Castillo y luz eléctrica. Montes de Toledo extremeños
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Vuelvo al mundo y compruebo que el mundo entontece con prisa y sin remedio.
A Xavi y a Casillas les han dado otra vez el Príncipe de Asturias. En la presente ocasión por ser muy buenos colegas, ó eso he entendido, y tal honor no supera la alegría veinteañera de la moza elegida por la Virgen, para reina de las fiestas en... pongamos Villadiego. Uno creía que el Príncipe de Asturias era premio serio y formal, pero ese afán de reconocer futbolistas y conductores que ya tienen sus trofeos, sus campeonatos, y por supuesto su público, no deja de ser costumbre aldeana que razona “a voluntos”.
A Xavi y a Casillas les han dado otra vez el Príncipe de Asturias. En la presente ocasión por ser muy buenos colegas, ó eso he entendido, y tal honor no supera la alegría veinteañera de la moza elegida por la Virgen, para reina de las fiestas en... pongamos Villadiego. Uno creía que el Príncipe de Asturias era premio serio y formal, pero ese afán de reconocer futbolistas y conductores que ya tienen sus trofeos, sus campeonatos, y por supuesto su público, no deja de ser costumbre aldeana que razona “a voluntos”.
Hace años, escuchaba uno “.....el jurado del Príncipe de Asturias”, y esperaba la infalibilidad de un sabio. Si el otro día la Sánchez Vicario hubiera cantado el nombre de Xavi Hernández para concederle el reconocimiento que la Uefa y la Fifa le vienen negando, los amantes del fútbol lo hubiéramos entendido parcialmente, pero que le premien por ser amigo del capitán rival, son ganas de desprestigiar por desprestigiar.
Esta semana también ha metido la pata una científica de la policía -la intervención del comisario Piedrabuena en el principio del caso Bretón creo que merece la atención de sus superiores- que malmiró los huesecillos de dos criaturas. No supo ver dientes de niños, y lo que debió ser resuelto en pocas horas, ha costado mas de 300 días y vaya usted a saber cuántos miles o millones de euros. La presunta soberbia y la documentada torpeza de una funcionaria con altísima responsabilidad ha convertido a un mequetrefe en el asesino mas célebre de la historia criminal de España y ha tenido a una madre amarrada a una angustia insoportable. La científica perita defiende su tesis como si discutiera de hierba o paja para el asno y no explica por qué no consultó con colegas para cerciorarse de lo que para ella era evidente.
Luego está el porno-actuar de la concejala de Los Yébenes, pueblo que queda en el camino de C. Real a Toledo y en el que alguna vez he parado a orinar. Este episodio es el que me tiene más convencido de la necedad general que impera en los mentideros de España. Que si las imágenes son privadas. Que si estamos rodeados de la carcundia y el nacionalcatolicismo. Que si fascistas los que la critican. Que si la alcaldía del pueblo. Que si un futbolista..... Y cojo, y miro a la señora y su faena.
No veo la cosa como la explican en la radio y en la tele y perdonen el atrevimiento... pero a mí me parece que a la concejala, por muy estupenda que se tenga a sí misma, le falta mucho conocimiento y todo el sentido común. La culpa de que la miren en el mundo es suya y sólo suya. Una señora casada, con hijos y que quiere ser alcaldesa, o ministra u obispa no puede hacer ciertas cosas, ni en París ni en Nueva York. Ni en Florencia, ni en Los Yébenes... y debe saber esta señora y todos los que se solidarizan con ella, que cuando se inventó la privacidad, la intimidad y todos esos conceptos, no había televisión, ni cámaras, ni teléfonos, ni cosas semejantes.
Me atrevo a decir a todos los que defienden el comportamiento exhibicionista de la concejala si se han parado a pensar que la guapa edil tiene esposo, madre e hijos y que los pueblos de La Mancha no se parecen a Nueva York, ni sus gentes piensan como en Nigeria. Los que más hablan de España no la conocen. A todos estos que hoy defienden el comportamiento de la toledana, les pido que dentro de seis meses se pasen por Los Yébenes y pregunten en el pueblo. Verán que la crueldad manchega es la crueldad de España... y que el número de tontos es infinito.
Lo de la condicional a Bolinaga, es preferible no comentarlo...
Esta semana también ha metido la pata una científica de la policía -la intervención del comisario Piedrabuena en el principio del caso Bretón creo que merece la atención de sus superiores- que malmiró los huesecillos de dos criaturas. No supo ver dientes de niños, y lo que debió ser resuelto en pocas horas, ha costado mas de 300 días y vaya usted a saber cuántos miles o millones de euros. La presunta soberbia y la documentada torpeza de una funcionaria con altísima responsabilidad ha convertido a un mequetrefe en el asesino mas célebre de la historia criminal de España y ha tenido a una madre amarrada a una angustia insoportable. La científica perita defiende su tesis como si discutiera de hierba o paja para el asno y no explica por qué no consultó con colegas para cerciorarse de lo que para ella era evidente.
Luego está el porno-actuar de la concejala de Los Yébenes, pueblo que queda en el camino de C. Real a Toledo y en el que alguna vez he parado a orinar. Este episodio es el que me tiene más convencido de la necedad general que impera en los mentideros de España. Que si las imágenes son privadas. Que si estamos rodeados de la carcundia y el nacionalcatolicismo. Que si fascistas los que la critican. Que si la alcaldía del pueblo. Que si un futbolista..... Y cojo, y miro a la señora y su faena.
No veo la cosa como la explican en la radio y en la tele y perdonen el atrevimiento... pero a mí me parece que a la concejala, por muy estupenda que se tenga a sí misma, le falta mucho conocimiento y todo el sentido común. La culpa de que la miren en el mundo es suya y sólo suya. Una señora casada, con hijos y que quiere ser alcaldesa, o ministra u obispa no puede hacer ciertas cosas, ni en París ni en Nueva York. Ni en Florencia, ni en Los Yébenes... y debe saber esta señora y todos los que se solidarizan con ella, que cuando se inventó la privacidad, la intimidad y todos esos conceptos, no había televisión, ni cámaras, ni teléfonos, ni cosas semejantes.
Me atrevo a decir a todos los que defienden el comportamiento exhibicionista de la concejala si se han parado a pensar que la guapa edil tiene esposo, madre e hijos y que los pueblos de La Mancha no se parecen a Nueva York, ni sus gentes piensan como en Nigeria. Los que más hablan de España no la conocen. A todos estos que hoy defienden el comportamiento de la toledana, les pido que dentro de seis meses se pasen por Los Yébenes y pregunten en el pueblo. Verán que la crueldad manchega es la crueldad de España... y que el número de tontos es infinito.
Lo de la condicional a Bolinaga, es preferible no comentarlo...
Sabor manchego: ajos en las patatas