Francisco Javier Gómez Izquierdo
Oigo que ha muerto Manolo Peña, el delantero centro con cara de boxeador de un Real Valladolid al que mirábamos con envidia y desconsuelo los aficionados burgaleses, cuando a Pucela se fueron Portugal, García Navajas y hasta Medina, del barrio de Gamonal y de la cuadrilla de mi hermano.
Los fieles, años 75-80, no nos perdíamos los partidos del Burgos Promesas y con mi amigo Gaitu creímos descubrir un día en El Plantío el Ajax español el día que vino el Valladolid Promesas. Eusebio de jefe, Gail de mariscal en defensa y con el virguero Onésimo y el rematador Fonseca, asistíamos maravillados a un espectáculo tan prodigioso que creíamos firmemente que las Promesas eran mejor que las realidades. Al lado de Fonseca, “moreno como de verde luna” y que nos parecía un fenómeno, salía un rubio que corría mucho y que buscaba las vueltas al elegante y moderno Terradillos. Todos los lunes buscábamos las crónicas de los partidos de los niños de Fernando Redondo, un entrenador alopécico que hablaba muy bien, para saber de las andanzas de los que ya veíamos futuros internacionales jugando en el Madrid o el Barça.
Manolo Peña fue internacional en todas las selecciones menos en la de los grandes y recuerdo que explotó un día en el Camp Nou con lo que se conoce como el “pucelazo”, marcando tres goles a Zubizarreta en aquel extraño Barça del motín del Hesperia y que Núñez dejó en manos de Luis. Vicente Cantatore puso al Valladolid en muchos titulares elogiosos con los hermanos Hierro -el bueno al Barça y el malo al Madrid-, el extremo Moya y el héroe bilbainico Endika que solía sustituir al rubio Peña. Al delantero centro de don Vicente. Luego, nuestro héroe estuvo en el Zaragoza y acabó en el Cádiz, no sé si con el Mágico González, con quien estoy seguro había coincido en el Valladolid. (Es tarde y no voy a mirar mis papeles).
Por un conocido que tengo en Toral de los Vados me enteré de que Peña acabó ayudando a ascender a 2ªB a la Ponferradina y que estuvo unos años matando el gusanillo en la división de bronce. Le quisieron mucho en Ponferrada y hasta lo pusieron de concejal de deportes en la capital del Bierzo.
Ha muerto un futbolista decente que, como a Gárate, se le elogió mucho la caballerosidad con los árbitros y mirando por interné veo que le destacan la virtud, anotándosele una única tarjeta en toda su carrera deportiva.
Ha muerto un futbolista decente que, como a Gárate, se le elogió mucho la caballerosidad con los árbitros y mirando por interné veo que le destacan la virtud, anotándosele una única tarjeta en toda su carrera deportiva.
Al conocido mío de Toral de los Vados le dije en su día que Peña es más joven que yo; que cuando andaba por los 25, él tendría 20; que ya le tenía visto desde los 17 y que le preguntara cuando lo viera qué fue de Fonseca. De Onésimo y Eusebio “el de La Seca” tenemos todos noticias de vez en cuando.
Creo que era un buen tío. En esa parte de León la gente va por derecho. Sin ir más lejos, el último domingo aplaudieron el golazo del delantero centro del Córdoba, Renella, en El Toralín, el campo de la Ponferradina. Según me cuentan, la casa de Manolo Peña. Un delantero centro, como Dios manda.