy a comprar un látigo.

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