VELANDO EL CADÁVER
A las once y media de la noche fueron cerradas las puertas del sanatorio, donde quedó absolutamente prohibida la entrada. El numeroso público que se hallaba congregado en los alrededores tuvo que ser despejado por diversas parejas de Seguridad de a pie y de a caballo.
En la capilla ardiente, que se improvisó en una sala de la planta baja del sanatorio, quedaron anoche velando el cadáver el hermano del infortunado diestro, D. Aurelio Sánchez Mejía; el banderillero Mella y el mozo de espadas, Conde.
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006
Ignacio Ruiz Quintano
A las once y media de la noche fueron cerradas las puertas del sanatorio, donde quedó absolutamente prohibida la entrada. El numeroso público que se hallaba congregado en los alrededores tuvo que ser despejado por diversas parejas de Seguridad de a pie y de a caballo.
En la capilla ardiente, que se improvisó en una sala de la planta baja del sanatorio, quedaron anoche velando el cadáver el hermano del infortunado diestro, D. Aurelio Sánchez Mejía; el banderillero Mella y el mozo de espadas, Conde.
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006
Ignacio Ruiz Quintano