TORO COJO
Fue mandado retirar el toro por cojo. Porque el reglamento que no sólo tolera, sino incita a los colegas somáticos de Churchill o Chesterton que dije, no tolera, en cambio, a los colegas del conde de Romanones. Salieron los mansos o cabestros. Pero ocurrió una cosa no corriente. El toro rodeó a los mansos y se coló solo por la puerta del toril. Se veía que se marchaba herido, no en su cuerpo, sino en su dignidad. Se produjo el episodio al revés y el toro se convirtió en cabestro de los cabestros oficiales. Estos le siguieron en tropel. Pero como el toro se había adelantado para entrar solo no funcionaba bien la faena interior de orientarle hacia los corrales. Se había cerrado la puerta sobre el toro, y como se cerró también la de la entrada del callejón, los seis cabestros se apretujaron casi uno sobre otro en el pequeño espacio. Mi amigo se informó:
-No será que los llevan a la cámara de gas.
Poco después, en otro silencio, un vozarrón estruendoso:
-¡Dijo Dios: hágase la luz...!
-No será que los llevan a la cámara de gas.
Poco después, en otro silencio, un vozarrón estruendoso:
-¡Dijo Dios: hágase la luz...!
FILOSOFÍA DEL TORO Y LA GUERRILLA / JOSÉ MARÍA PEMÁN
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006
Ignacio Ruiz Quintano