miércoles, 16 de abril de 2014

El destierro


 Ignacio Ruiz Quintano

Abc

    Vuelve Julio Camba, esta vez como novelista y de la mano de Eduardo Riestra, a cuyo abuelo tantas negritas dedicara el gatazo de nuestro periodismo.

    A quienes se dicen agnósticos sólo porque no tienen dinero para ir a Sevilla de procesiones les dejo esta edición de “El destierro” y “El matrimonio de Restrepo”, las dos novelas cortas (como los sonetos que Nieves Herrero pedía a Gala en TV) de un escritor que sólo trabajó a las horas que no tenía dinero (suyo es el mejor retrato de la República, a base de artículos censurados por la República) y que a quien más admiraba era a sí mismo.

    –Ya sé que hay escritores muy superiores a mí, pero yo a quien más admiro es a mí mismo –contestó Camba a Artemio Precioso, leído por Ramón Mendoza, que en su despacho de presidente del Real Madrid tenía un retrato de… Ramón Mendoza… y la dedicatoria “Con toda mi admiración”.
  
“El destierro” es la historia de su vida de agitador anarquista en Buenos Aires, y “El matrimonio de Restrepo”, la justificación literaria de su “soltería empedernida”, que decían las viejas que pescaban maridos como se pescan salmonetes.

    La edición cuenta con el primor (para el lector de ABC) de las ilustraciones de Penagos, Tovar y Mira, más la caricatura de Sirio, Sirio García Hernández, el cubano gafotas (un Milhouse simpsoniano) “de estatura exigua, vocecita feble y audacias agresivas”. Y a mí me cayó el privilegio de prologarlo (por amor al arte, que es decir de balde).

    Camba sigue siendo la mejor sosa cáustica de España (único para neutralizar la acidez de lecturas y aceitunas), a pesar del esnobismo cultural de muchos tontos del “cool” que, entre aceitunas, hacen de Camba un gamba (¡otra de gambas plancha!): son como aquel camarada suyo de destierro que buscaba una frase célebre, “como la de Méndez Núñez en el Callao”, para decirla desde el vapor al zarpar.

    –Podéis echarnos a nosotros, pero nunca podréis echar de ahí nuestras ideas –dice Camba que dijo.