Millán Astray en Las Ventas
Me es difícil, amigo Gómez Hidalgo, recordar cómo he ganado la primera peseta. Haciendo funcionar con firme voluntad la memoria, paréceme, sin embargo, que por los años 65 a 66 del siglo pasado dedicábame yo a la inocente ocupación de hacer versos; malillos eran, pero en aquella época había muchos aficionados y no quería yo ser menos.
Un impresor de Santiago, donde estudiaba la carrera de Derecho, me propuso poner en romance la historia de un crimen muy célebre sucedido en la ciudad compostelana.
No me llevaban mis aficiones a literatura de esa índole; gustábame más fustigar a los tiranos, cantar las grandezas de la libertad, abominar de la esclavitud: mis tendencias democráticas me habían valido que se me conociese por "Sagasta", que en aquella época era el portaestandarte de las libertades.
Pero el impresor me ofreció pingües ganancias, y ante un porvenir económico de ansiados esplendores escribí la copla; alcanzó relativo éxito, y vendidas tres ediciones, llegó el ansiado día de la liquidación.
No conservo idea de la buena fe del industrial; recuerdo, sí, que me entregó a la puerta de la Universidad treinta y seis reales, moneda de la época, fruto de mi trabajo y recuerdo de nuestra empresa.
Ésas fueron las primeras pesetas, en las cuales está incluida la que usted desea conocer.
Verá que nada hay extraordinario en la pequeña historia.
No reincidí en cultivar el género.
Precursos de mi desventurado paisano Calixto Ballesteros, me dediqué a escribir versitos para los juegos florales con algún éxito.
Siempre he guardado el secreto, pero no se avenían mis aficiones juveniles con los cargos que más tarde me deparó la suerte. Un coplero mandando presidios y persiguiendo delincuentes no se concibe.
Y está usted complacido.
¿CÓMO Y CUÁNDO GANÓ USTED LA PRIMERA PESETA? / F. GÓMEZ HIDALGO
Un impresor de Santiago, donde estudiaba la carrera de Derecho, me propuso poner en romance la historia de un crimen muy célebre sucedido en la ciudad compostelana.
No me llevaban mis aficiones a literatura de esa índole; gustábame más fustigar a los tiranos, cantar las grandezas de la libertad, abominar de la esclavitud: mis tendencias democráticas me habían valido que se me conociese por "Sagasta", que en aquella época era el portaestandarte de las libertades.
Pero el impresor me ofreció pingües ganancias, y ante un porvenir económico de ansiados esplendores escribí la copla; alcanzó relativo éxito, y vendidas tres ediciones, llegó el ansiado día de la liquidación.
No conservo idea de la buena fe del industrial; recuerdo, sí, que me entregó a la puerta de la Universidad treinta y seis reales, moneda de la época, fruto de mi trabajo y recuerdo de nuestra empresa.
Ésas fueron las primeras pesetas, en las cuales está incluida la que usted desea conocer.
Verá que nada hay extraordinario en la pequeña historia.
No reincidí en cultivar el género.
Precursos de mi desventurado paisano Calixto Ballesteros, me dediqué a escribir versitos para los juegos florales con algún éxito.
Siempre he guardado el secreto, pero no se avenían mis aficiones juveniles con los cargos que más tarde me deparó la suerte. Un coplero mandando presidios y persiguiendo delincuentes no se concibe.
Y está usted complacido.
¿CÓMO Y CUÁNDO GANÓ USTED LA PRIMERA PESETA? / F. GÓMEZ HIDALGO