Francisco Javier Gómez Izquierdo
El entrenador Djukic ha dispuesto que contra el Éibar lo más conveniente era jugar sin centrocampistas y sin ningún complejo ha alineado cuatro delanteros y cinco defensas. Pelear en el centro del campo con los mozotes del Éibar es batalla perdida, teniendo en cuenta las existencias del Córdoba, por lo que no es de extrañar que al comienzo del partido los guerreros de Garitano no supieran a quién acosar, verbo éste que nadie interpreta en Primera como ellos mismos y sus colegas del Atleti. Esos primeros segundos de indecisión -10- les ha costado el gol de un rumanito al que nuestro entrenador ha subido del filial por lo que incomoda a las retaguardias rivales. El joven Florin Andone no tiene clase, salta regular, carece de disparo, pero tiene gol, y, como si fuera del Éibar,, martillea a sus marcadores hasta la desesperación. Ha jugado cuatro partidos contando la Copa y ha marcado cuatro goles. El chico nos tiene ganados.
El Éibar ha empezado el partido con 1-0 en contra, pero no se ha descompuesto y a pesar de que el equipo no ha tenido su mejor día ha conseguido marcar el empate en su única ocasión, después de una genialidad del eléctrico Saúl Berjón, para mí, su mejor futbolista, que ha puesto un cheque al portador en la frente de Arruabarrena, el delantero siempre de guardia. Para entonces Tixeira ya había expulsado un jugador por bando.
El Éibar ya tiene 27 puntos y un equipo que ni engaña ni defrauda. Su portero Irureta puede parecer que a veces se precipita en las salidas, pero es que sale siempre, y como le sobran reflejos nadie le reprocha en su pueblo sus manías. El lateral Bóveda es un seguro en la banda y es posible que se mude a San Mamés. Lillo, el zurdo, al que siempre he tenido por rocoso, me ha parecido más rápido de lo que creía. En el centro de la defensa, el entrenador Garitano ha perdido mucho con la marcha de Albentosa, un tipo que lo pasó mal en el Cádiz y en el San Roque de Lepe y que hoy lo ha fichado el Derby County. La nueva pareja Ekiza-Raúl Navas peca de lentitud y de una contundencia que raya en violencia. La verdad es que meten miedo. Los forzados galeotes del equipo están en el centro del campo con su capitán Errasti de rascatobillos; Dani García, que pone cara de ángel a su labor de tábano, y como faltaba Bóveda, el más incansable de todos, ha jugado Javi Lara, un chico de Montoro que ni corre ni molesta como sus compañeros porque creció queriendo el balón. Ha jugado bien Javi, del que nadie olvida su golazo a la Real, y en la segunda parte se le ha visto mucho. Mucho más que a Saúl, pero a éste le sobra con un picotazo para matar. Manu del Moral y Piovacciari tienen ficha de delanteros, pero su función en el equipo es jabatear en la delantera hasta la extenuación. Suelen ser los cambios de Garitano, para que entre Arruabarrena y acogote al central rendido. Nuestro Crespo lo ha visto venir, pero cuando ha querido pararlo, el balón ya estaba en la red.
1-1 final y todo el reconocimiento a un Éibar de presupuesto modesto y millonario coraje que ha conseguido 27 puntos en la Primea vuelta. Por delante del Athletic y la Real. Mucho mejor que papá y mamá.