J. B. ante el Alma de Xavi
Jorge Bustos
El otro día voy al banco –que es La Caixa porque uno pensó que el dinero siempre más seguro en manos de catalanes– y me llama la atención una revista corporativa que dan allí como única cosa gratis que puede dar un banco y cuya mancheta luce el pertinente título de Alma, probablemente al objeto de recordar a los clientes que hasta los banqueros tienen una. Para entretener la espera en la cola –la cola es el único pasatiempo español que se ha fortalecido con la crisis–, me puse a hojear un ejemplar de Alma, atraído por la vistosa portada en la que comparecía el futbolista Xavi Hernández rodeado de niños –uno de ellos, el más cercano al jugador, convenientemente subsahariano– y sobreimpreso el siguiente titular: “Valores para la infancia”.
Alma es la revista de la obra social de La Caixa, y pronto constaté que sus contenidos versaban congruentemente sobre proyectos de ayuda a los “colectivos más desfavorecidos”. Resultó que el mediocampista del Barça juega en ellos un papel fundamental, una suerte de tiquitaquismo solidario emergido del núcleo radiante de Xavi que la sobria pluma del redactor resume así:
—Y es que, fuera del campo, Xavi Hernández es ante todo una persona solidaria. Humilde, discreto y generoso, destaca por su gran corazón. Ahora es, además, embajador de la Obra Social La Caixa y, como tal, quiso participar en las actividades del Casal Can Palet. “Quería ayudar a la gente, sentirme útil socialmente”.
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