Los alimañeros de San Miguel de Aguayo, Cantabria, 1964
Manuel Jabois
El resto del partido lo dedicó el Madrid a pasear por Old Trafford pisando pétalos de bodas antiguas. Los diablos rojos sucumbieron al extraño cántico de Modric, que salió por Arbeloa en un cambio decidido por ósmosis, y a la injusta expulsión de Nani. La entrada del portugués fue terrible, pero no ve la llegada de Arbeloa. Mi argumento, vociferado en mi bar de confianza, se vio rápidamente contrarrestado por un señor de la barra que se vino corriendo hacia mí como si me fuera a sacar la roja: “¡Tampoco vio Cornelius a la novia y le pegó cuatro tiros!”.
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