Abc
De la California de Europa prometida por el hermano de Juan Guerra a la Venezuela de España conseguida por Griñán han transcurrido cuarenta años de socialismo andaluz, que anoche estaba al completo cenando “pescaíto” en el encendido de la Feria.
En primavera, el madrileño común se gasta mil euros en un abono para ir durante un mes a los toros y el sevillano común prefiere gastarse ese mismo dinero en una caseta para hacer durante una semana las dos cosas que más le gusta hacer… vestido: freír y enfriar.
Freír “pescaíto” y enfriar manzanilla.
¿Por qué “pescaíto” y no pajaritos?
Pues porque los pajaritos son el símbolo del chavismo, cuya primera franquicia europea es el gobierno de Griñán, el Maduro de Valderas.
Ahora que Fernando Alonso vuelve a poner de moda las carreras de chóferes, diremos que, de igual modo que Maduro hizo su carrera como chófer de Chávez u Oteliña (la negra) la suya como choferesa de Cela, Griñán la viene haciendo como “conducator” de Valderas, con sus “expropiasiones” y su Telesur, que es Canal Sur.
–Nuestro norte es el sur –repiten los encorbatados locutores de Telesur, cuyos jefazos van en chándal.
Como aquí, donde todo el mundo ha puesto una Feria de Sevilla en el pueblo.
De hecho, en estos días, por Morata de Tajuña, que todavía es Madrid, te encuentras a las señoras vestidas de gitanas de Feria de Sevilla y por Sevilla, que todavía es España, te encuentras a Los del Río vestidos de novios de boda de Morata de Tajuña, como el domingo en el “Garlochí”, petado de franceses que se decían taurinos porque habían venido a ver unos juanpedros, que en Sevilla se despachan como si fueran pavías.
Pavías de Juan Pedro y yemas de San Leandro para los hispanistas, que al primer sol ya empiezan a enseñar en la calle la canilla casposilla y el enchancletado pie con uña de garra.