-Como joven adolescente
en el Canadá que se enorgullecía de su pacifismo durante los románticos años
sesenta, creía yo firmemente en el anarquismo de Bakunin. Me burlaba de las
tesis de mis padres de que si el gobierno en algún momento depusiera sus armas
se abrirían las puertas del infierno. Nuestras previsiones enfrentadas se
sometieron a prueba a las 8 de la mañana del día 17 de octubre de 1969, cuando
la policía de Montreal se puso en huelga. Hacia las 11.20 se produjo el primer
robo en un banco. A mediodía, la mayoría de las tiendas del centro de las
ciudades habían cerrado a causa del pillaje. En unas horas más, los taxistas
quemaron el garaje de un servicio de limusinas que les había estado haciendo la
competencia con los clientes del aeropuerto, un francotirador apostado en un tejado
había matado a un policía provincial, los alborotadores asaltaron varios
hoteles y restaurantes, y un médico dio muerte a un ladrón que había entrado en
su casa de un barrio residencial.