Feria de Abril en Mayo
Morata de Tajuña
Jorge Bustos
Hacia 1934 corría por Berlín un chiste –aún corrían chistes– que imaginaba el Purgatorio del verborreico Goebbels como una habitación llena de altavoces pero sin micrófono, y el Purgatorio del vanidoso Goering como una habitación llena de armarios con flamantes uniformes… pero sin espejo. El Purgatorio del Real Madrid es el final de una Liga que el propio castigado se empeñó en tirar por la borda y que luego la marea le devolvía tentadoramente a la línea de boyas cercana a la orilla, invitándole a que nadara a su encuentro; pero el Madrid, en este desenlace bufo, siempre se ha metido en el agua a nadar y a guardar la ropa, hasta que en Vigo se le acabaron definitivamente las ganas de seguir braceando. El resultado es que la Liga menos cotizada de la última década, la que menos trabajo le habría costado ganar, se la ha entregado al Barça o al Atleti con arbitrariedad feudal.
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