Arco 2012
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Todo lo que uno sabe de sindicalismo es lo que ha visto en “Los Soprano”, pero creo que la reforma laboral urgente es mandar a los sindicatos a vivir de la equis en la renta, como la Iglesia.
Con la equis, la Iglesia ha aumentado sus ingresos, y eso es bueno, porque a las puertas de iglesias y conventos siempre hay pobres esperando para comer, cosa que se echa de menos en las sedes sindicales, donde nadie ha visto a Toxo ni a Méndez ofreciendo bocadillos de escabeche.
–Y ahora unas birras y a vivir –fue la consigna final en la charlotada sindical del domingo en Madrid.
Charlot era la máscara de un señorito de los domingos, nos avisa Ramón Gómez de la Serna, y el domingo yo vi hacer el Charlot a Martínez (ciento ochenta mil euros a cambio de que te j… al año tres domingos)… ¡y a Zarrías!
–Totus mundus agit histrionem.
Era el latinajo que presidía el dintel del teatro “The Globe” en Londres (nada que ver con el “Español” del blindado Mario Gas en la República Municipal de Madrid), que ofrecía las mejores comedias y tragedias de Shakespeare y Ben Jonson.
Traducido al catalán, el latinajo (de Petronio) podría servir de lema al Barcelona de Guardiola, con Alves de finalista en el Oscar al piscinazo del año de la Associated Press, sólo superado por el chileno Bryan Carrasco, que tomó el brazo del ecuatoriano Montaño y se agredió con él.
Pero traducido al castellano, el latinajo debería ser la pancarta sindical de Martínez y Zarrías en sus marchas dominicales por Madrid.
“Todos somos farsantes”.
La desfachatez los hizo. Y rompió el molde.
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Abc
Todo lo que uno sabe de sindicalismo es lo que ha visto en “Los Soprano”, pero creo que la reforma laboral urgente es mandar a los sindicatos a vivir de la equis en la renta, como la Iglesia.
Con la equis, la Iglesia ha aumentado sus ingresos, y eso es bueno, porque a las puertas de iglesias y conventos siempre hay pobres esperando para comer, cosa que se echa de menos en las sedes sindicales, donde nadie ha visto a Toxo ni a Méndez ofreciendo bocadillos de escabeche.
–Y ahora unas birras y a vivir –fue la consigna final en la charlotada sindical del domingo en Madrid.
Charlot era la máscara de un señorito de los domingos, nos avisa Ramón Gómez de la Serna, y el domingo yo vi hacer el Charlot a Martínez (ciento ochenta mil euros a cambio de que te j… al año tres domingos)… ¡y a Zarrías!
–Totus mundus agit histrionem.
Era el latinajo que presidía el dintel del teatro “The Globe” en Londres (nada que ver con el “Español” del blindado Mario Gas en la República Municipal de Madrid), que ofrecía las mejores comedias y tragedias de Shakespeare y Ben Jonson.
Traducido al catalán, el latinajo (de Petronio) podría servir de lema al Barcelona de Guardiola, con Alves de finalista en el Oscar al piscinazo del año de la Associated Press, sólo superado por el chileno Bryan Carrasco, que tomó el brazo del ecuatoriano Montaño y se agredió con él.
Pero traducido al castellano, el latinajo debería ser la pancarta sindical de Martínez y Zarrías en sus marchas dominicales por Madrid.
“Todos somos farsantes”.
La desfachatez los hizo. Y rompió el molde.
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