lunes, 2 de julio de 2012

Elegidos para la gloria

Luna de Julio

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

       Está en los sofistas: contra la seriedad de Alemania, la risa de Italia; pero contra la risa de Italia, la seriedad de España, que ganó la Final defendiendo al tiquitaca y goleando al contrataque, cosa que con La Nacional no está mal vista. Los cuatro goles prometidos por Balotelli los hizo España para perpetuar, según la TV, “esta dictadura de la Roja”. Lo tuiteó un amigo: “Hay más biografía en un mes de Cassano y Balotelli que en las ‘Vidas ejemplares’ de los chicos de la Roja”. El primer encontronazo Ramos-Balotelli lo ganó Ramos, el jefe de los buenos. Y sin superioridad moral (Pirlo siempre fue un “flâneur”), se acabaron los malos.

    La mejor defensa era un buen ataque… hasta que llegó el tiquitaca, o “touch-touch”, como lo traduce el WSJ, ese periódico que llamó Desdémonas a los piscineros del Barcelona.
  
Como concepto, el tiquitaca vino a España en los 80 con Cruyff: decía que la mejor defensa era tener el balón, y en el Barcelona se quedó con sólo tres tíos atrás, uno de ellos Koeman, del que Luis Aragonés dijo que tenía la misma cintura que la rueda de un tractor, mientras el periodismo le pegaba a Cruyff por xenofobia los mismos palos que a Mourinho por aporofobia (Mourinho será rico, pero los portugueses son pobres, como sabemos por los comentaristas del España-Portugal).
  
Cruyff trajo la planta holandesa del tiquitaca igual que Colón la planta caribeña del tabaco, aunque luego Colón no tuviera nada que ver con el estanco de Carod Rovira en Cambrills ni Cruyff con el mecano de Aragonés en la Eurocopa de Austria.
  
Salvo que cuentes con Messi, el tiquitaca no es un estilo de ataque (el Barcelona sin Messi no le gana a nadie), sino de defensa.

    Hasta la Final, en esta Eurocopa el tiquitaca sacó un empate a uno con Italia, un cuatro a cero con Irlanda, un uno a cero (en el último minuto) con Croacia, un dos a cero (¡con una ocasión de gol!) a Francia y un empate a cero con Portugal.

    El caso es que la teoría de Mourinho según la cual el fundamento de un equipo campeón es la defensa se cumple en el tiquitaca (aunque a Mourinho en el Bernabéu no le consentirían una ocasión de gol por partido), cuyas estrellas en este campeonato han sido Sergio Ramos y Casillas.
  
El tiquitaca de Ramos y Casillas chupando la teta (seca) de Pirlo, que dice Del Bosque.
  
Los elegidos para la gloria de un Balón de Oro que es a Messi lo que el Paquiro a José Tomás.
  
En La Nacional, Ramos es a Casillas lo que Quincoces (mejor defensa mundial en Italia’34) fue a Zamora, sólo que los radiofonistas de hoy no tienen el vuelo poético de un Federico Muelas o de un José García Nieto, que derramaron sobre don Jacinto Fernández de Quincoces y López de Arbina las últimas mieles del Parnaso: “Pienso en tu patronímica rudeza / por el nombre floral condecorada, / como signo: La helénica belleza, / con su viril rigor, de la jugada. / Alta divisa: “Yo con mano dura / en la piedra despierto la escultura”.

    –Tú, mirmillón, contra el audaz reciario.
  
Sin latín en el bachillerato, a ver quién le tuitea hoy eso a Sergio Ramos.

    O a Casillas, aunque Casillas es portero y los porteros, que son los que nos gustan de niños, terminan por no parecernos futbolistas, que en eso lleva razón David Vidal, que los llama especialistas.
  
Casillas, portador de la baraka española, comenzó la Eurocopa ganándole a Del Bosque, que tiene cara de entrenador soviético y luego resulta que es marqués, la batalla del tuiter para los futbolistas, que no tuitean odas, sino sus cosas.

    La grandeza y el tuiter nos han cogido sin poetas.


Los sueños de Sergio Ramos producen copas


LA TETA DE PIRLO
    Colón escribió en su bitácora que el mundo tenía forma de pera, “como teta de mujer”, y Del Bosque ha señalado la fuente nutricia de Italia en “la teta de Pirlo”, que tiene más de Antonio Carmona, el de Ketama, que de Sofía Loren o Gina Lollobrigida, que es a donde se le fue la imaginación a Del Bosque, educado en la estética sesentera de Russ Meyer. Por su culpa, si Pirlo es una teta, Xavi e Iniesta serían dos “pomas eréctiles que temblaban como si fueran de mercurio”. ¡Qué mala lírica tiene el fútbol!

Las Ventas, ayer