Pared reivindicativa en Córdoba
Francisco Javier Gçomez Izquierdo
La empresa SADECO se encarga de la recogida de basuras en Córdoba y sus trabajadores, digamos fijos, lo son desde que fueran contratados durante los continuados gobiernos de los considerados progresistas. Julio Anguita, Herminio Trigo, Rosa (Joaquina) Aguilar, Andrés Ocaña... fueron alcaldes comunistas apoyados en la mayoría de los periodos por concejales socialistas. En las últimas elecciones y tras la “espantá” de doña Rosa Joaquina, la tristeza de Andrés Ocaña y la ruina municipal, los peperos del joven Nieto alcanzaron una mayoría absoluta que no ha tenido oposición salvo en las necedades titiriteras de Pedro García, esperpento vergonzoso del que no se sabe qué sabe hacer.
Los trabajadores de SADECO, representados por los sindicatos UGT y CCOO, han decidido incomodar al alcalde y de paso a los ciudadanos con una huelga, veremos si salvaje, de recogida de basura hasta Semana Santa. La noticia no tendría mayor importancia si no fuera porque entre la más importante de las reivindicaciones está la de incumplir una sentencia del Tribunal Superior de Justicia contra la pretensión del sindicato CCOO sobre unos emolumentos impropios en tiempos de crisis. Si el alcalde accediera a la ilegal pretensión sindicalista incurriría en delito de malversación de caudales públicos y prevaricaciones varias, pero el cumplimiento de las leyes que no dan la razón a ciertos hombres cerriles, es sabido que entra en el aparato represor del sistema. Nos enteramos ayer de que los trabajadores de SADECO tienen un plus anual por no faltar al trabajo y que los enlaces sindicales exigen que ese plus se cobre aunque se esté todo el año de baja -sobre las bajas médicas que no penalizan entre las empresas paralelas de régimen local habría mucho que decir-. ¡Qué justos, valientes y solidarios son estos representantes con el dinero de los que pagamos impuestos!
Pero la reivindicación más llamativa por descarada e insultante al mínimo sentido común la trae el frío de Córdoba. Dicen los trabajadores -mejor, sus representantes- que con la ropa que les facilita la empresa no se abrigan lo suficiente ante temperaturas tan “gélidas” como las de este invierno. ¿Frío en Córdoba? ¿Y cómo habrá que vestir a estas criaturas tan delicadas? ¿Con pieles de oso? ¿Habrá que contratar el traje de los barrenderos cordobeses en almacenes de Alaska ó Noruega? ¿Qué iba a ser de estos trabajadores en Burgos, León ó Soria cuando les mandaran abrir calle entre la nieve?
No. En Córdoba no hace frío. Si acaso cierto frescor que se agradece ejerciendo trabajos físicos. Que uno sea de Burgos puede restar objetividad, pero las mínimas temperaturas no han bajado de siete ú ocho grados excepto dos días de enero con menos uno. Entendería que los trabajadores de SADECO se quejaran del calor del verano y el implacable castigo al sol, pero me malicio que nada es lo que parece y así lo dicen los parroquianos hincando el diente a la tostada con zurrapa.
-¡Cuánto tienen que agradecer estos de SADECO! Se ve que no les queda mas remedio que luchar por los suyos, más que por lo suyo.