Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Visto lo visto, el Manuelato que sucede al Botellato sería la cena de Viridiana, resumida en este tuit de la “señá” Manuela:
–Mañana tenemos la primera reunión el equipo de 20 concejales y concejalas que tenemos la misión de devolver la democracia a nuestra ciudad.
La “señá” Manuela es una jubilada desde el primero de diciembre del año 10, y esto la convierte (una vez asunta al Ayuntamiento) en la Abuela de la Casta, por cuyo tuit ya sabemos que, por muchas “libertáes” que en ristras de ajos nos trajera, no es un Edward Coke, el juez que puso firmes a Jacobo I, ni un Emilio Betti, el jurista de la hermenéutica.
En el tuit de la “señá” Manuela hay, desde luego, justicia poética. (¿Que qué es justicia poética? Pues, por ejemplo, que en Andalucía una juez de Familia sustituya a la juez Alaya en la causa contra la Gran Familia Socialista.) Pero en el “tuit” de la “señá” Manuela hay también “racismo” ideológico, es decir, “razas” democráticamente superiores, sin entrar a la idea que esta buenísima gente tenga de “democracia”, ya que nunca, ni en un tuit, hemos oído a la “señá” Manuela exigir el sistema mayoritario y la separación de poderes.
Al periodismo global, que no ha leído ni una solapa de filosofía política, le impresiona que alguien que ya nos había traído las “libertáes”, regrese de la jubilación para traernos la democracia “municipal y espesa” (aquí te queremos ver, Rubén), en vez de alistarse a los Panteras Grises, que defienden su pensión, o a la Fuerza de los Mayores de España, que gritan “Viva España, única y libre” y piden “eliminar los deportistas de élite y otros”.
El caso es que Madrid botó el domingo, domingo de mayo, que de mayo era el domingo, un “Mayflower”, ay, naumaquias de Carmona, con veinte concejales coleteros que son los “Pilgrim Fathers” de la democracia manuelina.
Alguien debería decirle a esta misionera lo que Vicky Beckham a la Obregón:
–Haga el favor de tuitear como una persona de su edad.