La fórmula
(Colección Look de Té)
Jorge Bustos
[Benedicto XVI, prodigioso Papa emérito, ha vuelto hoy al Vaticano para alojarse definitivamente en uno de sus conventos hasta que el Jefe le llame a su presencia. Lo hace -y no hay casualidades para un alemán, y menos para un alemán que es Vicediós, retirado pero Vicediós- un día después de que su Bayern destrozara al Barcelona en la más humillante derrota encajada por un equipo en semifinales de Champions desde que hay memoria. Por si fuere oportuno, reproduzco a continuación una columna aparecida en La Gaceta el 1 de marzo de 2013 sobre la teología futbolística de Benedicto XVI, que pedía aprender a vivir con el espíritu del niño. O sea, como Piqué antes del partido]
Aunque lo lógico es que todo Papa sea siempre del Real Madrid, tanto por colores como por historia, Joseph Ratzinger es al parecer seguidor del Bayern de Múnich, cuyo presidente Uli Hoeness ha anunciado que preparan una camiseta honorífica con el “Joseph” a la espalda. Cuenta Rosalía Sánchez que siendo Giovanni Trapattoni entrenador del Bayern y Ratzinger cardenal itinerante entre Roma y Múnich, un amigo común los puso en contacto y desde entonces el teólogo telefoneaba con frecuencia al técnico para interesarse por la evolución de su equipo. Habría que convencer a Trapattoni de que publicase aquellas conversaciones, pues podrían contener la fórmula del sistema de juego infalible: la pizarra de Dios.
Aunque lo lógico es que todo Papa sea siempre del Real Madrid, tanto por colores como por historia, Joseph Ratzinger es al parecer seguidor del Bayern de Múnich, cuyo presidente Uli Hoeness ha anunciado que preparan una camiseta honorífica con el “Joseph” a la espalda. Cuenta Rosalía Sánchez que siendo Giovanni Trapattoni entrenador del Bayern y Ratzinger cardenal itinerante entre Roma y Múnich, un amigo común los puso en contacto y desde entonces el teólogo telefoneaba con frecuencia al técnico para interesarse por la evolución de su equipo. Habría que convencer a Trapattoni de que publicase aquellas conversaciones, pues podrían contener la fórmula del sistema de juego infalible: la pizarra de Dios.
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