domingo, 14 de abril de 2013

"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"

DOMINGO, 14 DE ABRIL

Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así:
estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.
Jesús les dijo:

-¿Tienen algo para comer?

 Ellos respondieron: "No". Él les dijo:

-Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán.

Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo:

-Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar.

Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo:

-Vengan a comer.

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro:

-Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?

Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo:

-Apacienta mis corderos.
 
Le volvió a decir por segunda vez:

-Simón, hijo de Juan, ¿me amas?

 El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo:

-Apacienta mis ovejas.
 
Le preguntó por tercera vez:

-Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?

 Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo:

-Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras.
 
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo:

-Sígueme.

Juan 21, 1-19