Tiro de piedra
Calatañazor
Calatañazor
Pedro Ampudia
Despedimos el año con Rajoy pidiendo una derrama para arreglar las goteras. Al parecer, los anteriores administradores de la finca se pasaron ocho años rascando la tela asfáltica y la juerga de la azotea la vamos a pagar a escote como a la puta de una despedida de soltero. El presidente ya lo dijo en su día, así que no entiendo a qué viene ahora este rasgar de vestiduras liberales. "Que se vayan al partido liberal", gritó Rajoy en Valencia, y todos miraron de soslayo a Esperanza. Lo triste es que no se fueron y dejaron crecer a Lassalle, ese liberal gafapasta que parece un progre jesuítico pasado por una de las tiendas de Toni Miró en las que compran los de Esquerra.
Lassalle en anti-Hayek, anti-Misses, anti-Popper y suponemos que le sale un sarpullido cuando oye nombrar a Rand. Él lo llama liberalismo de cara amable, como si la libertad tuviera más de una cara. En UPyD cultivan un falso liberalismo que tiene como referente a la señorita Rottenmaier. En el PP, los chicos de Soraya y Lassalle abrazan un falso liberalismo que bebe en las fuentes de María Von Trapp. Así que estamos en manos de las tatas, como diría Espuny, que nos vienen a educar a estacazos o cantándonos canciones.
En La Vida por Delante